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Juno se acerca como nunca a la Gran Mancha Roja de Júpiter y ha permitido descubrir una nueva zona de radiación en el planeta

Últimamente teníamos la mirada más puesta en Saturno con eso de Cassini nos dejaba tras años de tremenda labor, pero otra que nos ha traído datos e imágenes de gran valor ha sido Juno. Misión que ahora ha permitido encontrar nuevas zonas de radiación en Júpiter y profundizar en algo que nos sigue fascinando y que sigue siendo un misterio: la Gran Mancha Roja.

La sonda orbita el planeta en ciclos de unos 50 días, atravesando distintas áreas y acercándose a distancias récord, concretamente a unos 3.400 kilómetros de las nubes más altas. Esto ha permitido dar con estas zonas, las cuales se consideraban vacías, y conocer un poco mejor la tormenta más famosa de nuestro gigante vecino.

No estaba hueco, estaba de parranda energética

A Júpiter lo conocemos un poquito mejor desde que Juno anda merodeando los complejos alrededores del planeta, pero aún sigue encerrando misterios entre tanta magnetosfera y cúmulo de gas. Por desgracia hay mucho que medir y observar y los instrumentos de Juno tienen sus limitaciones, pero a su paso por los alrededores del planeta va arrojando datos y en este caso desvelando que lo que hay entre las nubes y el cinturón de radiación no es un vacío.

La zona de radiación que ha descubierto Juno y las regiones con iones altamente energéticos. (Crédito: NASA/JPL-Caltech/SwRI/JHUAPL)

Es decir, lo que ha llamado la atención no ha sido descubrir zonas de radiación, porque se sabía de la existencia de estas en el gigante gaseoso, sino su localización y su composición. Se trata de un nuevo cinturón altamente energético compuesto de iones de hidrógeno, oxígeno y sulfuros.

Los datos los ha proporcionado el JEDI (que no es Luke Skywalker, es el Jupiter Energetic Particle Detector Instrument de Juno), encargado de proporcionar información al monitorizar la radiación en el paso que la sonda hace a través de los cinturones de radiación de Júpiter cada 53 días. Cinturones producidos por la magnetosfera del planeta al atraer y acelerar partículas.

Esquema de los cinturones de radiación y de la interacción de los vientos solares con la magnetosfera joviana.

Partículas que en este caso, según detallaba Heidi Becker (del Jet Propulsion Laboratory de la NASA) en un evento de la American Geophysical Union en Nueva Orleans (Louisiana), parecen venir de las nubes de gas cercanas a Europa y de las expulsiones sulfúricas de los volcanes de Io, dos de las 69 lunas del planeta. Su choque con la atmósfera joviana produce la expulión de electrones altamente energéticos, los cuales quedan en estas áreas que ahora ha detectado el JEDI de Juno.

Conociendo a la gran desconocida

La Gran Mancha Roja es tan grande y descarada como desconocida, pero Juno también está ahí atravesando capas de iones para darnos información sobre ella. Nuestra sideral espía dispone de sensores de microondas que miden la temperatura a distintas profundidades (usando seis frecuencias distintas de microondas), los cuales han encontrado una zona muy caliente a 350 kilómetros, la máxima profundidad explorada hasta ahora.

Esquema de la detección a seis niveles de los sensores de microondas de Juno en la mancha. (Crédito: NASA/JPL-Caltech/SwRI)

Explica sobre esto Andy Ingersoll (de CalTech, en Pasadena, California) que ahora se sabe que la Mancha es entre 50 y 100 veces más profunda que los océanos terrestres y que las temperaturas son mucho más altas en la base que en la superficie, según recogen en la NASA. El calor en la base proporciona una explicación de lo frenético de los vientos en la superficie de la atmósfera, que se deberían al gradiente de temperatura entre una altura y otra.

El profesor añade sobre esto que aún falta por determinar la profundidad total del popular ciclón, pero que en futuras inmersiones la sonda podrá llegar algo más lejos en el asunto gracias a las mediciones del campo gravitatorio, según recogen en Cosmos Magazine. De hecho, aún no se explica del todo el calor que se da en la Gran Mancha, planteándose teorías como que va absorbiendo pequeñas tormentas o que va tomando energía de sus alrededores.

Así que quedamos a la espera de lo que nos siga contando Juno en las órbitas que le quedan, porque a ella le espera un final similar que a Cassini. La sonda nos hizo ver a Júpiter de una manera completamente nueva, según la NASA, y de momento aguanta bien los envites de la radiación. Que la Fuerza acompañe a Juno y a su JEDI para seguir dándonos sorpresas.

Imagen | NASA/JPL-Caltech
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