Hace un tiempo veíamos lo bonito que era a su manera un cementerio de aviones, con más de 10 kilómetros cuadrados poblados de unos 4.000 vehículos. Pero los que tampoco se quedan atrás en esa belleza tan particular son los cementerios de trenes, concretamente el de Uyuni.
Se trata de un espacio a más de 3.700 metros de altitud que se ha convertido en un destino turístico, pero que no deja de ser fruto del auge y decadencia de un medio de transporte que a finales del siglo XIX veía su esplendor de la mano de la minería. Aquí se construyó la primera estación de tren de Bolivia y ahora ha quedado para ser un punto de interés para fotógrafos, turistas y curiosos en general.
Un cementerio muy vivo
A finales del s. XIX la minería en Bolivia y otros países estaba en plena ebullición, sobre todo por los importantes yacimientos de plata que se descubrieron llegando a hablarse de cierta "fiebre" de la plata. No obstante, hacia finales del s. XX el precio de este mineral alcanzó su punto más bajo desde que fuese cayendo décadas atrás.
En esa época de vacas gordas y sobre todo vagones cargados de oro, plata y estaño se construyó la primera línea de ferrocarril de Bolivia, la cual comunicaba Uyuni con Antofasta. Y donde humo metales preciosos ahora los hay también preciosos, pero en otro sentido.
La estampa actual de Uyuni es un amasijo de esqueletos de locomotoras, ruedas retorcidas, vagones envejecidos y un montón de maquinas que en su momento trabajaron incesantemente transportando mercancías de un punto a otro. Hay más de cien locomotoras y vagones en este lugar a las afueras de Uyuni, aunque sorprendentemente no es en sí un museo oficial.
Pese a esto, es un lugar que atrae muchos visitantes también al estar el gran salar de Uyuni (que además fue un área de paso en el Dakar de 2018). Como decía Pedro Torrijos en Twitter compartiendo fotos e historia del lugar, la verdad es que podría ser perfectamente un escenario para el rodaje de una secuela de 'Mad Max' o una película similar perfectamente.
De hecho, el cementerio de trenes de Uyuni aparece en el juego 'Ghost Recon Wildlands' de Ubisoft, aunque no es precisamente por nada post-apocalíptico. El título basa su historia en el país sudamericano, pero centrando la trama en cárteles de droga y la intervención del ejército de los Estados Unidos.
Quizás el hecho de que no sea un museo oficial ha favorecido que las cubiertas oxidadas de los restos se vean pintadas. Mensajes como “Así es la vida” o “Aquí yace el progreso” se leen en esas superficies, aludiendo al destino que acabó sufriendo el boyante negocio de los trenes que quedó sobrando tras las vacas flacas de la minería.
Hace algo más de medio siglo se llegó a considerar reutilizar el material de las maquinas en funcionamiento, pero la propuesta no fue abordada al producirse la nacionalización del ferrocarril. Y tras ello llegaron el abandono, los grafitis y el saqueo.
Si tenéis curiosidad pero no vivís por esa zona podéis asomaros gracias a los ojos de Google Maps. Ahí se ve también lo próximo al salar que se encuentra.
Imagen | Pedro Torrijos