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Así se prepara la sanidad española para un brote como el italiano: tratamientos, equipamiento y protocolos frente al coronavirus

Una persona llega a la puerta de urgencias. Tiene tos y algo de fiebre; siente fatiga y dificultad para respirar. El personal de admisiones le hace un par de preguntas, se miran y teclean "¿Sospecha de Coronavirus?". Y es que el brote italiano de este fin de semana, ha cambiado las cosas. Al menos, en la percepción social. El virus ha entrado de lleno en Europa y ha llenado los informativos de calles vacías, supermercados desabastecidos y salas de urgencias abarrotadas.

Y mientras la preocupación social no deja de crecer, las preguntas empiezan a acumularse. ¿Estamos preparados para un brote como el italiano que, de la noche a la mañana, nos mande centenares de personal al médico? ¿Cómo se gestiona esto en hospitales y centros de salud? En caso de que el virus llegue a España, ¿nos desbordará o tendremos la capacidad técnica para controlar la situación? Es decir, ¿Cómo se trata una enfermedad en la que no tenemos ni experiencia, ni tratamiento?

¿Qué pasa cuando un paciente de coronavirus a un hospital?

Ibrahim Boran

En el caso español, el Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias lleva desde el principio de la crisis desarrollando protocolos (y actualizándolos a la última evidencia disponible) de cara a tener procedimientos estandarizados y coordinados en todo el país. El 18 de febrero, además, publicó dos documentos: el primero, elaborado junto con 15 sociedades científicas, que describía cómo debía ser el manejo clínico de la enfermedad en los hospitales y el segundo, elaborado con nueve sociedades, sobre el manejo en urgencias de posibles casos.

Aunque faltan aún algunos documentos más, en los que tenemos disponibles se puede ver con todo lujo de detalles cómo se está preparando el sistema sanitario español para hacer frente a un posible brote de la enfermedad en territorio nacional. En el caso de urgencias, por ejemplo, se han ido endureciendo las recomendaciones para la protección de los trabajadores (como la necesidad de usar mascarillas con respiradores de partículas - FFP2 o FFP3 - en vez de las quirúrgicas para protegerse de posibles contagios).

También los protocolos señalan la necesidad de 'sacar' los casos sospechosos de Urgencias lo más rápido posible y desviarlos al circuito de aislamiento (de una u otra forma). El COVID 19, al presentarse en un hospital, puede tener hasta seis grados de gravedad (enfermedad no complicada, neumonía leve, neumonía grave, distrés respiratorio, sepsis y shock séptico). Solo en el caso más leve, el de enfermedad no complicada (y mientras se esperan los resultados del laboratorio), se puede valorar con las autoridades sanitarias la posibilidad de enviar a los pacientes a casa con instrucciones claras en caso de empeoramiento e indicaciones de cuarentena.

Seguimos sin tratamiento Actualmente no existe evidencia (procedente de ensayos clínicos controlados) para recomendar un tratamiento específico para pacientes de esta enfermedad. No obstante, como dicen desde el ministerio, esta información podría cambiar rápidamente debido a que hay varios ensayos clínicos en marcha. De hecho, algunos tratamientos farmacológicos ya están en marcha en pacientes graves (porque hay indicios de que puedan ser efectivos): los más llamativos son el lopinavir/ritonavir (un fármaco indicado en pacientes con VIH) y el remdesivir (un tratamiento experimental contra el ébola que ya se usa en otros países en los pacientes más graves).

En el resto de los casos, se aconseja tener a los pacientes bajo monitorización directa (aunque en habitaciones normales siempre y cuando estén aislados de otros pacientes). Sobre todo, porque es muy importante identificar los casos graves. Según los datos que tenemos, en pacientes con cuadros de este tipo, la enfermedad tarda entre 10 y 15 días en progresar desde los primeros síntomas hasta la insuficiencia respiratoria. De ahí que sea importante encontrarlos cuanto antes y realizar el manejo clínico en habitaciones de presión negativa, aisladas y en la Unidad de Cuidados Intensivos.

Esto es importante porque los datos que nos llegan de China señalan que quizás estamos centrando nuestra atención en el sitio equivocado. Si el SARS-2 se hace fuerte en Europa la verdadera historia sanitaria no estará más que en la logística. La de los cuidados intensivos y los sistemas de soporte vital, concretamente.

Esta misma mañana la revista Lancet avisaba de la enorme cantidad de recursos que se estaban necesitando en el gigante asiático para poder asistir a los más de dos tercios de los pacientes críticos de la enfermedad que acaban necesitando técnicas de ventilación invasiva. Sobre todo, teniendo en cuenta que un 10% de ellos están necesitando este tipo de tratamientos durante 28 días y no paraban de llegar casos nuevos a las puertas de los hospitales.

¿Tenemos recursos para hacer frente a un brote?

Pixpoetry

En el momento en que controlar la enfermedad dentro de las zonas cero se vuelve imposible, esa pasa a ser la gran pregunta. Y es que simplemente con repasar los recursos materiales necesarios (mascarillas, habitaciones, sistemas de soporte vital, etc...) para manejar la enfermedad nos podemos hacer una idea de los problemas que origina un brote de este tipo.

En el plano de equipamientos, la disponibilidad de sistemas de soporte vital es poco elástica. Es decir, tenemos los que tenemos y es muy complicado ampliar las unidades (más aún en un escenario de epidemia global). Algo similar ocurre con las instalaciones de cuidados intensivos. La buena noticia es que son infraestructuras diseñadas para situaciones de este tipo: para asumir cargas mayores de lo habitual si es necesario. Un brote como el italiano podría ponerlas al límite unos días, pero con todo el sistema de salud trabajando no parece probable que pudiera hacer entrar en barrena la sanidad española.

La otra gran variable es el personal. A todos los recursos que se necesitan, las necesidades personas sanitario altamente especializado. Y no es poco. La estimación del Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades que dice que cada paciente grave requiere entre 15 y 24 profesionales sanitarios al día. En este caso, la elasticidad de las plantillas de la sanidad española es más limitada de lo que podríamos pensar. Desde hace años, el sistema va trabajando bastante al límite de su capacidad y, aunque en un brote del tamaño del de Italia, las autoridades no esperan problemas, un escenario más agresivo podría someter a las plantillas a un nivel de trabajo muy por encima de lo razonable.

No obstante, como han asegurado a Xataka desde el Ministerio de Sanidad, Gobierno y Autonomías están trabajando en planes de contingencia que contemplen todos estos problemas y garanticen la mayor rapidez posible en caso de que el coronavirus provoque un brote en el país.

Imágenes | Natanael Melchor

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