La Estación Espacial Internacional (EEI), el objeto más grande que la Humanidad ha puesto en el espacio, es el resultado de la colaboración entre las agencias espaciales de Estados Unidos, Rusia, Japón), Canadá y toda Europa. Después de casi tres décadas de funcionamiento, se acerca la hora de retirarla de la operación activa, y eso plantea un desafío descomunal.
Por ese motivo la NASA publicó una solicitud de propuesta de la industria estadounidense para construir un ‘Vehículo de Desorbitación’, una nave espacial diseñada para desorbitar de manera segura la EEI, como parte de su retiro planificado.
Para maximizar el valor para el gobierno y mejorar la competencia, la adquisición permitirá a los oferentes flexibilidad al proponer un precio fijo o un costo más una tarifa de incentivo para la fase de diseño, desarrollo, prueba y evaluación. El resto del contrato será de precio fijo.
La EEI mantiene una órbita con una altitud media de 400 kilómetros y da una vuelta completa a la tierra cada 90 minutos. Desde el lanzamiento de sus primero módulos, la EEI ha crecido hasta ser una mole de 73 metros de ancho por 109 metros de longitud, que pesa unas increíbles 450 toneladas. Dejar que simplemente ingrese a la atmósfera, por lo tanto, inconcebible.
Desorbitación responsable
Desde 1998, las cinco agencias espaciales involucradas en el proyecto (la Agencia Espacial Canadiense, la Agencia Espacial Europea, la Agencia de Exploración Aeroespacial del Japón, la NASA y la Roscosmos) han explotado la Estación Espacial Internacional, y cada una de ellas se encarga de administrar y controlar el equipo que proporciona.
La estación fue diseñada para ser interdependiente y depende de las contribuciones de toda la asociación para funcionar. Los países participantes en su operación se han comprometido a operar la estación hasta 2030, y Rusia hasta al menos 2028.
La desorbitación segura de la Estación Espacial Internacional es una responsabilidad compartida de las cinco agencias espaciales a través de contribuciones de socios basadas en el porcentaje masivo de propiedad por parte de la agencia.
En el futuro, los Estados Unidos planean hacer la transición de sus operaciones en órbita terrestre baja a plataformas de propiedad y operación comercial para garantizar el acceso continuo y la presencia en el espacio para la investigación, el desarrollo tecnológico y la colaboración internacional.
Una nueva clase de nave espacial
La NASA y sus socios han estudiado por años los requisitos de desorbitación y previamente desarrollaron una estrategia preliminar y un plan de acción que evaluó el uso de múltiples naves espaciales Roscosmos Progress para apoyar las operaciones de desorbitación.
Estos esfuerzos ahora indican que la solución podría ser diseñar una nave espacial con capacidades más robustas para la desorbitación responsable.
Según indica la NASA, se tratará de un nuevo diseño de nave espacial o de la modificación de una nave espacial existente que debe funcionar en su primer vuelo y tener suficiente redundancia y capacidad de recuperación de anomalías para continuar la quema crítica de desorbitación. Al igual que con cualquier esfuerzo de desarrollo de este tamaño, el USDV, su nombre oficial, tardará años en desarrollarse, probarse y certificarse.
Para obtener información adicional sobre los planes de desorbitación, puedes visitar el sitio de la NASA.
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