La búsqueda de la juventud eterna, o al menos de permanecer joven hasta los últimos días, es algo que no sólo es cosa de películas. A medida que la tecnología ha avanzado, su alianza con la medicina y la estética han hecho que quienes anhelan desafiar a la naturaleza en este sentido prueben casi cualquier alternativa prometedora. Después del famoso botón, cremas de baba de caracol y otros inventos llegan las transfusiones de sangre, y Peter Thiel está decidido a invertir lo necesario para ponerlo en marcha.
Quizás este personaje te suene porque además de tener muchos ceros en su cuenta corriente fue co-fundador de Paypal y de los primeros inversores de Facebook. El multimillonario ya hace tiempo que ha dedicado parte de su fortuna a este fin en cuanto a tratamientos personales y empresas basadas en tratamientos "anti-edad", y ahora su meta es normalizar la parabiosis y que todo el mundo entienda qué es y sus "prometedores usos". Pero, ¿qué es la parabiosis y por qué lucha por extenderlo a la sociedad?
De ratones fluorescentes a pacientes con Alzheimer
Según recoge Inc, Thiel está cansado de que la gente confíe en métodos "raros y desagradables" para quedarse en su juventud y dejar a un lado la vejez. No sabemos a qué métodos se refiere, probablemente a alguno de los que hemos mencionado antes, pero lo que llama la atención es que lo que al magnate no le parece raro y desagradable es la meta que persigue él mismo: transferirse plasma de personas jóvenes.
Esto por definición no es parabiosis, pero sí que es algo que este concepto engloba y que se ha ido redefiniendo por la tendencia de los trabajos en los últimos años. Por definición parabiosis es el desarrollo simultáneo de dos organismos siendo sólo uno el que disfruta de vida propia, viviendo el otro a expensas del primero, si bien esta definición en medicina se extiende a casos como el que dos organismos compartan la circulación sanguínea (injertos completos).
Y ahí es donde entra la idea de Thiel y sus esperanzas, en que el compartir sangre con un individuo joven le regrese a sus años de juventud. Algo que se empezó a plantear por la comunidad científica desde que los experimentos parabióticos empezasen a publicarse. Porque, aunque se tienen datos de experimentos parabióticos de mediados de 1800, no fue hasta el siglo XX cuando se empezó a publicar los experimentos, como el de Munster y Meyer en 1933 que sirve de base (o que al menos citan) los más actuales.
Trabajos como el de Paniz Kamran y un grupo de científicos de UCLA. En este caso, según reportan, unieron un ratón con GFP (que expresa alguna proteína fluorescente) con uno WT (wild type, es decir, no mutado), afirmando que a las dos semanas las GFP pasaron al otro.
Tras los supuestos éxitos en ratones, se empezó a trabajar con seres humanos
¿Qué tienen que ver estos ratones con fluorescencias con la ansiada juventud de Thiel? Por ese fundamento se cree que la parabiosis podría proporcionar una extensión de la juventud si un individuo joven es el que comparte su también joven plasma. Los trabajos en ratones empezaron a reportar el rejuvenecimiento de órganos al recibir la sangre joven, por lo que ni cortos ni perezosos los humanos empezaron a trabajar en su misma especie, como los estudios que citaron en Nature en Standford o en Cambridge (Massachussetts).
Ejemplos como el trabajo de Tony Wass-Coray, neurólogo que fundó una compañía que trabaja experimentando acerca de los posibles beneficios de sangre de individuos jóvenes en pacientes con Alzheimer y de cuyo trabajo ya hablamos. Según sus palabras, para él se puede hablar de rejuvenecimiento por los hallazgos obtenidos hasta el momento, aunque otros colegas son algo más cautos en sus afirmaciones hablando de una reparación de tejidos y no de atrasar el reloj biológico, como Amy Wagers, de la Universidad de Harvard.
Juventud, divino tesoro y ¿elixir de la eterna juventud?
En este caso es Ambrosia la compañía en la que Thiel ha puesto algo más que sus esperanzas. Una empresa en Monterey (California) que ya ha iniciado uno de los ensayos parabióticos, titulado "Transfusión de plasma de donantes jóvenes y biomarcadores relacionados con la edad". Éste consiste en que sujetos de a partir de 35 años recibirán plasma de donantes de 25 años o menores, de manera que se monitorizará su sangre durante los dos años siguientes con el fin de detectar indicadores moleculares tanto del estado de salud como de envejecimiento.
Eso sí, la participación requiere algo más que voluntad. Quienes se han ofrecido para probar el supuesto rejuvenecimiento han tenido que pagar un módico precio, 8.000 dólares, además de en caso de vivir fuera trasladarse a Monterey. El estudio de hecho fue promocionado con el fin de reunir candidatos, si bien Jesse Karmazin, fundador de Ambrosia, no se esperaba que Thiel (o más bien sus representantes) llamasen a la puerta.
De ahí el interés de Thiel en la sangre joven, o más bien en el plasma, que es la parte no celular de la sangre donde de hecho está lo que despierta el interés tanto de Thiel como de científicos como Wass-Coray. El plasma es un 90% de agua y el resto lo componen proteínas, vitaminas, grasas y algunos compuestos metabólicos. El evitar las células además ayuda en parte a que no haya incompatibilidades, pero ¿es este líquido acuoso la fuente de la juventud que al parecer tantos ansían?
¿Funciona la parabiosis?
La pregunta, de hecho, tiene dos vertientes: por un lado está el que funcione y por otro el que lo haga como Thiel y los entusiastas del rejuvenecimiento lo desean. El propio Karmazin lleva más de diez años estudiando y trabajando con la parabiosis matiza que los mecanismos aún no se conocen del todo, si bien lo que está viendo es que el plasma joven no sólo contiene las proteínas necesarias para mejorar las funciones celulares, sino que ayuda a que el organismo "viejo" las produzca.
Los efectos parecen ser permanentes. Es como si la expresión genética se resetease.
Pese a la teoría y a las afirmaciones de unos y otros, lo cierto es que en la actualidad no hay pruebas de un rejuvenecimiento gracias a la parabiosis. Pese a que algunos investigadores usan este término, como veíamos antes otros son más cautos o directamente niegan que haya un rejuvenecimiento como tal. Wagers, cuyo trabajo citábamos antes, reporta reparación muscular gracias a la transfusión de sangre joven, pero insiste en que es sólo reparación tisular y nada de revertir el envejecimiento.
Algo que recalca de hecho es que nadie ha mostrado de manera convincente que la sangre joven (o el plasma) prolongue la vida, y que ni siquiera parece haber un futuro prometedor ahí, sino que las esperanzas están en que el plasma joven ayude a recuperarse tras cirugías o en tratamientos de enfermedades crónicas. Además, existe cierto sesgo al referirse al plasma joven en general, dado que no siempre se hallan los componentes que interesan, y que puede que la clave sea reunir una combinación de componentes que pueden ser sintetizados en el laboratorio.
Por otro lado están los posibles factores de riesgo a largo plazo. Thomas Rando, un neurólogo de Stanford que ha estado trabajando con parabiosis explicaba a Nature que cabe la posibilidad de que los tratamientos crónicos de este "rejuvenecimiento" podrían estar relacionados con el desarrollo de cáncer (al tocar los mecanismos de replicación celular), si bien esto también ha de demostrarse.
De momento Thiel y Ambrosia ya se han puesto manos a la obra en la búsqueda de la juventud eterna gracias al plasma de individuos jóvenes, el cual no abunda y su escasez será una de las principales trabas a la hora de completar los tratamientos de dos años en cada uno de los pacientes. Una técnica que escapa a la necesidad de la aprobación por parte de la FDA dado que por definición son transfusiones de sangre, y podrá realizarse mientras se haga con las medidas necesarias y se deje claro que es un estudio, sin falsas promesas sobre su eficacia y resultados.
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