Con la evolución de la robótica y el perfeccionamiento de técnicas que se han democratizado bastante como la impresión 3D, la imaginación del ser humano tiene menos límites y también sus creaciones. Si se están creando prótesis y exoesqueletos a partir de ellas, ¿por qué no crear una nueva extensión de nuestro cuerpo? Así lo han hecho con un pulgar artificial.
Se trata de un proyecto que aúna estas dos áreas con la creatividad en el diseño, de hecho se llevó un premio Helen Hamlyn por la creatividad. El objetivo y la motivación fue la exploración nuevas vías en la relación entre el ser humano y la tecnología de las prótesis, en este caso construyendo una alternativa que puede ampliar las habilidades que un pulgar prensil como el nuestro tiene.
Donde caben cinco, caben seis
Este tercer pulgar (así se llama el proyecto, 'The Third Thumb') tiene una estructura que imita la natural en su parte prostética, componiéndose de tres piezas impresas en 3D, siendo la principal una flexible dividida en tres partes que es análoga a las tres falanges que componen un pulgar natural. Tanto esta parte como la que integra los motores (en la muñeca) se componen de resina gris, y ese hilo que puede observarse en lo que es el pulgar en sí y que provoca el movimiento de flexión y extensión es un cable Bowden con teflón.
Además de esta parte articulada y de ese par de motores que provocar el movimiento, integra un módulo con Bluetooth para comunicarse con los sensores de presión de los pies, que serán los que origine la tracción para que el pulgar artificial imite el movimiento natural.
¿Por qué los pies? Explica Danielle Clod (la autora) alude a la fuerte conexión que existe de manera natural entre manos y pies y qu interviene en tareas como tocar el piano o conducir. En concreto se trata de dos sensores que se colocan en los zapatos debajo de los pulgares, y de hecho ya se recurrió a este control para unos brazos robóticos que vimos hace pocas semanas.
Motores e impresión 3D para exprimir el significado de "prótesis"
Clod alude al significado de la palabra "prótesis" para explicar su motivación, dado que incluye el término "añadir". De ahí que más allá de sustituir o auxiliar, su propósito ha sido el de plantear una extensión, en este caso de lo que podemos hacer con nuestras manos.
De momento se trata de una iniciativa específica, pero junto a proyectos como esos brazos robóticos que veíamos antes puede suponer un germen para un futuro de estructuras adicionales si estos proyectos siguen floreciendo y hay un interés funcional y comercial. ¿Os pondríais un brazo, un pulgar u otra parte artificial?
Vía | Microsiervos
Toda la información e imágenes | Dani Clod Design
En Xataka | Esta impresora 3D imprime huesos, cartílagos y músculos que luego pueden ser implantados