La castración química entraría a ser parte del Código Penal en Colombia. El Senado aprobó en primer debate un proyecto de ley que regula éste procedimiento en abusadores de menores. Sin embargo, desde hace años este tratamiento ha sido blanco de polémica.
Este es uno de los temas del que todo el mundo habla o ha oído hablar y en el que toma una posición, a favor o en contra. A pesar de ello, pocas personas conocen con exactitud que significa el término, cómo se lleva a cabo el procedimiento y qué efectos tiene en el paciente.
Castración química: procedimiento y efectividad
La castración química fue diseñada para el tratamiento del cáncer de próstata avanzado, pero se comenzó a utilizar como castigo penal desde hace algunos años. En ningún momento representa alteración física del cuerpo, ya es un tratamiento con fármacos y es reversible.
El procedimiento consiste en inyectar acetato de medroxiprogesterona, conocido también como Depo Provera. Éste medicamento bloquea la producción de testosterona en los testículos e inhabilita el deseo sexual masculino durante un periodo de aproximadamente seis meses.
En el cuerpo del paciente el medicamento tiene tres efectos principales: disminuye la intensidad y frecuencia de los impulsos sexuales, impide la irrigación de sangre al pene evitando la erección e imposibilita la obtención del orgasmo y la eyaculación.
El debate sobre su utilización
A pesar de que es un método altamente efectivo, en los países donde se aplica como castigo penal se ha iniciado un nuevo debate, que aboga por los derechos constitucionales del recluso y analiza los efectos psicológicos que puede tener la reducción de hormonas masculinas durante un periodo de tiempo.
Más allá de perder el deseo sexual, el cuerpo del paciente podría perder vello facial y corporal, perder grasa y desarrollar características físicas femeninas. El doctor Edgardo Becher, de la Sociedad Internacional de Medicina Sexual, asegura que éste tratamiento puede fallar, por lo que la mejor opción es realizar una castración quirúrgica.
Por otro lado, expertos aseguran que esta clase de tratamientos deben ir acompañados de asesoramiento psicológico y tratamientos antidepresivos. Primero que todo, para que cumplan con el efecto deseado, no se reincida en el delito y el paciente conserve sus facultades mentales 'normalmente'.
Colombia no sería único país en América Latina en incluir éste procedimiento en su código penal y se uniría a otros países como Estados Unidos, Reino Unido, Australia, España y Francia. De ser aprobado en segundo debate, el proyecto pasaría dos debates más en la Cámara de Representantes, antes de ser una realidad.
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