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La OMS acaba de anunciar que ha encontrado un tratamiento contra el Ébola avalado científicamente: esto es lo que sabemos

"De ahora en adelante, ya no diremos que el ébola es incurable", dijo Jean-Jacques Muyembe, director general del Institut National de Recherche Biomedicale en la República Democrática del Congo y uno de los mayores expertos mundiales en la lucha contra esta fiebre hemorrágica que ya ha desatado dos emergencias de salud pública de importancia internacional.

Y es que ayer mismo se hicieron públicos los resultados de un ensayo clínico que, durante un año, científicos y médicos de la República Democrática del Congo han llevado a cabo para probar la última generación de tratamientos contra el Ébola. Y los resultados son sorprendentemente buenos.

Por fin, tenemos una herramienta contra el Ébola

En busca de un tratamiento contra el Ébola. Desde hace años cientos de laboratorios y centros de investigación de todo el mundo y, de hecho, se han encontrado vacunas con efectividades aceptables, pero los tratamientos que teníamos dejaban mucho que desear. Durante el último gran brote de ébola del África occidental (2014-2016) se iniciaron varios ensayos clínicos, pero las terapias propuestas no funcionaron o no lograron un resultado concluyente antes de que el brote finalizara. No estábamos preparados.

El ensayo PALM: PALM son las siglas de "Juntos Salvamos Vidas" en swahili y es el fruto de la decisión de la Organización Mundial de la Salud y varios centros internacionales de investigación biosanitaria de que no volviera a pasar. Por eso, cuando el 1 de agosto de 2018 se confirmó que cuatro casos habían dado positivo en la región congoleña de Kivu, toda la maquinaria se puso en marcha.

A partir de noviembre de 2018, los pacientes en cuatro centros de tratamiento en el este del país fueron asignados aleatoriamente para recibir una de las cuatro terapias que gozaban de ciertas expectativas: por un lado, teníamos un medicamento antiviral llamado Remdesivir fabricado por Gilead; por el otro dos anticuerpos monoclonales, el REGN-EB3 de Regeneron Pharmaceuticals y el mAb114 desarrollado por el National Institute of Allergy and Infectious Diseases de EEUU.

La idea era comparar esos tres medicamentos nuevos con el ZMapp. Este fármaco fue uno de los tratamientos estudiados durante el brote de 2014-2016 y, aunque no se llegaron a resultados concluyentes, es considerado el estándar terapéutico durante los brotes de Ébola. El ensayo PALM nos diría si esas otras nuevas drogas podrían superarlo. Pero los resultados fueron tan sorprendentes que el ensayo se ha parado.

¿Se ha parado? Una persona infectada que no busque ningún tipo de medicamento tiene entre un 67 y un 75% de posibilidades de morir como consecuencia del Ébola. El ZMapp reducía esas cifras hasta el 49%. Pero, durante el ensayo, los investigadores se dieron cuenta que los anticuerpos monoclonales arrojaban cifras de mortalidad entorno al 29%, uno (REGN-EB3) y el 34%, el otro (mAb114).

Es más, cuando el tratamiento fue temprano las tasas cayeron al 11% con mAb114 y al 6% con otro de los medicamentos, el REGN-EB3. Por ello, aunque según el plan original el ensayo debía contar 725 pacientes, la Junta de Control analizó los datos de los primeros 499 pacientes y se dieron cuenta de que el REGN-EB3 estaba funcionando lo suficientemente bien como para cruzar un umbral preestablecido que requiere alterar el protocolo del estudio. Muy cerca de ese umbral estaba también el mAb114. Los otros dos tratamientos se quedaban muy atrás.

Ante esos datos sorprendentes, las normas éticas no aconsejan mantener el estudio, sino plantearse seriamente empezar a tratar a todos con los fármacos más efectivos. Estos dos fármacos eran anticuerpos monoclonales aislados de supervivientes de otros brotes del pasado. Por ello, hace unos días, la junta decidió que había que eliminar el Remdesivir y el ZMapp y empezar de nuevo solo con el REGN-EB3 y el mAB114.

¿Hemos encontrado la cura contra el Ébola? Pese al comprensible entusiasmo, como habéis visto los nuevos tratamientos mejoran las cifras, pero siguen presentando serios problemas (tanto en su eficacia como en su aplicación). En realidad, solo "Significa que ahora tenemos lo que parecen tratamientos para una enfermedad que no hace mucho tiempo realmente no teníamos ningún enfoque terapéutico", explicaba el Dr. Anthony Fauci, director del NIAID. Es mucho, un paso enorme; aunque ante la segunda epidemia más grande de la historia y la falta de medios, sigue pareciendo poco.

Imagen | U.S. Air Force

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