Reuniones sociales, discotecas y botellones: el coronavirus empieza a hacerse fuerte en la noche

Qué noche la de aquel día: una fiesta en una discoteca cordobesa se ha saldado con 73 positivos; pero hay más. Hay un rosario de casos que tienen como epicentro reuniones familiares y de amigos (Ordizia, Socuellamos, Burjassot, Fuerteventura o Tudela), fiestas de fin de curso (Zarautz o Caspe) o, directamente, botellones (Pamplona y Huesca). Según los datos que disponemos, más de la mitad de los brotes registrados en las últimas semanas están relacionados con lo que venimos llamando 'lugares de ocio nocturno' ya sean plazas, discotecas o sencillas reuniones familiares.

Pero ¿Qué pasa con la noche? ¿Por qué los expertos están tan preocupados con esto? ¿Es tan importante como parece ser?

Lo que sabemos del coronavirus y el "ocio nocturno"

Sarthak Navjivan

Sobre el papel, es un entorno ideal: Lo que usualmente se denomina "ocio nocturno" es un caldo de cultivo ideal para favorecer el contagio del virus: son lugares cerrados (normalmente mal ventilados) con música alta (hablar más fuerte se asocia a mayores gotitas de flujo) donde se bebe (una actividad para la que hay que quitarse la mascarilla). Pero, más allá de eso, ahora en verano las interacciones nocturnas crecen exponencialmente como estrategia para evitar el calor. Es decir, se juntan ambos factores para encontrar la tormenta perfecta.

Desde hace muchos meses sabemos que "la mayoría de los clusters se originan en espacios cerrados y en contacto continuo con otras personas. En gimnasios, pubs, locales de música en vivo, salas de karaoke y establecimientos similares donde las personas se reúnen durante períodos de tiempo relativamente largos". Este era un punto a abordar, pero a la vista de los datos parece que no hemos tenido mucho éxito.

Aún así no son el principal problema... por ahora: A falta de que el Ministerio de Sanidad facilite datos más precisos, no se puede decir que, hoy por hoy, sean el factor más peligroso. Aunque más de la mitad de los 158 brotes activos parecen estar vinculados a estas actividades, el problema sigue siendo el de los centros de trabajo. Los brotes vinculados a los temporeros representan un 10% del total, pero acumulan más del 40% de los casos.

Pero es el más controlable: El problema es que los trabajadores de la industria agroalimentaria son "esenciales". Eso significa que es muy difícil cerrar el sector sin que haya importantes problemas económicos, laborales y sociales. Sin embargo, el "ocio nocturno" es, al menos sobre el papel, más fácil de controlar cerrando locales, controlando plazas e insistiendo en que las reuniones no deben integrar a mucha gente.

¿Por qué no se hace algo? Se ha intentado. De hecho, en muchas zonas del país se han reducido aforos y se ha pedido a los propietarios de los locales que implementen soluciones imaginativas. No obstante, es muy difícil encajar la vuelta a la nueva normalidad con sistemas eficaces para frenar el virus, la economía con la salud. Aún así, comunidades como Cataluña ya están aplicando medidas para cerrar los locales en zonas concretas y el debate sobre su regulación empieza a ganar fuerza. No sabemos exactamente qué pasará, pero sí está claro que, con las fiestas populares a la vuelta de la esquina, habrá que tomar medidas pronto.

Imagen | Matty Adame

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