Cuantos más ojos ponemos de cara al universo que nos rodea, más y mejor lo vemos. Y mientras esperamos ver frutos de TESS y a que el James Webb finalmente cruce el firmamento, los que ya están en activo nos envían instantáneas tan mágicas como la primera imagen que logra capturar nacimiento de un planeta.
En este caso se trata del trabajo de un equipo de astrónomos del Instituto Max Planck de Astronomía en Heideelberg (Alemania), gracias al instrumento SPHERE del Very Large Telescope (VLT) del Observatorio Espacial Europe. El planeta ya tiene su nombre (haciendo referencia a la estrella de la cual nace) y parece ser un gigante gaseoso bastante más grande que Júpiter.
Un bautizo estelar
Anteriormente ha habido intentos muy buenos de capturar esto, dada la complejidad de detectar el momento y capturarlo con instrumentos situado a millones de kilómetros a distancia. En 2014 se logró fotografiar un disco protoplanetario, o lo que es lo mismo, un disco oscuro entre los halos de gas y partículas provenientes de la estrella HL Tau y que suponían los cimientos de nuevos planetas en formación, como mostraron en BBC.
Más cerca de lo que hoy han logrado capturar los astrónomos de Max Planck está lo que ya se pudo ver ya gracias a SPHERE en 2016: varios sistemas estelares en aparente formación, mostrando su estrella central en oscuro y unos discos a su alrededor. Pero la fotografía de hoy muestra con aún más detalle el nacimiento de un planeta, el cual sí puede identificarse claramente al verse un punto brillante entre esos aros alrededor de la estrella.
De trata de PDS 70b, un joven planeta que brilla en los alrededores de la estrella PDS 70 y cuyo brillo da pistas a los investigadores sobre sus propiedades. Como ya hemos explicado al hablar de otros exoplanetas, gracias a los instrumentos de los telescopios y a las distintas ondas que usan pueden determinarse aspectos como la temperatura o la composición de cuerpos celestes aunque estén a años luz, y en este caso apuntan que se trata de un gigante gaseoso con una masa "unas cuantas veces como la de Júpiter" y con una temperatura de superficie de unos 1.000 grados centígrados, según reúnen en Phys.org.
PDS 70b se encuentra a unos tres mil millones de kilómetros de la estrella central, cuyo intenso brillo se bloqueó por un coronógrafo, un instrumento que sirve para bloquear la luz de un cuerpo celeste brillante y que se corresponde con la región oscura que se observa en el centro de la imagen. Explica Miriam Keppler, jefa del equipo de investigación que ha dado con el joven planeta, que aunque estos discos son el lugar de nacimiento de los planetas pocas veces se ha dado con trazas de los mismos.
Una foto que puede contarnos más
Otro equipo de investigadores formado por algunos de los investigadores del inicial (incluyendo a Keppler), que desde hace unos meses se dedica a seguir las primeras observaciones de PDS 70 para ir más allá en los hallazgos, fue capaz de deducir cómo es la atmósfera del nuevo planeta, apuntando a que es nubosa. Y lo que esperan es que el trabajo al final ayude a comprender mejor qué ocurre en los estadios primarios de evolución planetaria, como remarca André Müller, jefe de este segundo grupo de investigación cuyo trabajo también se ha publicado.
PDS 70 se encuentra a unos 370 años luz de la Tierra y hemos podido ver el nacimiento de un planeta como jamás lo habíamos visto antes, así que esperamos tener imágenes tan bonitas y detalladas como ésta o incluso mejores a medida que mejoran las observaciones. Y sobre todo que podamos ir sabiendo más de cómo funciona el universo.