En el recinto ferial de la ciudad madrileña de Torrejón de Ardoz no hay atracciones, ni casetas. Desde hace días, en esa enorme extensión de asfalto al sur de la ciudad solo hay una decena de carpas blancas, varios centenares de vallas metálicas y gente, mucha gente. Más de 100.000 personas han pasado por las instalaciones provisionales del Ayuntamiento y la empresa Ribera Salud para formar parte de lo que algunos llaman "el mayor estudio de seroprevalencia de Europa" y otros, como un ejemplo paradigmático de "marketing político" de muy dudosa utilidad.
Un estudio que ha presentado sus resultados esta semana apuntando a una incidencia del 20 por ciento en la ciudad. En la práctica, casi el doble de lo que la segunda oleada del estudio de seroprevalencia del Ministerio de Sanidad estimaba para la provincia de Madrid (11,4%). Algo que se podría explicar si tenemos en cuenta que Torrejón fue uno de los epicentros de la epidemia de coronavirus en España, pero que también podría explicarse por los problemas metodológicos, diagnósticos y organizativos que, durante estos últimos días, han salido a la luz.
Y es que en cuanto nos acercamos al gran experimento serológico torrejonense todo se vuelve muy confuso e indefinido.
Secretismo, indefinición y material sospechoso: así se cocinó el gran estudio de Torrejón
El primer paciente grave del país vivía en Torrejón y, de hecho, desde casi el principio se ha venido sospechando que la ciudad madrileña fue el escenario de unas de las primeras situaciones de contagio comunitario. El 24 de mayo, domingo, se filtró el plan de poner en marcha una iniciativa para realizar tests de anticuerpos a toda la población del municipio.
Al día siguiente, la Comunidad de Madrid se desvinculó de la iniciativa y, ante las dudas de otros ayuntamientos, explicó que era algo que estaba siendo gestionado por Torrejón sin la participación del gobierno regional. Ese mismo día, la Cadena Ser informó que ya había un centenar de profesionales de Ribera Salud en el municipio madrileño a la espera de poder comenzar el estudio. Ribera Salud gestiona el hospital de la ciudad, pero también varias áreas sanitarias de la comunidad valenciana.
Esto que provocó que el martes 26 la Consejería de Sanidad de Valencia abriera un expediente a Ribera Salud porque había desplazado a los profesionales desde el área sanitaria de Elche-Crevillente y Torrevieja a Madrid sin dar detalles de "las categorías profesionales de los trasladados, el tiempo de desplazamiento, cuándo se reincorporarán a sus puestos" y cómo habían sido sustituidos. La respuesta de la empresa es que los trabajadores eran "voluntarios" y estaban usando "sus días libres, sin interferir en la actividad cotidiana ni verse alterado en ningún momento la plantilla, turnos, horarios o funcionamiento de sus centros habituales".
Mientras tanto, el pulso entre la Comunidad y el Ayuntamiento seguía en marcha. Un pulso que ganaría Torrejón. El mismo día 27, cuando según los carteles filtrados debían de empezar a realizarse los tests, Isabel Díaz Ayuso, la presidente de la Comunidad de Madrid, explicó que el ayuntamiento había adquirido los test por su cuenta y que estaban estudiando toda la documentación. No obstante, se posicionaba a favor y su intención era que este estudio "formara parte de una estrategia serológica regional porque hay otros ayuntamientos que también los han comprado".
"Esta ciudad y este Ayuntamiento somos muy modestos económicamente, pero hemos decidido priorizar el presupuesto municipal en esta actuación, destinando todo lo que se iba a emplear en las fiestas de este año y en otras actividades municipales que se han suspendido", lo confirmó el alcalde de Torrejón, Ignacio Vázquez. "Sin duda será el dinero mejor invertido por la gran preocupación que ha generado en nuestra ciudad, como en toda España, y por la necesidad primordial de conocer nuestro estado de salud".
¿Tiene sentido realizar tests masivos a toda una población?
Desde el principio, las dudas entre los expertos y las autoridades no se hicieron esperar. No hay antecedentes claros a esto: ninguna ciudad de más de 100.000 habitantes había decidido hacer pruebas a toda su población. Los motivos fundamentales son que la eficacia es muy cuestionable y que suponen un gasto de recursos que podría estar injustificado (dado que tenemos herramientas estadísticas que nos permiten hacer muestreos eficaces).
"Si alguna comunidad quiere tener datos más detallados por municipio u otra división territorial, no me parece mal que lo hagan, pero no tiene sentido que testen a toda la población. Que no malgasten recursos innecesarios si el objetivo es conocer lo que ha pasado", señalaba Fernando Simón, director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias. El consenso entre los especialistas en salud pública es que, aunque este tipo de campañas puede ayudar a tranquilizar a la población, lo cierto es que aporta muy poca información más que un estudio realizado con muestras representativas y, en cambio, cuesta mucho más.
El último problema de Torrejón: los tests
Finalmente, el primer día de los tests masivos fue el viernes 29 de mayo. Ese día fueron 6.502 vecinos los que se sometieron a pruebas; el sábado, 21.001; el domingo, 22.644; el lunes ,18.138 y el martes, 18.310 residentes. Según informaba Antonio Villarreal, "por las carpas del recinto ferial de Torrejón han pasado más de 100.000 personas para someterse al test, entre ellos un buen número de personas que no residen en Torrejón". Desde profesores y sanitarios de otras zonas del Corredor del Henares hasta militares de las bases cercanas.
Convocados por orden alfabético, durante los últimos días los seleccionados para el estudio han podido acercarse al recinto ferial para que les tomaran muestras de sangre y les hicieran los famosos tests rápidos. Uno por persona. Sin embargo, hoy mismo, Antonio Villarreal y David Brumat publicaban en El Confidencial que los tests que había comprado el Ayuntamiento de Torrejón, de la marca Testsea Labs, son "uno de los 34 modelos que la FDA estadounidense recomienda que no sean distribuidos en territorio norteamericano o sean retirados". Por contraposición los tests usados en el estudio de seroprevalencia del Ministerio de Sanidad tienen el aval de varias revisiones independientes.
No obstante, este es solo el último "problema" en torno al estudio de Torrejón que acumula fuertes fallos metodológicos. Cosas como que se está realizando no a 'todos' los ciudadanos, ni a una muestra representativa; sino solo a los que quieren pasar por las carpas (y, por lo tanto, los resultados no sirven para extrapolar al resto de la ciudad) o que la falta de criterios claros (o, al menos, no publicados) los hacen inservibles para compararlos con otros estudios. Si a eso le sumamos los falsos positivos y los casos no detectados, el gran estudio de Torrejón se convierte más en una"acción sanitaria" que en un trabajo útil.
Pero, en el fondo, no podría que ser otra cosa porque, como explicaba el biólogo molecular Javier Yanes, "incluso en el caso de los más fiables, aún no se conoce con detalle cómo es la inmunidad al virus. Una persona que tiene anticuerpos contra el coronavirus no es necesariamente inmune. Aún peor, es bastante posible que esa persona esté parcialmente inmunizada, de modo que pueda contraer de nuevo el virus sin enfermar, pero con la capacidad de contagiar a otros".
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