Nos encanta cuando el ingenio puede encontrarse con las últimas tecnologías para crear soluciones a problemas tan molestos y graves como los robos, y más aún si se recurre a sistemas tan, tan eficientes como un spray de olor a flatulencia. Es parte de lo que ha inventado un ex-ingeniero de la NASA, que harto de que le robasen los paquetes de Amazon creó una bomba de purpurina casera caza-ladrones.
Es una descripción rara y algo larga, pero es justo lo que acaba siendo. Los ladrones hacían su agosto tanto en su portal como en el de su vecindario y decidió hacer algo para que al menos éstos tuviesen cierto castigo, aunque nada violento sino todo lo contrario: una explosión de colores (y olores).
Pillados con las manos en la purpurina
Cuenta Mark Rober que, tras varios envíos supuestamente entregados que nunca recogió, pilló a una pareja de ladrones que se dedicaba a robar los paquetes de Amazon y otras compañías que quedaban en los portales, aprovechando la ausencia o descuido de los dueños. Rober intentó denunciarlo sin éxito tirando de estas grabaciones de seguridad, así que decidió tirar de conocimientos tras nueve años trabajando para la NASA entre otras empresas y aplicarlos para crear su propio dispositivo.
La idea: que los ladrones fuesen los sorprendidos y que de algún modo se llevasen su propio merecido. Pero nada de un paquete broma o algo que sucediese en el propio lugar de los hechos, sino una trampa que permitiese además conocer el itinerario del/los ladrón/es, y la verdad es que el resultado no defrauda nada.
Está todo, todo cuidado hasta el detalle, desde el gancho hasta la propia tecnología usada. Rober ideó un aparato que, accionado por unos interruptores, eyectase una cantidad de purpurina al tiempo que impregnase el ambiente de hedor fecal gracias a un spray fétido de broma.
Un sistema que además incorpora GPS en una pequeña placa diseñada específicamente para el curioso dispositivo y cuatro móviles con gran angular (parecen LG G5). Todo bajo la caja de un Homepod (convenientemente agujereada para que no nos perdiésemos nada del robo ni de la reacción al explotar la bomba), de modo que al abrirla los interruptores se accionen y boom, purpurina por todos los sitios y sobre el caco.
No tiene desperdicio, sobre todo porque el interruptor para el spray se programó para que pulsase cinco veces (lo cual, a juzgar por las imágenes, parece insoportable). Para asegurarse de no perder ni un plano en caso de pérdida o destrucción del dispositivo, los móviles contienen conectividad de datos de modo que pueden enviar las grabaciones a la nube.
Hecho el ladrón, hecha la trampa
Hace un tiempo ya hablamos del problema que existe con los robos de paquetes, al haber informaciones al respecto de que Amazon, viéndose afectada por el robo de los propios repartidores, estaría enviando paquetes falsos para pillar a los ladrones. Uno de los datos que hay al respecto, de la Federación Nacional de Minoristas, es que tan sólo en los Estados Unidos la industria perdió más de 47.000 millones de dólares durante 2017 por casos atribuibles a robo, error o fraudes.
Además, una encuesta realizada en 2017 por Shorr (empresa dedicada al embalaje), mostró que el 31% de los encuestados en Estados Unidos habían experimentado el robo de paquetes al menos una vez durante el año. Desde luego sería necesario que hubiese alguna acción legal para que estos comportamientos disminuyesen, así como reforzar y mejorar los sistemas para evitarlos en la medida de lo posible por las compañías, pero de momento vamos viendo ideas como ésta, que además de graciosas esperamos que a más de uno se le quiten las ganas de tomar lo ajeno.
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