La reciente oleada de avistamientos de drones sin identificar sobre Nueva Jersey (EEUU) ha encendido una dinámica conversación sobre la amenaza que representan los sistemas de aeronaves no tripuladas (UAS) para entornos urbanos si se configura su uso con intenciones hostiles.
Si bien la intención exacta de los UAS de Nueva Jersey sigue sin estar clara, el incidente sirve como un duro recordatorio de los peligros potenciales que plantean estos dispositivos cada vez más sofisticados y fáciles de conseguir y operar.
Por eso, la lectura de muchos es que se necesita con urgencia tomar pasos concretos para dotar a las ciudades de la tecnología para rastrear estos aparatos y, de ser necesario, detenerlos.
“El misterio en Nueva Jersey -así como fenómenos similares en Pensilvania, Nueva York y Maryland, entre otros estados- ha puesto de relieve los esfuerzos en curso de los legisladores estatales y federales para ampliar el acceso del gobierno a la tecnología anti-UAS. Un funcionario del DHS dijo que la agencia está instando al Congreso a "ampliar y ampliar las autoridades existentes contra los drones" y a garantizar que "las autoridades estatales y locales también reciban las herramientas que necesitan para responder a tales amenazas. En la actualidad, solo un puñado de agencias federales, incluido el DHS y los Departamentos de Energía, Justicia y Defensa, están legalmente autorizados a derribar un avión no tripulado dentro del espacio aéreo de EEUU”.--Dell Cameron, para Wired
Algunos de los informes de aviones no tripulados en Nueva Jersey dicen que los aviones regresaron a la misma área todas las noches durante días o semanas. Este dato, sumado al hecho de que ese estado es sede de un número de empresas contratistas de defensa que operan enjambres de aviones no tripulados, lleva a algunos a creer que los avistamientos pueden ser obra de vehículos militares o al servicio de militares.
Pero desarrollos recientes de este escenario sugieren que menos de 100 de los 5.000 reportes que ha recibido la agencia sobre avistamientos de aviones no tripulados han sido dignos de una investigación más profunda y que muchos de los avistamientos han tenido lugar en las rutas de vuelo de los principales aeropuertos. Todo esto sugiere que las personas podrían estar confundiendo aviones con vehículoss no tripulados.
En ese sentido se manifestó Andy Kim, senador de Nueva Jersey, quien en sus redes sociales reveló que acompañó a una patrulla para determinar que ocurría pero llegó a la conclusión de que "los posibles avistamientos de aviones no tripulados que me señalaron eran casi con certeza aviones".
Un riesgo real
Pero incluso si los de Nueva jersey son aviones, el aumento en los avistamientos de drones reportados ha causado preocupación en varios estados. A pesar de que en el pasado las autoridades han dado parte de seguridad, una cosa es la posición oficial y otra la inquietud que causan las luces en el cielo. Y, en todo caso, hace apenas unos años el director del FBI reconocía que un ataque con drones en EEUU es cada vez más probable.
Los drones, una vez relegados al ámbito de los aficionados y la fotografía aérea, se han convertido rápidamente en herramientas poderosas con aplicaciones tanto civiles como militares. Su capacidad para volar silenciosamente, maniobrar con precisión y transportar cargas útiles los ha hecho atractivos para una amplia gama de actores, incluidos adversarios estatales y no estatales.
Las posibles consecuencias de un ataque con aviones no tripulados en una ciudad son alarmantes. Los drones podrían convertirse en armas para transportar explosivos, agentes químicos o armas biológicas, capaces de causar considerables daños y número de víctimas. También podrían utilizarse para la vigilancia, la interrupción de infraestructuras críticas o incluso el lanzamiento de ciberataques.
Y la conclusión, al día de hoy, es clara: no estamos preparados.
¿Qué se puede hacer?
La rápida proliferación de la tecnología de drones y la facilidad con la que se pueden adquirir y modificar plantean importantes desafíos para las agencias de seguridad.
Los sistemas de defensa tradicionales, diseñados para contrarrestar las amenazas de aviones y misiles, pueden estar mal equipados para lidiar con la agilidad y el sigilo de los drones. Para mitigar estos riesgos, los expertos recomiendan un enfoque multidisciplinario, que vaya más allá de la acción reactiva.
En otras palabras, la tecnología existe, pero usada de manera desconectada, resulta poco efectiva.
La propuesta es la implementación de sistemas de detección avanzados -ya existen algunos impulsados por IA- para detectar y rastrear drones en tiempo real y tecnologías de interferencia y disrupción que emplean técnicas de guerra electrónica para interferir con las comunicaciones de los drones y los sistemas de control.
A eso se deben sumar redes de cooperación internacional para establecer normas y regulaciones para el uso responsable de los drones. Crear conciencia en el público sobre las posibles amenazas que plantean los drones y animar a los ciudadanos a denunciar actividades sospechosas es, dicen los expertos, determinante.
A medida que la tecnología de drones continúa avanzando, es imperativo que los responsables políticos, las agencias de seguridad y el público permanezcan atentos. De abordar de manera proactiva los desafíos que plantean los drones hostiles podría depender la capacidad de las ciudades de salvaguardar la integridad de sus habitantes.
- Foto portada: Xataka Colombia con Midjourney
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