La economía compartida cambiará el mundo, de eso no hay duda. A pesar de ello, en países como Colombia, los modelos de negocio tradicionales no se han adaptado correctamente a esta tendencia, que aunque parece nueva, es la más primitiva de todas. Hablar de transporte en el país es un tema complicado.
Por un lado, al gobierno le quedó grande regular empresas como Uber, y por el otro, nos encontramos con un nuevo panorama, donde los enemigos de estas aplicaciones, que fomentan un nuevo modelo de negocio, están cambiando su forma de pensar. La pelea entre taxistas y conductores de servicio especial estaría por terminar.
Una propuesta que cambiaría el transporte en Colombia
Las dos personas más importantes entre los taxistas, Hugo Ospina y Uldarico Peña, han utilizado la prensa como 'medio de batalla'. Mediante sus declaraciones han generado todo tipo de reacciones entre los usuarios que están a favor o en contra de las aplicaciones de transporte. Esta semana, estos dos líderes de los taxistas afirmaron, para sorpresa de todos, que lo mejor para las empresas sería convertirse en apps.
Peña, en entrevista con Caracol Radio, declaró que «no es que las empresas se acaben, es que ya están acabadas por la piratería que hay en el país, ya no hay empleados, acá reina la ilegalidad donde no pagan empleados, ni impuestos, ni nada». Y es que este es uno de los puntos que más preocupa a los taxistas, el pago de los impuestos y el costo logístico que se ahorran las aplicaciones de transporte.
Hugo Ospina, líder taxista reconocido por sus declaraciones, afirmó «las aplicaciones no pagan empleados, ni alquilan oficinas, ni pagan impuestos, entonces como tampoco pagan cupo pues que todos los taxistas trabajemos con aplicaciones y acabamos las empresas». Aunque ambas declaraciones comparten vehemencia y un poco de sarcasmo, estas nos dejan ver un importante panorama en el país.
Es importante reconocer que ambos líderes taxistas tienen razón, en ciertas partes: las aplicaciones cuentan con más beneficios que las empresas de transporte. Sin embargo, las declaraciones también indican que los líderes y los mismos taxistas se están dando cuenta que la nueva economía les está ganando terreno, por lo que tienen que transformarse.
El Estado, el gran perjudicado con este cambio
Si analizamos a fondo la posibilidad de que las empresas de taxi se transformen en aplicaciones, el gran perjudicado sería el gobierno colombiano. El Estado afirma que las aplicaciones que quieran prestar estos servicios de intermediación deben estar amparadas por una empresa, por esta razón, hoy día Uber no está regulado.
Al Estado le beneficia que exista una empresa, primero porque cuenta con una seguridad jurídica y lo segundo es porque puede recibir impuestos por parte de la empresa, cosa que no puede hacer con una aplicación. Recientemente, se conoció que el gobierno colombiano se está dando cuenta que puede obtener grandes ingresos con las aplicaciones que ofrecen servicios en el país.
De ser una realidad, en la reforma tributaria que llegará a finales de este año, aplicaciones como Netflix, Uber, Airbnb y muchas otras, tendrían que pagar impuestos, para seguir operando. El estado, y los asesores del Ministerio de Hacienda se están dando cuenta que la economía se está transformando y que pueden obtener jugosas ganancias, si comienzan a 'regular' estos servicios.
Imágenes: El País.
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