El sábado 7 de octubre, Israel sufrió un ataque en masa que al momento de escribir este texto dejaba ya cientos de muertos y más de un millar de heridos.
Al menos 3.000 cohetes fueron disparados desde la franja de Gaza hacia Israel, mientras docenas de palestinos armados, miembros del grupo terrorista Hamás, penetraron en el país por aire, mar y tierra.
Con el poder combinado del Shin Bet y el Mossad, por no hablar de la activa cooperación de la inteligencia de EEUU, con el sofisticado sistema de defensa antimisiles conocido como Cúpula de Hierro (Iron Dome) y con la experiencia y capacidad de las Fuerzas de Defensa de Israel, ¿cómo puede ser que nadie viera venir un ataque de esta envergadura?
Es la posición que expresó Eli Maron, ex comandante de la Armada israelí, en una entrevista radial: "Todo Israel se pregunta: ¿Dónde están las FDI, dónde está la policía, dónde está la seguridad? Es un fracaso colosal, los organismos de defensa simplemente han fracasado, con vastas consecuencias".
Es por eso que, más allá de los efectos inmediatos y su devastador costo humano, el ataque planteado serias dudas sobre la eficacia, que se creía total, del sistema de defensa de Israel.
El país ha invertido miles de millones de dólares en sistemas de defensa, como la mencionada Cúpula de Hierro, que está diseñada para interceptar cohetes. Sin embargo, los atacantes del sábado lograron burlar estos sistemas y causar un gran daño.
No hay sistema perfecto
Hay varias posibles explicaciones para el fracaso del sistema de defensa de Israel. Una posibilidad es que los terroristas utilizaron métodos de ataque -como el supuesto uso de paramotores, la toma de rehenes y ataques con bulldozers a la sección alambrada de la barrera de seguridad- que no fueron previstos por los sistemas de defensa. Otra posibilidad es que los sistemas, que se creían en permanente estado de alerta, no estaban funcionando correctamente.
Desde que Israel se retiró de Gaza de manera unilateral en 2005, ha invertido miles de millones de dólares en proteger su frontera de todo tipo de ataques. Elevó muros para disuadir a francotiradores, blindó desde paradas de buses hasta jardines infantiles y ubicó un mar de sensores para impedir que los terroristas intenten cruzar la frontera desde el aire o bajo tierra, utilizando túneles.
Para detener los ataques con cohetes, Israel ha utilizado la Cúpula de Hierro, un eficaz sistema de defensa antimisiles desarrollado con la ayuda de EEUU.
¿Qué hace el ‘Iron Dome’?
El sistema Iron Dome es un sistema de defensa antimisiles diseñado para interceptar cohetes de corto alcance. Fue desarrollado por Israel Aerospace Industries (IAI) y Rafael Advanced Defense Systems. El sistema comenzó a operar en 2011.
El Iron Dome está diseñado para interceptar cohetes con un alcance de hasta 70 kilómetros. Un radar le permite al sistema detectar los cohetes en vuelo y luego dispara misiles interceptores guiados por un sistema inteligente, para destruirlos.
El Iron Dome ha tenido un éxito considerable en interceptar cohetes lanzados desde Gaza. Según el Ministerio de Defensa de Israel, el sistema ha interceptado más del 90% de los cohetes que ha detectado su radar. El problema es que, cuando son lanzados 3.000 cohetes en unas pocas horas, eso significa que 300 todavía lograrán impactar.
La Barrera de Separación de Israel
La Barrera de Separación de Israel es un muro de hormigón y alambre de púas que Israel construyó en el territorio de Cisjordania.
Aunque se le llama ‘el muro’, solo una porción de sus 706 kilómetros son realmente una pared de hasta 8 metros de altura, y el resto es, simplemente, un alambrado con distintos grados de defensas.
La construcción del muro comenzó en 2002, tras una serie de ataques terroristas palestinos. El muro ha sido controvertido desde su inicio, con algunos que lo consideran una medida necesaria para proteger a Israel y otros que lo consideran una violación del derecho internacional.
A los cuestionamientos a los sistemas de inteligencia se suman las críticas en Israel hacia el Ejército por no haber evitado, o por lo menos contenido, un ataque masivo que, queda claro, estaba especialmente dirigido a la población civil.