Se llama David Bennett, tiene 57 años y hasta hace apenas unas semanas estaba completamente desahuciado. De hecho, tres días después de que un equipo del Centro Médico de la Universidad de Maryland (EEUU) le trasplantaran el órgano porcino genéticamente modificado sigue sin garantías de que todo vaya a salir bien. No obstante, tres días en una operación tan arriesgada como esta son muchos días.
“Era morir o hacer este trasplante. Quiero vivir. Sé que hay una opción entre mil millones, pero es mi última opción”, explicó Bennett un día antes de la cirugía. Y no le faltaba razón, su salud estaba deteriorándose rápidamente y, al no ser candidato para un trasplante estándar, la intervención (por muy experimental que fuera) se había convertido en su última esperanza.
El mundo de los trasplantes, en vilo
Y, por ahora, ha sido un éxito. Aún es pronto para saber si la operación realmente funcionará a medio-largo plazo, pero la principal preocupación (el rechazo inmediato) ya ha sido superado. Según el último informe del hospital norteamericano, Bennett estaba recuperándose y respirando por sí mismo; aunque todavía estaba enganchado a la bomba de circulación extracorpórea que ayuda a bombear al nuevo corazón.
Como digo, quedan muchos meses de análisis detallados. Es posible que años, de hecho. Hasta ahora todos los xenotrasplantes de este tipo que se han realizado han sido un fracaso: en el 84, por ejemplo, un bebé llegó a sobrevivir 21 días con el corazón trasplantado de un babuino. Sin embargo, si la operación tiene éxito estaremos ante un salto de gigante en el mundo de los trasplantes. Durante décadas, el principal problema que hemos tenido ha sido la escasez órganos: pero si la edición genética puede eliminar los problemas de rechazo, ese problema se desvanecerá completamente.
A finales del año pasado, United Therapeutics (la misma empresa detrás de este corazón) y un equipo de cirujanos del NYU Langone Health de Nueva York consiguieron trasplantar el primer riñón de cerdo. El caso del corazón era mucho más complejo y no se esperaba tan pronto. Es más, solo ha sido posible porque la FDA norteamericana autorizó la intervención "por uso compasivo" ante la cercana muerte de Bennett.
Ya solo queda esperar, aprender y cruzar los dedos. La revolución genética del mundo de los trasplantes está cada día más cerca y eso, pese a todas los problemas éticos y médicos que acarreará, es una noticia excepcional.
Imagen | Tanya Pro