De pequeño, uno de mis tesoros más preciados era una caja llena de imanes. Supongo que el roce hace el cariño porque un verano escuché a alguien hablar sobre trenes de levitación magnética y dediqué horas y horas a tratar de hacer uno en casa con los viejos imanes de la caja. No pude. Fallé inmisericordemente una y otra y otra vez: el imán siempre acaba cayéndose, descompensándose o dando un giro inesperado hasta que terminaba pegándose al que se suponía que lo tenía que mantener en el aire.
150 años antes, Samuel Earnshaw ya había pronosticado mi fracaso; aunque, evidentemente, mi yo de diez años no tenía ni idea. El teorema de Earnshaw, como nos explica Ernesto Martín, viene a decirnos "es imposible mantener objetos cargados o imanes en equilibrio mediante fuerzas eléctricas, magnéticas o gravitatorias estáticas". No quiere decir que sea imposible encontrar puntos de equilibrio, sencillamente que esos inestables.
Es decir, que no podemos controlar campos magnéticos a distancia. Pues bien, un equipo de la Autónoma de Barcelona y la Universidad de Sussex afirma ahora que es capaz de buscarle las vueltas a Earnshaw y eso, aunque no lo parezca, es una noticia maravillosa.
Puestos a cancelar, cancelemos los campos magnéticos
En el estudio publicado en Physical Review Letters, los investigadores explican cómo han construido un metamaterial magnético activo que puede emular el campo magnético de un cable de corriente directa a distancia; es decir, que permite crear una red muy tupida de campos magnéticos que logra contrarrestar los efectos del campo magnético dado.
Se había conseguido antes, pero en entornos experimentales y a frecuencias mucho más altas. “Hemos descubierto una forma de eludir el teorema de Earnshaw que mucha gente no imaginaba que fuera posible", decía Mark Bason de la Universidad de Sussex. Y es que efectivamente, esta parece la primera vez que se logra en bajas frecuencias y campos estáticos, como las frecuencias biológicas, lo que desbloqueará una gran cantidad de aplicaciones útiles.
En este sentido, "a distancia" es lo más interesante porque, como señala Rosa Mach-Batlle, investigadora de la Universitat Autónoma de Barcelona y autora principal, "controlar el magnetismo de forma remota que creemos que podría tener un impacto significativo en las tecnologías que se basan en el campo magnético distribución en regiones inaccesibles, como el interior del cuerpo humano".
En efecto, los escáneres médicos que usan campos magnéticos sufren los problemas del teorema de Earnshaw día sí y día también. El magnetismo inherente de los sistemas biológicos supone un ruido de fondo que hace que los diagnósticos sean menos precisos de lo que pudieran ser. Hay muchas más aplicaciones posible a este tipo de tecnología: desde la computación cuántica al uso de nanorobots con fines médicos, pero las implicaciones diagnósticas estarían tan al alcance de la mano que es emocionante.
Imagen | Dan Cristian
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