Cuando Windows 95 no podía apagar el equipo solo y te pedía ayuda para hacerlo

Hoy en día damos por sentadas muchas cosas en el ámbito de los sistemas operativos, pero como ocurre con todo, estos desarrollos fueron añadiendo prestaciones poco a poco. Hubo un tiempo en el que los ordenadores basados en Windows no sabían apagarse solos.

Ocurría con Windows 95, que aunque nos daba la opción de apagar el equipo no lo hacía del todo. De hecho él detenía servicios y aplicaciones, pero no siempre podía completar ese ciclo. De ahí aquel célebre mensaje de "Ahora puede apagar el equipo" que aparecía para que fueses tú el que pulsases el botón. ¿Los buenos y viejos tiempos?

Ayúdame a apagarme, por favor

Aquel mensaje, como explicaba el usuario foone en Twitter, se debía a que el sistema operativo no podía apagar el equipo por sí solo salvo en ciertos casos. Aquel mensaje aparecía gracias a un pequeño fichero de configuración, "C:\WINDOWS\LOGOS.SYS", que era en realidad una imagen BMP de 256 colores con la extensión cambiada.

El fichero tenía además una curiosa resolución de 320x400 píxeles, soportada en VGA pero que no se ajustaba al tradicional formato 4:3 de los monitores CRT tradicionales que trabajaban con resoluciones como 640x400, por ejemplo. La imagen acababa reescalándose para ajustarse a la resolución de pantalla, aunque al hacerlo aparecían píxeles algo distorsionados.

Curiosamente ese mensaje siguió apareciendo tanto en Windows 98 y Windows Me —desapareció por fin en Windows XP y versiones posteriores—. No era el único fichero implicado en ese proceso: también había otro llamado "LOGOW.SYS" que precisamente mostraba el mensaje "Por favor, espere" de esa pantalla final en la que se indicaba que el sistema estaba a punto de apagarse.

El sistema ACPI y las fuentes AT, las culpables

¿Por qué aparecía dicha pantalla? La razón era doble. En primer lugar, el sistema ACPI (Advanced Configuration and Power Interface) no estaba incluido en Windows 95 cuando Microsoft lo lanzó al mercado, y fue con esta tecnología con la que se estandarizó ese apagado automático de máquinas Windows.

En segundo, las fuentes de alimentación en la época eran del tipo AT: contaban con un interruptor físico con dos posiciones de encendido y apagado que eran las que permitían activar los estados de encendido y apagado de la máquina de forma directa y literal. Uno apagaba el botón y el ordenador se apagaba instantáneamente sin que el sistema operativo pudiera apagar primero servicios y sincronizar por ejemplo los cambios realizados en el sistema de ficheros.

Las fuentes de alimentación ATX, a diferencia de las AT, cuentan con un interruptor eléctrico conectado mediante pines a la placa base, lo que permitía controlar ese encedido y apagado desde el sistema operativo, y no desde la fuente de alimentación como tal. Era por tanto el sistema operativo (o el usuario) el que decidían cuándo apagar el equipo.

En dichas fuentes al pulsar el botón de apagado le envías una señal al sistema operativo, que tiene tiempo de sincronizar esos cambios en el sistema de ficheros y detener servicios y aplicaciones para que no perdamos nada de la sesión de trabajo.

Vía | Foone en Twitter

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