Ya sabía lo que el Apple Vision Pro me iba a mostrar, pero no estaba listo para lo que me hizo sentir

Desde que fue anunciado, el 5 de junio de 2023, en la Apple Worldwide Developers Conference de 2023, he escrito varias veces acerca del Apple Vision Pro: he hablado de sus especificaciones, de su concepto y, claro, de su precio.

Y por eso puedo decir con confianza que cuando fue a probarlo, gracias a la generosa invitación de un amigo y Apple fan que lo trajo a Bogotá, me sentía bastante al tanto de lo que era y de lo que podía mostrarme.

No estaba preparado, sin embargo, para lo que me hizo sentir.

Esto es porque el headset que Apple define como un “computador espacial” es más que lo que parece. Sí, es verdad que parece un visor de VR (y eso es porque, entre otras cosas, puede funcionar como el mejor visor de VR del mundo), pero es equivocado referirse a él como solo eso.

Como dijo en Contacto Jodie Foster: "They should’ve sent a poet".

Años adelante

A falta de una mejor palabra, lo que Apple lanzó es un aparato revolucionario. La calidad de la imagen y la práctica ausencia de latencia están años por delante de lo que tienen dispositivos rivales y, de nuevo, distintos en esencia, como los de Meta o los de Sony.

Nada hace un seguimiento manual tan bien en un dispositivo de consumo. El seguimiento ocular es poco menos que mágico. Y eso, sumado a la calidad 4K del display para cada ojo hace que sea sumamente fácil "borrar" la presencia física del visor. Claro, sigues sintiendo su peso -que no es despreciable- y la presión que ejerce contra los ojos, pero para todos los efectos, a un nivel cerebral, no está ahí. Tú sí.

No puedo menos que imaginar lo que, a la vuelta de unos años, hará una versión aligerada y miniaturizada de esta tecnología por la industria, la academia y el entretenimiento.

En la industria, la capacitación del personal técnico se beneficiará de recursos que hasta hace unos años eran exclusivos de personajes de ficción como Tony Stark.

En la academia, además de cuánto más divertidas serán las clases de biología o de sociales, imaginen cómo se formarán los médicos o los ingenieros del futuro y, si a eso vamos, imaginen el entrenamiento de los bomberos o los policías del futuro.

Bueno, y en el entretenimiento, imaginen lo que podría ser Avatar 5 si pudiéramos no solo ver Pandora, sino visitarla. Y no me hagan hablar de los informes del periodismo del futuro, que se parecerán más a tours guiados por áreas de interés en donde el espectador elige a dónde quiere mirar.

Apenas el comienzo

Por supuesto, el dispositivo que está hoy en el mercado está lejos de eso, y ciertamente dista de ser perfecto. Es pesado, frágil y -¿lo dijimos?- caro. Pero quizá su mayor pecado es que, para un computador tan despiadadamente costoso, es extremadamente difícil de compartir con otros.

Mostrárselo a los amigos es una de las mejores cosas de tener un Vision Pro. También es una de las más complicadas. Hay un modo de invitado, pero no hay posibilidad de crear perfiles para que los diferentes miembros de la familia carguen sus propias aplicaciones y recursos.

Con todo, no recuerdo haber tenido una experiencia comparable con ningún otro avance tecnológico. Por una vez en la vida, sentí que alguien corrió el telón y pude ver un pedacito de futuro. Y es un futuro lleno de posibilidades.

Por eso espero que esta tecnología despegue y se beneficie de nuevos desarrollos y materiales. Y puede pasar: los primeros celulares eran endemoniadamente costosos, y hoy se consiguen smartphones por menos de 350.000 pesos.

Dedos cruzados. Porque de la suerte de este innovador y osado invento dependerá en gran medida la forma y funcionamiento de lo que sea que usemos en 15 años, cuando ya a ninguno de nosotros de le ocurra llevar en el bolsillo un ladrillito de vidrio y metal para enviar mensajes y hacer llamadas.

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