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Un antes, un ahora y un futuro: Así es el 'Hogar Inteligente' en 2018

Con el comienzo de CES2018 uno de los temas que veremos presentes es el estado del hogar inteligente. Más de 10 conferencias del evento están dedicadas a la evolución de esta temática, cubriendo elementos desde los usuarios que han adoptado tecnologías del hogar, tecnologías de seguridad, la función de los asistentes de voz en el control del hogar inteligente, la función de la inteligencia artificial y la privacidad del usuario en el uso de tecnología del hogar inteligente.

Estos últimos tres temas serán de mayor importancia, pues son los elementos más representativos para lo que se mostrará durante la feria y que más concierne a los usuarios. Así que arranquemos resumiendo el estado actual del hogar inteligente, antes de pasar a la importancia de los últimos tres elementos.

Una casa diseñada para el consumidor

El concepto de hogar inteligente es uno que llevamos ideando desde hace mucho tiempo. Los consumidores buscan tener que hacer menos esfuerzos en las tareas del hogar para poder usar ese tiempo en disfrutar la vida. Las compañías saben que el beneficio de crear un ecosistema para el usuario es de vital importancia para sus negocios y por ello los últimos ocho años han sido una constante batalla de casas como Samsung, LG, Philips y más buscando fórmulas para definir qué es el ideal de un hogar inteligente.

El horno se está lavando solo, la aspiradora está en automático y Maggie está en su columpio.

Sin embargo, la creación de este ecosistema creó en el usuario cierta preocupación: ¿Cuántas cosas hay que tener en el hogar para completar la inteligencia de mi hogar? Una preocupación que probablemente surge de la idea que la tecnología tiende a fallar y abrumar al usuario.

A inicios de 2010, los primeros gadgets exitosos del hogar inteligente se vieron con Nest, el termostato inteligente. Las ideas detrás del funcionamiento de este dispositivo comenzaron a guiar cómo se debe comportar la tecnología inteligente: ser programables, electrónicos, estar conectados a una red y (después) aprender. Poco después, en 2012 Samsung presentó su plataforma de SmartThings, Philips presentó los bombillos inteligentes, 2013 presentó conexiones inteligentes y en 2014 comenzó una exhibición de lavadoras, neveras, aspiradoras, aires acondicionados y ecosistemas peleando por ser la solución definitiva a la necesidad del consumidor. Pero tanta oferta solo crea en el consumidor una cosa: agobio por no poder elegir y el agobio porque al elegir debe casarse con un ecosistema.

Sin embargo 2014 trajo una conferencia muy interesante de la mano de Boo-Keun Yoon, CEO de Samsung Electronics. Durante esta conferencia, Boo-Keun habló sobre la necesidad de humanizar el hogar inteligente y dijo que “el hogar del futuro no se trata sobre la tecnología, ni ser inteligente y conectado. Es sobre una innovación basada en el humano. Es sobre la tecnología que no es abrumadora y que trabaja discretamente en segundo plano para ajustarse a las necesidades del consumidor en el momento exacto”. Este concepto de hogar inteligente resonó en el consumidor y las compañías tomaron nota.

En 2015, se vieron indicios de nuevos acercamientos. Si los dispositivos están controlados desde una plataforma general y pueden estar conectadas a distintas plataformas hay espacio para nuevos jugadores y para permitirle al usuario elegir cómo adaptar su hogar de la manera más cómoda. Cafeteras que funcionan desde una app para Android y iOS, regaderas inteligentes y la posibilidad de combinar equipos de una marca con otros gracias a centralizar el control en un smartphone. Desde entonces, hemos visto que el enfoque es cómo mejorar la conectividad y utilidad de estos dispositivos mientras también se pueden desarrollar ecosistemas que premien el guiarse por una marca.

Esto nos lleva a los primeros dos puntos:

Te oigo

Con la llegada de los dispositivos de asistentes de voz como Amazon Echo, Google Home, Apple HomePod y demás accesorios un nuevo jugador en la evolución del hogar inteligente entró al campo: controlar nuestros dispositivos por voz. La importancia del uso de un dispositivo controlado por voz es aumentar el acceso a los usuarios que no están acostumbrados al uso de un smartphone como las personas mayores o los más jóvenes e incluso personas con problemas de motricidad y visión. Una nueva ola de accesorios podrán participar en la construcción del hogar inteligente gracias a este tipo de acceso.

Y el acceso es solo el primer paso. Los beneficios de los asistentes de voz se extienden al crear alertas sobre el mantenimiento de otros dispositivos, así como recordatorios de eventos e información pertinente a los oficios que se dictan. Dispositivos controlados por voz podrán decirnos qué cosas se están acabando en el refrigerador y si deben hacer un pedido de los productos, o nos informarán que el lavado de la ropa está listo e incluso nos recordarán que nuestro show favorito está por comenzar. Todo esto siendo más efectivo que una simple notificación en el celular, que muchas veces ignoramos.

Ese boom de los asistentes de voz se puede ver en dispositivos como la línea ThinQ de LG, que anunció que sus televisores y algunos dispositivos de audio serán compatibles con Google Assistant, además de ser compatibles con Alexa de Amazon. Esto nos muestra que las empresas no están solo pendientes de desarrollar un ecosistema como LG con ThinQ, están pendientes de permitir acceso a los usuarios a través de plataformas de otros desarrolladores para mejorar la competencia y la evolución de los dispositivos.

Con esto se ataca uno de los principales conflictos que aún tiene la creación del hogar digital: La conectividad entre dispositivos. La adopción de distintos sistemas de asistentes de voz pueden ser la clave para que las personas puedan controlar los distintos dispositivos del hogar. Una apertura que se corrobora con el hecho que las plataformas bajo las cuales construyen estos dispositivos son abiertas, permitiendo que estén listos a la evolución que tengan las tecnologías y los dispositivos. Y no es gratuito que los centros de entretenimiento (música y televisión) sean los cerebros de estos ecosistemas, pues serán los dispositivos con los que más interactuemos a medida que tengamos más tiempo libre.

Sin embargo, otros temas de conectividad faltan por solucionarse: qué bandas utilizamos para conectar todo. Wi-Fi y Bluetooth siguen dominando esta conexión, pero son canales que se pueden saturar fácilmente a medida que integramos más equipos a nuestro hogar. Así que un siguiente paso para las empresas es encontrar mejores formas de conectar los dispositivos entre sí de manera más eficiente.

Pero el control es solo el primer paso.

Aprendo de ti

El segundo factor que comenzamos a ver en dispositivos presentados para CES 2018 es el uso de inteligencia artificial en los dispositivos. Esto es esencial para la comodidad del usuario, pues los dispositivos aprenderán nuestros hábitos para poder prepararse a nuestras necesidades. LG con ThinQ en televisores promete que aprenderá a identificar los contenidos que vemos para poder informarnos cuándo va a arrancar, para tener listo el canal.

En el escenario más alegre, estamos a pocos años de poder tener dispositivos que se interconectan perfectamente. Imaginen levantarse en la mañana, que el café ya esté listo. Apenas llegamos a la sala, el televisor se prende con las noticias que seguimos, o el equipo de sonido nos despierta con música amena que nos ayuda a despertarnos a gusto. El agua está preparada a la temperatura que nos gusta y el asistente de voz nos recuerda qué agendamos en el día. Sin necesidad de irnos al extremo de ‘Black Mirror’ de clonar nuestro cerebro en un ‘esclavo virtual’.

Las funciones de este flujo de aprendizaje incluirán saber qué productos compramos, con qué frecuencia las gastamos y así ya ni necesitaremos hacer mercado, pues llegará a la casa cuando necesitemos reabastecer. ¿Se está acabando la ropa? La lavadora nos va a mandar un mensaje para dejar metida la ropa, ella ya sabe cuánto jabón y cuanto suavizante usar. ¿Vamos a cocinar una comida de aniversario? Pon la receta, ya te consigo los ingredientes que faltan, el horno ya está listo en la temperatura ideal y el asistente de voz te dirá paso a paso cómo hacer esa cena mágica. ¡Ey! Acabo de meter en mi base de datos un músico nuevo que te puede gustar basado en tus gustos, y hay más de 90% de probabilidad que te guste, no como esos recomendados de Spotify.

Y las funciones no son solo sobre el oficio y el entretenimiento. Dietas nutricionales para pacientes que sufren de distintas necesidades. Pacientes con problemas de memoria teniendo recordatorios y control sobre las medicinas y los horarios en que deben tomarlas. Control total sobre nuestros niveles de colesterol, latido de corazón, niveles de estrés, sueño y demás. Un control total sobre nuestra salud, indiferente si preferimos tener un estilo de vida más sedentario (como yo) o si son adictos al deporte y los sistemas ‘saludables’ de vida. Sin contar los beneficios de seguridad en dispositivos como detectores de humo inteligente, cerraduras y cámaras de seguridad.

Y todo este aprendizaje ocurrirá sin que nos demos cuenta. Con sistemas que actuarán automáticamente una vez las probabilidades de acción sean superior a un 95% y que mientras tanto seguirán aprendiendo hasta acertar 99% en las decisiones que tomen las IA.

Pero ahora, la nueva pregunta del consumidor es:

¿Tanta información recolectada es segura para mi privacidad?

La preocupación de los usuarios sobre las tecnologías del hogar inteligente cambiaron de si seríamos agobiados por la tecnología a la seguridad de tener tecnología que nos ‘observa’. Durante la conferencia del hogar inteligente de 2014 de Samsung, se habló sobre los tres pilares de conseguir un balance en la forma en que el hogar inteligente debe conocernos: ‘Show me, Know me, Tell me’ ( Muestrame, conóceme, dime).

Idealmente, los dispositivos inteligentes deben primero informarnos sobre cómo utilizamos, hacernos entender nuestra forma de usar las cosas. Eso nos ayudará a saber qué hacemos, y por qué en un futuro el dispositivo actuará como actuará. Teniendo en cuenta que nosotros entendemos cómo usamos nuestros dispositivos, ellos mismos empezarán a entendernos y registrar esa información para optimizar la forma en que usamos los dispositivos, ayudándonos a ahorrar energía, usar nuestros recursos mejor y estar preparados a nuestras necesidades. Y finalmente, los dispositivos nos explicarán que podemos hacer más eficiente ciertas acciones, que podemos ahorrar plata con productos similares o que podemos actualizar algún dispositivo para aumentar eficiencia.

Sin embargo, estas recomendaciones aún no están claras del todo. A la hora de comprar los dispositivos y conectarlos, probablemente va a haber un contrato de términos y condiciones que no leeremos y aceptaremos sin pensar. Es importante recordar que lo que buscamos en Google y Amazon queda guardado como metadata que las compañías utilizan para ofrecernos productos similares o que queremos, como lo hace Amazon Alexa para recomendar qué podríamos comprar basado en nuestro historial de compras. Y así mismo podrá funcionar la IA de estos dispositivos, a medida que conoce nuestros hábitos y necesidades nos comenzará a recomendar cosas.

Es muy probable que la información capturada será utilizada demográficamente para analizar los hábitos de consumo de las personas en regiones específicamente. Y eso no está mal, en realidad. Lo más importante es que hay que asegurar y presentarle al usuario la posibilidad de saber cómo se usa esa información, toda la preocupación se trata en sí sobre la transparencia. Y será un tema polémico y con poca facilidad de resolver, porque si no se utiliza esa información recolectada, los mismos sistemas no pueden estar adelantados a nuestras necesidades. Muchos usuarios no están conformes con la recolección de información porque la información suele filtrarse en internet.

Es una preocupación muy válida. Nadie quiere que información sensible esté ahí para que cualquiera vea. Pero a la vez no puedo ponerme a favor de ellos, porque soy un usuario que está consciente que hemos dado información en esos términos y condiciones y nuestro estilo de vida no ha sido afectado por esa información compartida. Pero eso me pone en la posición de creer que la transparencia es lo más importante, que es necesario que esas IA nos digan si una recomendación que nos hace es basada en un producto que un cliente de la distribuidora está pagando por promocionar, o si es basado en las reseñas de usuarios que compraban un producto similar.

Es necesario que el usuario pueda tener decisión sobre esta información. Probablemente es necesario que se cree una caja fuerte virtual, donde la información que uno diga que está ahí está fuera de la red. Que uno pueda decir, comparte la información de mi nevera, pero no quiero que la música que oigo y las series que vea sean registradas.

CES 2018 cuenta con una conferencia dedicada a debatir y mostrar lo que se está haciendo para mantener esta privacidad y cómo crear una conectividad poco intrusiva para el usuario. Y es muy probable que podamos ver cómo se piensa atacar esta gran preocupación del usuario.

Continúen con nosotros en el cubrimiento de CES 2018.

Imágenes: LG, Samsung

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