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La música "deteriora significativamente" la creatividad, pero también la potencia: una historia más complicada de lo que parece

"La creatividad es la fuerza impulsora detrás de la innovación científica, tecnológica o cultural y puede ser considerada como una de las competencias clave para el siglo XXI", escribían Simone M. Ritter y Sam Ferguson en 2017. "Sin embargo, estamos en una crisis de creatividad, la gente en general piensa menos creativamente que antes", añadían.

Y proponían una solución que les sonará a muchos: ¡Música! No estoy muy seguro de que hoy por hoy seamos menos creativos que antes, pero sí de que la idea de que la música impulsa la creatividad es una idea muy popular. Ritter y Ferguson estaban de acuerdo, pero la historia es más complicada.

Música y creatividad: ¿Sí, pero no?

El trabajo de Ritter y Ferguson hablaba, sobre todo, del papel motivacional de la música. Sus experimentos estudiaban como distintos tipos de canciones ("alegre", "ansiosas", "calmadas" y "tristes") impactaban en distintas medidas de la creatividad. Según sus conclusiones, la exposición a música alegre mejoraba el pensamiento divergente.

Sin embargo, un equipo anglo-sueco de investigación ha descubierto que el problema es más complejo de lo que parece. Los investigadores estudiaron el impacto de la música de fondo en la resolución de problemas verbales muy relacionados con la creatividad.

Para entender bien este último estudio merece la pena detenernos a hablar sobre el experimento en cuestión. La prueba consistía en presentar tres palabras (en este caso 'dress', ‘dial’, ‘flower') y pedirles a los participantes que buscaran una palabra que pudiera ser combinada con esas tres para generar palabras nuevas. En este ejemplo, una posible palabra es ‘sun’ porque genera ‘sundress', ‘sundial’ y ‘sunflower'.

Para estudiar el impacto de la música, los investigadores utilizaron cuatro situaciones experimentales y una de control: con música con letras de fondo en lengua extranjera y desconocida; con música instrumental; música con letras conocidas; con ruido de biblioteca y con un entorno silencioso.

Las dos últimas, prácticamente no influyeron en la creatividad de los participantes. Pero las tres primeras, sí. Es decir, los autores "encontraron pruebas sólidas de un rendimiento deficiente al reproducir música de fondo en comparación con condiciones de fondo silenciosas". La música conocida afectaba mucho más el resultado del test independientemente de que fuera alegre o triste.

Algo más complejo de lo que parece

¿Eso quiere decir que la música “impide significativamente” la creatividad de las personas? No exactamente: lo que los investigadores han descubierto es que la música puede provocar "interrupciones" en ciertos procesos cognitivos (en este caso, parece que en la memoria de trabajo verbal) y eso se puede comer cualquier otro efecto positivo que pueda tener la música.

Es decir, aunque los autores concluyen que sus "hallazgo cuestionan la opinión popular de que la música mejora la creatividad" y "demuestran que la música, independientemente de la presencia de contenido semántico (sin letras, letras familiares o letras desconocidas), interrumpe constantemente el rendimiento creativo en la resolución de problemas", lo cierto es que esta investigación nos muestra que la creatividad es un fenómeno mucho más complejo de lo que parece.

Podremos usar ciertas técnicas o "trampas" para hacernos más creativos, sí. Pero solo en determinadas situaciones, tareas y contextos. No hay soluciones mágicas. Y más vale que lo tengamos en cuenta antes de tratar de ser "hackers cognitivos" porque, a falta de una forma de decirlo más creativa, puede salirnos el tiro por la culata.

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