Las noticias sobre la muerte del formato MP3 han sido enormemente exageradas

¿Quién quiere matar al MP3? De repente nos encontramos con una serie de medios anunciado la muerte de un formato que nos ha acompañado desde mediados de la década de los 90. ¿Qué ha pasado? ¿Ha desaparecido realmente el formato?

Nada de eso: las noticias de esa muerte son exageradas y, sobre todo, interesadas. El formato MP3 sigue vivito y coleando, pero lo que han muerto son sus royalties, así que ya no interesa que se use. O más bien, no interesa a quienes se beneficiaban del cobro de esas licencias, que ahora cambian su apuesta a formatos técnicamente superiores como el AAC que —sorpresa, sorpresa— sí que requiere el pago de licencias.

Falacias interesadas

En Xataka ya avisamos hace unos días de la noticia, pero desde un enfoque distinto: el formato MP3 no solo no moría, sino que ahora era más libre que nunca gracias a la expiración de las únicas patentes que estaban aún activas, y que afectaban al proceso de creación (codificación) de música en este formato.

Sin embargo otros medios parecen haberse empeñado en enfocar esa caducidad de patentes como la muerte del formato. Los primeros en tratar de darlo por muerto, claro, han sido sus creadores. El Fraunhofer IIS declaraba el pasado 23 de abril que las últimas patentes habían expirado, y comentaban como quien no quiere la cosa que "los servicios multimedia más sobresalientes como los que hacen streaming o broadcasting de radio y televisión hacen uso de códecs ISO-MPEG modernos, como los de la familia AAC o el futuro MPEG-H".

Qué casualidad que recomienden esos formatos, ¿verdad? Sobre todo porque el tanto el formato AAC como el formato MPEG-H contarán también con licencias de pago para quienes quieran aprovechar estos formatos que según diversos estudios son superiores técnicamente tanto en calidad como en eficiencia de la compresión.

Lo cual no significa que vayamos a notar una gran diferencia: si uno utiliza bitrates elevados para la compresión MP3, es probable que la calidad obtenida sea difícilmente distinguible de un AAC con ese mismo bitrate, y lo mismo ocurrirá probablemente con el formato MPEG-H.

Pero claro, el formato MP3 ya se puede usar libremente, así que seguro que es peor, como todo lo gratis, ¿no? Eso es lo que nos quiere dar a entender la industria, pero cuidado con sus motivaciones. Declarar la muerte del MP3 no es ni más ni menos que una enorme y descomunal falacia. Solo espero que el MP3 empiece a usarse ahora más que nunca. Ya sabéis. Dadle duro a vuestra biblioteca musical en MP3: ya nadie os podrá parar los pies.

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