Quiero una canción y la quiero ya. Eso es lo que nos ha dado Spotify diez años después. Cual genio (musical) de la lámpara maravillosa, el servicio que iniciara su andadura en 2006 acabaría desembarcando en Europa el 7 de octubre de 2008.
Desde entonces este servicio lo ha cambiado todo en un segmento que se lo pone más fácil que nunca a los usuarios y no tanto a esas grandes de la industria que han tenido que adaptarse a los nuevos tiempos.
Así creció Spotify en características, y así cambió su aspecto
Spotify nació como empresa un 1 de marzo de 2006 en Suecia. Daniel Ek y Martin Loretzon comenzaron a trabajar en un servicio que acabara con la piratería musical, pero aún tardarían meses en lograr sacar el producto al mercado. De hecho no fue hasta el 1 de octubre de 2007, un año y medio, que pudimos conocer aquella primera versión beta, que inicialmente estuvo disponible para Mac OS X y que poco después llegaría también a ordenadores Windows.
El primer gran desembarco de este servicio se produjo el 7 de octubre de 2008. Ese día Spotify lanzó de forma definitiva su servicio, que permitía escuchar música vía streaming sin coste alguno. Los usuarios del servicio, eso sí, podían aprovechar las características básicas a cambio de la aparición de publicidad, tanto de durante la reproducción como visual durante el uso de cualquiera de las versiones del servicio.
Aquel lanzamiento inicial marcó un punto de inflexión para una empresa cuya idea empezó a cuajar entre distintas plataformas tecnológicas. EL 9 de septiembre de 2009 Spotify llegaba por fin a los dispositivos móviles de Apple, aunque en aquellos comienzos quedó claro que el iPhone no era un buen dispositivo para Spotify.
La evolución del servicio y de la aplicación era notable aunque no estuviera exenta de críticas. En lo siguientes años irían apareciendo versiones de Spotify para otras plataformas móviles, aunque es curioso recordar cómo se produjo el orden de esos lanzamientos: llegó a Windows Mobile 6.5 en octubre de 2010, a las BlackBerry en octubre de 2011, y a Android en julio de 2012.
En ese tiempo se produjo otro de los grandes hitos de Spotify: su desembarco en Estados Unidos en julio de 2011. Los derechos de autor en el segmento de la música retrasaron esa llegada más de lo que muchos hubieran queridos, pero a partir de ahí la aplicación crecería de forma aún más notable. Ese mismo año anunciarían cómo habían pagado más de 2.000 millones de dólares a artistas y discográficas por su música, y meses después llegó su primer gran acuerdo, que unió a Spotify con Coca-Cola en un acuerdo publicitario.
Las caracterísicas del servicio también crecieron con el paso del tiempo. Una de las más llamativas en aquellos inicios fue el soporte del servicio Spotify Apps que permitía integrar servicios de terceras partes para que añadieran más funcionalidades al cliente de Spotify. Gracias a dicho soporte pudimos disfrutar por ejemplo de letras durante la reproducción, análisis y crítica músical o recomendaciones, aunque este último apartado acabaría siendo mucho más reforzado en los últimos años.
Durante los primeros 6 años de su actividad Spotify mantuvo una interfaz que sufrió pocos cambios, pero en abril de 2014 la compañía acometería un rediseño significativo que afectaba a todas las aplicaciones y plataformas en las que era posible disfrutar del servicio. El color negro —con esos elementos con el verde tradicional del servicio— domina desde entonces una interfaz fácilmente reconocible y que con ligeros retoques puntuales se ha mantenido hasta nuestros días.
Los números de Spotify
La evolución del servicio ha sido especialmente llamativa en los últimos tiempos: el crecimiento se ha disparado con la eclosión del móvil, las conexiones de datos y esos planes familiares que han logrado conquistar a millones de usuarios.
Tanto es así que el crecimiento en número de usuarios ha sido espectacular esde principios de 2016. Hoy en día Spotify cuenta con más de 80 millones de usuarios de pago, y a este ritmo es probable que no tarde demasiado en superar un hito singular: el de llegar a los 100 millones de usuarios.
También es notable el crecimiento de la relación de usuarios de pago frente a los que no lo son: hace tres años apenas el 25% de los usuarios eran de pago, pero al ritmo que va en menos de un año podría lograr que la mitad de todos sus usuarios se convirtieran en usuarios de pago.
Pero claro, Spotify no está solo. La aparición de Apple Music en este panorama de servicios de streaming ha sido importante, pero curiosamente Spotify no ha sufrido efectos negativos por la aparición de ese servicio: crece a mejor ritmo ahora de lo que lo hacía antes de 2015, y no parece que esa tendencia pueda cambiar a corto plazo.
El principal problema para Spotify sigue siendo el de ser rentable. La empresa ha mostrado buenas señales en este apartado en 2017: siempre ha tenido pérdidas, pero éstas fueron menores en el ejercicio pasado que en el de 2016. Será interesante ver qué ocurre en 2018, pero es evidente que el crecimiento en número de usuarios de pago podría suponer por fin la llegada de la rentabilidad para un servicio enormemente popular en todo el mundo.
Mucho ha logrado sin duda Spotify en estos 10 años de andadura. Será interesante ver qué puede lograr en los próximos 10, pero casi todo parece sonreírle a Spotify, una empresa que ha logrado afinar el funcionamiento de su servicio y sus modelos de negocio y que podría estar ante una segunda década espectacular.
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