La mañana del martes 11 de junio estaba llena de sueños y esperanzas. Bajo el cielo nublado de la sabana, unos 30 kilómetros al norte de Bogotá, un grupo de mujeres se alistaba para una de las fechas más importantes en la carrera de su vida.
Eso se debió a que ellas y sus carros empezaban a ser protagonistas de la historia del Autódromo de Tocancipá. Por muchos años, ese lugar ha sido el punto de encuentro de quienes comparten la pasión por lo carros, por verlos, cuidarlos, correrlos y admirar la destreza de quienes compiten. También por muchos años la pista del autódromo ha sido un escenario mayoritariamente masculino.
Para muchas de las presentes, era la primera vez que tocaban el suelo de una pista de carreras, un autódromo que ha visto crecer pilotos de automovilismo profesional como Juan Pablo Montoya, y ahora su hijo, Sebastián Montoya.
Grupos como Bluhartmann Racing y Kotowazaluxury se unieron para brindar espacios seguros para las mujeres apasionadas por el deporte del automovilismo. El 11 de junio, más de una veintena de mujeres se reunieron para practicar -en grupo y de manera supervisada- este deporte que, como cualquier otro, requiere de entrenamiento, dedicación y mucha pasión.
Para Aura Álvarez era su primera vez en el autódromo y cuenta que desde que se levantó se halló llorando por la emoción de conducir su Subaru WRX Hawkeye dentro de la icónica pista.
La sensación, dice, fue indescriptible; los miedos y los límites se desvanecieron en el momento en que pisó la pista de Tocancipá. Emocionada, relató que fue uno de los mejores días de su vida y expresó su opinión de que el automovilismo es un espacio tanto para hombres como para mujeres, y que los límites solo existen en la mente.
Por su parte, Paola Mejía ya había tenido experiencias similares, pero esta vez estaba poniendo a prueba toda su capacidad y la potencia de su Citroën DS3 Turbo. La emoción en su voz era apreciable mientras recordaba que esta es una pasión que las mujeres pueden disfrutar de manera segura.
Camila Villamil participó como copiloto de uno de los autos en competencia. La emoción que experimentó le sirvió para reafirmar su decisión de participar como piloto en el próximo evento, derrumbando miedos y estereotipos sobre la capacidad de las mujeres para conducir, especialmente en un deporte considerado 'riesgoso' como este.
La sensación a lo largo del día fue la de ver a muchas mujeres llenas de ilusión y esperanza, ya que poco a poco se están abriendo espacios en los que pueden practicar y disfrutar del automovilismo al igual que los hombres.
El evento en el autódromo de Tocancipá no solo demostró la creciente presencia femenina en el automovilismo, sino también la capacidad de estas mujeres para desafiar y superar los estereotipos.
Fue un día lleno de emociones y logros, donde la sororidad y el apoyo mutuo destacaron como motores de cambio. Con cada vuelta en la pista, estas mujeres mostraron que el automovilismo es una pasión sin género y que, juntas, pueden abrir camino hacia un futuro más inclusivo en este emocionante deporte.
- Fotografías de: Daniela Ussa
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