La carrera espacial ya no es EEUU contra Rusia, sino Musk contra Bezos

Qué tiempos aquellos en los que Estados Unidos y la extinta URSS se alternaban a la hora de lograr superar nuevos hitos en la carrera espacial. Conquistar el espacio era el gran objetivo de aquellas dos superpotencias, pero ahora las tornas han cambiado: ya no compiten dos países, sino dos multimillonarios.

Es lo que están haciendo desde hace unos años Elon Musk y Jeff Bezos, cuyos proyectos espaciales han ido adquiriendo una dimensión cada vez mayor. A los avances en su tecnología de cohetes espaciales se suma ahora el sorprendente anuncio de SpaceX, que llevará a la luna a dos turistas espaciales en 2018. ¿Qué será lo próximo que anunciará Bezos con Blue Origin y, a posteriori, Musk? La ambición de ambos emprendedores parece no tener límites.

Cohetes reutilizables al poder

Los hitos logrados por SpaceX y Blue Origin han dejado claro que a pesar del papel de las agencias gubernamentales —con la NASA al frente—, es la empresa privada la que nos da los titulares más espectaculares en el ámbito de la carrera espacial.

Uno de los grandes avances de ambas empresas está en el desarrollo de cohetes reutilizables. SpaceX logró su primer hito histórico en este ámbito en diciembre de 2015, no sin antes haber sufrido un par de importantes fracasos en dos intentos previos. Eso no parece importarle a Musk, que disfruta como un enano cuando vive el aterrizaje de un Falcon 9.

Jeff Bezos lo consiguió un mes antes, pero lo hizo con un lanzamiento menos ambicioso y que Elon Musk dejó claro que no suponía un reto tan importante. Bezos, por supuesto, discrepaba y afirmaba que el Falcon 9 de su competidor no llegó a orbitar antes de voler a la Tierra, además de destacar que el cohete de Space X realizó una maniobra de desaceleración para hacer que esa reentrada fuera más cómoda: ambos se felicitan mutuamente, pero tirando algún que otro puñal de paso.

La tecnología de los cohetes reutilizables podría ser vital para hacer que el coste de las misiones espaciales se redujese de forma notable, y de hecho Blue Origin utilizó el cohete New Shepard cuatro veces más antes de retirar este vehículo a finales del año pasado. SpaceX reutilizó el Falcon 9 un total de ocho veces en misiones orbitales, de las que tres han vuelto a tierra firme y cinco a impresionantes aterrizajes en "barcos dron" en el océano.

Blue Origin pronto imitará a SpaceX en esos aterrizajes en plataformas flotantes. El nuevo cohete, llamado New Glenn, es especialmente ambicioso por sus dimensiones y capacidad de transporte, de hasta 50 toneladas dentro de la órbita terrestre baja y de hasta 14 toneladas dentro de una órbita geosincrónica.

Algunas de esas misiones ya sirven para enviar diversos satélites de comunicaciones al espacio, lo que hace que tanto Space X como Blue Origin puedan convertir sus proyectos en algo rentable y que les permita ingresar dinero en caja.

Musk de hecho pretende lanzar más de 4.000 satélites con la idea de crear una gigantesca red satelital para ofrecer internet vía satélite. No es el único que persigue una idea de este tipo, por cierto.

Musk y Bezos quieren llegar a la Luna muy pronto

Los viajes tripulados son otro de los hitos que pronto parece que ambas empresas podrían alcanzar. Hace tiempo que SpaceX presentó su Dragon v2 (Crew Dragon, como la llaman en la empresa de Musk), una cápsula con capacidad para siete astronautas que será utilizada para la célebre misión tripulada a la Luna. Será la primera vez que los seres humanos vayan tan lejos desde 1972.

Musk espera poder llegar a la Luna a finales de 2018, pero Jeff Bezos no se quedará atrás. Hace unos días dejó claro que Blue Origin también llegará a la Luna, pero con un objetivo diferente: el de crear una base permanente en la superficie lunar.

De hecho la frase de Bezos es que "es hora de que Estados Unidos regrese a la Luna, esta vez para quedarse". Al contrario de lo que propone Musk, Bezos quiere colonizar la Luna y crear una singular red de mensajería que permita enviar tanto astronautas como material de forma relativamente sencilla y económica para desarrollar así esa colonia permanente. No hay que descuidar tampoco a Virgin Galactic, la tercera empresa privada en discordia, que no obstante parece ser menos ambiciosa en sus propuestas.

Primero la Luna, más tarde será Marte

A esas conquistas en el terreno de los cohetes reutilizables o las misiones a la Luna les seguirá un objetivo aún más ambicioso: llegar a Marte y desarrollar allí colonias espaciales permanentes.

El proyecto de Elon Musk se anunció en septiembre del año pasado, y esa primera misión humana a Marte podría lanzarse en el año 2022. El denominado "Sistema de Transporte Interplanetario" (ITS) estaría integrado por tecnologías como los citados cohetes reutilizables que servirían para reabastecer a la nave en pleno espacio.

Los 26 meses de viaje son desde luego uno de los retos para los entre 100 y 200 pasajeros que podría llevar el llamado BFR (Big Fucking Rocket) con sus gigantescos motores interplanetarios, pero también lo es la puesta en marcha de una infraestructura en el planeta rojo que permita establecer una colonia allí.

Para Musk ese objetivo será alcanzable y en los próximos 100 años se podrá crear una civilización sostenible en Marte. El proyecto parece más una película de ciencia ficción que otra cosa, pero Musk ya ha demostrado que es capaz de hacer que la ficción se convierta en realidad. Por cierto, la NASA no parece querer quedarse atrás en ese objetivo, y ahora plantea un viaje tripulado a Marte en 2033.

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