Hace tres años la Agencia Espacial Europea (ESA) lograba con la misión Gaia obtener el mapa más preciso de la Vía Láctea hasta ese momento. Uno de tantos ejemplos en los que el avance tecnológico ha permitido conocer mejor "nuestro vecindario", como es un ejemplo que un equipo de investigadores haya visto dos grandes burbujas de plasma en nuestra galaxia.
Avances como la inteligencia artificial han permitido dar con cuerpos celestes antes no registrados, como las más de 2.000 estrellas "bebé" detectadas a nuestro alrededor. Esta vez ha sido el uso de un telescopio de rayos X, el eROSITA, el cual ha permitido que veamos lo que con los observatorios previos no podíamos al no ser lo suficientemente sensibles.
Dos enormes burbujas mellizas
Se trata del trabajo de un grupo de investigadores en el Max Planck Institute (Alemania), publicado en Nature. Lo que eROSITA les ha permitido ver es una doble burbuja de plasma que han logrado plasmar "revelando" las fotos del observatorio espacial, el cual ha permitido detectar la segunda (la de abajo) por su mayor sensibilidad.
Las burbujas parecen grandes viendo el disco de la galaxia y en efecto lo son: mientras la Vía Láctea tiene unos 105.000 años luz de recorrido, las burbujas de gas son unos 45.000 años luz (proyectadas a lados opuestos del disco). Con las nuevas observaciones además
El doctor Andrea Merloni, uno de los autores del trabajo, explica que gracias a haber descubierto la segunda burbuja han podido determinar información sobre la primera (superior) que previamente habían podido detectar, aunque con problemas para saber de dónde venía. Con estas observaciones están más seguros de que proviene del centro de la Vía Láctea, aunque aún no saben por qué la segunda burbuja es menos densa que la primera.
Lo que consideran más probable es que las grandes burbujas se hayan formado debido a la entrada de materia en el agujero negro supermasivo del centro de la galaxia, emitiendo por ello una gran cantidad de energía y dejando este halo gaseoso que se observa en las imágenes. Y como a eROSITA aún le quedan años de misión, esperan poder realizar futuras observaciones similares.
Habrá que ver además qué van permitiendo ver los futuros telescopios espaciales, si bien se cree que van a ser tan grandes que montarlos se ve como uno de los principales problemas. Mientras tanto, vamos descubriendo aspectos de nuestro alrededor, como la primera ráfaga de radio rápida proveniente de la propia Vía Láctea o una superviviente a una supernova, algo jamás observado previamente.
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