Los viajes espaciales de larga duración son un sueño que los humanos hemos tenido desde tiempos inmemoriales, sin embargo, con el avance de la tecnología espacial, este sueño cada día parece más cercano, y nuestro primer destino seguramente será marte. Para lograr un viaje de estas proporciones, los vehículos espaciales deben ser eficientes en todos los aspectos posibles para no sobrecargar el peso de la nave y poder llevar tantos recursos como sea posible un en espacio muy reducido.
Esta eficiencia también incluye disminuir la cantidad de suministros vitales que se cargan, como alimentos y agua, con el fin de poderlos reutilizar. Esta es una de las razones por las cuales desde el 2009 la NASA inició el desarrollo en la Estación Espacial Internacional de un módulo denominado UPA (Urine Processor Assembly) el cual tenía la capacidad de recuperar hasta un 75% del agua de la orina de los astronautas, convirtiéndola nuevamente en agua potable.
Esta semana la NASA ha informado que ha logrado otro hito necesario para habilitar los viajes espaciales de larga duración, mejorando la eficiencia del UPA hasta en un 90%; un adelanto tecnológico que se traduce en mayor cantidad de agua potable disponible durante el viaje, y por lo tanto una reducción del costo necesario para llevarla al espacio. Aunque el sistema aun no es 100% independiente de la tierra, está muy cercano a serlo.
Esta mejora se ha logrado gracias a una solución química desarrollada en el centro espacial Johnson de la NASA denominada Alternate Urine Pretreatment (AUP), la cual se aplica a la orina en el inodoro cuando el astronauta termina de hacer sus necesidades. Esta solución mejora el proceso de recuperación del agua en el sistema, y minimiza la acumulación de minerales en los tubos del mismo, los cuales causan obstrucciones a largo plazo.
“El objetivo no es llevar grandes cantidades de agua al espacio con nosotros, sino llevar el ciclo mismo del agua al espacio. Este proyecto es otro paso para encarar el reto de reciclar el agua y crear un sistema cerrado de soporte vital en el espacio.” Comentó Dean Muirhead uno de los ingenieros de la NASA que trabajan en el AUP.
Gracias al AUP recientemente instalado en la Estación Espacial Internacional, un astronauta que orine en promedio entre 0.8 a 2 litros por día, podrá obtener de regreso unos 0.72 a 1.8 litros de agua potable, un valor que hace una diferencia crucial en un viaje espacial de larga duración.
Este adelanto incluso podría beneficiarnos en la tierra, pues según comentan los ingenieros de la NASA, el AUP podría ayudar a las ciudades del mundo a realizar un mejor tratamiento de las aguas residuales, regresando un agua de mejor calidad a los ríos y desembocaduras, así como mejorar los procesos de tratamiento de las aguas potables.
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