El 14 de septiembre titulábamos "Aún no hemos encontrado vida en Venus, pero es posible que estemos cerca". Un equipo de cuatro grandes universidades anglo-americanas (la Universidad de Cardiff, la de Manchester, la de Cambridge y el Instituto Tecnológico de Massachusetts) habían encontrado cantidades significativas de fosfina en Venus. Este gas se puede producir de forma inorgánica, pero ninguna de las que conocemos podían explicar las enormes cantidades que habían aparecido en sus análisis.
Los mismos investigadores pedían ayuda para encontrar una explicación que no biológica a esos niveles de fosfina. De lo contrario, descartado lo imposible, lo improbable por muy improbable que fuera debía ser cierto: tenía que haber vida en Venus. Varios equipos se han puesto manos a la obra tratando de replicar los análisis que se publicaron en Nature Astronomy. La noticia es que han sido incapaces de hacerlo.
Los errores de Venus
Y son incapaces de hacerlo de varias formas: Por un lado, un equipo ha utilizado observaciones de archivo para encontrar el gas y no lo han conseguido. El trabajo ha sido aceptado en 'Astronomy & Astrophysics' y está pendiente de publicación, pero ya se puede consultar en arxiv.org. Por otro lado, otros dos equipos han reanalizado los datos originales y tampoco han sido capaces de encontrar evidencias de fosfina.
Clara Sousa-Silva, investigadora del Centro Harvard-Smithsonian de Astrofísica y una de las autoras del estudio original, decía en National Geographic que este proceso "es normal. Así es la ciencia. Si habláramos de datos sencillos, se habría descubierto la fosfina hace mucho tiempo". "Estoy aliviada de que la gente finalmente esté mirando estos datos y no seamos solo nosotros".
No obstante, según un número cada vez mayor de astrónomos, ese 'alivio' no está del todo justificado. En septiembre, cuando se publicaron los datos iniciales, el equipo estaba buscando una doble confirmación con telescopios de infrarrojos; si no lo consiguen, es posible que todo quede en nada, en una análisis mal ejecutado. No obstante y por muy mal que pinte la cosa, aún es pronto para saber de qué lado caerá la balanza. Desde el principio de esta historia, sabíamos que la publicación del hallazgo era más una petición de ayuda que una afirmación taxativa. Es muy interesante ver cómo trabaja la ciencia en vivo y en directo.