"Lo peor está por venir". Con esta frase, la misma que lleva repitiendo la OMS durante semanas; The Lancet, una de las revistas médicas más prestigiosas del mundo, hacía esta semana un repaso general a la situación de la pandemia en el mundo. Pese a los sustos de los últimos días, no sólo España sino el conjunto de Europa Occidental ya está desconfinada casi en su totalidad. Pero, si miramos el contador global, llevamos con más de 160.000 nuevos contagios diarios desde el 25 de junio.
Y es que solo con los datos de EEUU, Brasil e India a la cabeza la pandemia ya parece desbocada ("más de 100.ooo casos nuevos cada uno entre el 26 de junio y el 3 de julio"). Pero a eso hay que sumar Rusia, Asia Central, Oriente Medio y, seguramente, el África subsahariana. No obstante, eso no es lo peor.
Lo peor es que todos los estudios de seroprevalencia que están publicándose dejan una cosa clara: por lo que sabemos, ni siquiera en las áreas más afectadas, la población con anticuerpos no supera el 15%. Es decir, incluso en el mejor de los casos, la mayor parte de la población sigue siendo tan susceptible al SARS-CoV-2 como el primer día.
Los nuevos epicentros de la pandemia
EEUU: No nos entretendremos demasiado en Estados Unidos. En la medida de que es uno de los 'puntos negros' que más atención reciben por parte de la prensa internacional, no es necesario. Mientras escribo estas líneas, la potencia norteamericana concentra la mayoría de los casos nuevos en todo el mundo (53.213 de los 128.481 que se confirmaron el 4 de julio) y la cuarta parte de todas muertes. La situación, por no andarnos con rodeos, parece muy preocupante.
Asia Central: El caso de Asia central es mucho más extraño. Fundamentalmente, porque los informes no han sido muy fiables. Durante los primeros días de julio, Kazajistán registró muchísimos casos, pero en algún momento se quedó sin pruebas y, aunque sabemos que hay gente muriendo de neumonía y todo el mundo cree que es COVID-19, el gobierno lo niega y no podemos confirmarlo de manera independiente. Turmekistán, por su lado, aún no ha informado ni de un solo caso en su territorio y los datos de Tayikistán son un desastre. Pero quizás lo que más preocupa a los expertos es el alto número (de 2,7 a 4.2 millones) de trabajadores de Asia central que residían temporalmente en Rusia y se han quedado en tierra de nadie (administrativa y sanitariamente hablando).
Oriente Medio: A la cabeza de la región tenemos a Irán y Arabia Saudí. No obstante, este último no es representativo de la respuesta de sus vecinos toda vez que ha habilitado una línea presupuestaria prácticamente ilimitada para controlar la pandemia ampliando UCIs y haciendo gratuita ¡de facto' la atención médica. No ocurre así en la mayoría de países más afectados, los cuales, con un 66% de población en riesgo de exclusión, están teniendo enorme problemas para controlar la pandemia. The Lancet, por ejemplo, citaba los problemas con el suministro de oxígeno en Irak. Pero la situación extremadamente precaria de países en conflicto como Siria o Yemen nos hacen temer que los datos solo pueden ser mucho peores de los que tenemos a nivel oficial.
Subcontinente Indio: Pakistán está entre los países que más casos reportan, pero, comparado con su vecino, parece un problema menor. Y es que en la India, tras tres meses de confinamiento estricto, los casos están aumentando de nuevo. Aunque algunos de los estados indios más grandes aún no han presenciado un aumento sustancial en los casos de COVID-19, el sistema sanitario de sitios como Maharashtra, Delhi y Gujarat está tan colapsado que el ejército indio ha tenido que asumir buena parte del control de la situación. El principal problema, como señalaba The Lancet, es que los déficits estructurales de la sanidad india siguen como estaban y eso con una pandemia llamando a las puertas es una mala noticia.
América del Sur: Aquí también hay un país que concentra toda la atención: Brasil. Sus cifras y la atención que desde hace años concentra su presidente, Jair Bolsonaro, pueden dar la falsa sensación de que es el único gran afectado. Pero no, por los datos disponibles, países como México, Colombia, Perú, Chile y Argentina están luchando para aplanar la curva tan rápido como sea posible. Mientras tanto y por si fuera poco, la Organización Panamericana de la Salud está al borde del cierre porque los países no pagan las cuotas de miembros.
La consecuencia más importante de todo esto es una certeza, solo una: que el virus está aquí para quedarse. Y, a la luz de lo que está pasando en los últimos días, más vale que nos hagamos a la idea.
Imagen | Martin Sanchez
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