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Un futuro post-terrestre de ciencia (y) ficción: las colonias espaciales según la NASA en los 70 frente a los planetas habitables

Recientemente, TESS ha dado su primer descubrimiento en cuanto a un planeta de tamaño similar a la Tierra, y de hecho llevamos ya años buscando algún mellizo que sea potencialmente habitables. Aunque antes que la idea de encontrarlos para establecernos allí se pensó en colonias espaciales, aunque era algo más artístico que científico.

De todos esos planetas que se descubren, no todos cumplen las comprensibles exigencias que los convierten en candidatos potenciales para albergar vida. Y estando tan lejos de nuestro vecindario en la mayoría de ocasiones, no es de extrañar que la agencia espacial estadounidense pensase alguna alternativa, y la verdad es que no les quedó nada mal, siendo incluso inspiracionales para el cine.

A Christopher Nolan le gusta esto

No todo son pantallas llenas de datos y cálculos de infarto en los departamentos de la NASA. Los científicos también tienen tareas algo más desenfadadas, y un buen ejemplo fue el de los del Centro de investigación Ames en Mountain View (California, EE.UU.) en los 70, que representaron las ideas para futuros hábitats del ser humano en el espacio en una serie de estaciones gigantescas y autosuficientes.

Se fraguó en un simposio en 1977 dedicado a esta materia, llamado “Asentamientos espaciales: Un estudio de diseño” y que duró diez semanas, dando como fruto tres hábitats: la colonia cilíndrica, la colonia toroidal y la esfera Bernal. El resultado: bastante, bastante ‘Interstellar’, al menos para una de las propuestas que Rick Guidice (ilustrador con conocimientos de arquitectura) se encargó de representar.

Los diagramas de las colonias espaciales se diseñaron para albergar a hasta un millón de personas

Los diagramas se diseñaron para albergar a hasta un millón de personas. Explican en Artsy que Guidice partió de diagramas y perspectivas isométricas, con lo cual según sus propias palabras quedaban “cientos y cientos de decisiones por tomar en el camino”, y el volante para irse por una y otra giraba únicamente con su inspiración (y su bagaje y experiencia, tras haber trabajado entre otros para Hewlett Packard).

Así sería una colonia de tipo esfera de Bernal. Imagen NASA

El germen de las colonias diseñadas fueron teorías y pensamientos previos, como las estaciones toroidales de Herman Potočnik (ingeniero esloveno especialista en cohetes) o del físico John Desmond Bernal, que fueron formuladas en los años 30 y fueron materia de discusión en el simposio, retomadas por Darrell Romick (ingeniero de misiles) en 1956. Aunque fue Gerard K. O’Neill (profesor de física en Princeton) quien lo popularizó en los años 70, centrando las tareas de sus clases en la creación de bocetos de estas colonias.

El interior de una colonia cilíndrica. Imagen NASA

Lo que vemos en estos dibujos son esos tres modelos que hemos citado antes, que muestran distintas formas y disposiciones de los hábitats. La cilíndrica muestra estructuras en una gran estructura espacial en forma de panal, siguiendo la teoría del Cilindro del mismo O’Neill, la esfera de Bernal es homónima al planteamiento de colonia en un asteroide hueco del físico, y quizás la que más nos suene en cierto modo es la del toroide, ya que esa forma ha sido recurrente en arte y ciencia ficción.

Así sería una colonia en forma toroide. Imagen NASA

Ejemplo son las películas ‘2001: odisea en el Espacio’, ‘Elysium e ‘Interstellar’, viendo que por ejemplo la colonia de Cooper parece obedecer al toroide de Bernal. Aunque como nos comentaban en Magnet, la del cilindro de O’Neill es la teoría que muestra lo más próximo a un plano certero de lo que sería una futura estación colonial humana: un cilindro de 32 kilómetros de longitud y 6,4 kilómetros de radio, en constante giro para lograr una gravedad similar a la Tierra y estando próxima a una estrella para recibir la luz necesaria para la vida tal y como la conocemos.

Así, en algunas de las representaciones de Guidice vemos escenas que nos recuerdan justamente a ésta del film de Nolan, y que como ocurre con ese largometraje nos sirven para abstraernos e imaginar en lo que sería una alternativa de acabar(se) destruyendo nuestro planeta. O al menos de quedar inhóspito para especies como la nuestra y otras muchas, según el ritmo de malos récords que llevamos en los últimos años.

La sección de la colonia toroide. Imagen NASA

El interior de una colonia cilíndrica. Imagen NASA

Otra sección de una colonia toroide. Imagen NASA

Otra perspectiva del interior de una colonia cilíndrica. Imagen NASA

Los exoplanetas que aspiran a ser "Tierras"

La NASA ha seguido con proyectos similares con las representaciones artísticas para llevarlas algo más allá de lo que vemos habitualmente en las misiones, por ejemplo cuando se representa un rover o un satélite de manera digital. Otro caso es el trabajo de Robert Hurt con los exoplanetas, un investigador en Caltech al que le encargaron representar los planetas rondando a TRAPPIST-1, con un resultado mucho más atractivo que aquella primera imagen de la estrella que publicaba la NASA.

Modelo de explotación agrícola en una colonia de esfera de Bernal. Imagen NASA

¿Que qué era aquello de TRAPPIST-1? Una estrella que tiene al menos siete pequeños planetas con tamaños similares a la Tierra orbitando a su alrededor, por lo que entraron dentro de la categoría de posibles planetas con condiciones para albergar vida.

Y como decíamos al principio, los últimos años y con la ayuda de instrumentos cada vez más potentes y precisos las agencias espaciales han ido descubriendo planetas potencialmente habitables, pudiendo conocer cada vez en mayor medida propiedades como su atmósfera. En junio de 2017 se descubrían diez nuevos planetas similares a la Tierra gracias al telescopio Kepler, por cierto ya jubilado.

El modelo de la esfera de Bernal. Imagen NASA

En noviembre de ese mismo año se daba con Ross 128 b, el segundo planeta templado más cercano a la Tierra por detrás de Proxima b, al que se le apodó como Tatooine (un planeta en 'Star Wars'). Un planeta cuyas temperaturas de superficie parecen similares a las de la Tierra, con lo cual se planteó la posibilidad de albergar vida.

Éstos son sólo unos pocos de esos 2.335 planetas identificados por Kepler, treinta de los cuales se verificaron como candidatos a ser otra "Tierra" en cuanto a ser habitables. Pero eso sí, si de momento es inviable establecer colonias en la Luna o en planetas "cercanos" como Marte, habrá que esperar aún para ver si una colonia espacial llega a ser posible, o bien eso de colonizar otros planetas.

El interior de una colonia toroide. Imagen NASA

En este sentido podemos optar por tomar la postura de Robert Hurt, que en cierto modo se mostraba optimista, no tanto para la vida en el espacio, sino para construir un mejor futuro gracias a la ciencia:

"Tenemos el poder, tenemos la capacidad intelectual, tenemos la innovación y la inteligencia para construir los instrumentos que necesitamos. No estamos confinados en la oscuridad." Robert Hurt, ilustrador e investigador en Caltech

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