El proyecto espacial europeo está de enhorabuena. El Consejo Ministerial de la Agencia Espacial Europea acaba de cerrarse en Sevilla y ha cosechado la mayor inversión de toda la historia de la Agencia. Finalmente, serán 14.400 millones de euros de inversión en los próximos tres años de los cuales 852 saldrán de las arcas españolas.
Pero España se ha comprometido a más. Si ponemos el foco en nuestro país, la cifra asciende a 1.543 millones de euros durante el periodo 2020-2026, lo que supone un incremento de 586,7 millones respecto al compromiso anterior. Sin lugar a dudas, se trata de una gran apuesta para que España asuma el papel que por su peso en Europa debería tener desde hace años.
La apuesta española por el espacio
Para Pedro Duque, el ministro español de Ciencia, Universidades e investigación, el compromiso por el espacio es una decisión estratégica de fondo. Con este nuevo compromiso, según ha explicado, España se ha convertido en "el cuarto país en el programa Copérnico para la vigilancia mundial del medio ambiente y la seguridad" y, más las fronteras de Europa, el país va a reforzar considerablemente su rol en las nuevas iniciativas de exploración de la Luna y Marte.
Los datos del propio ministerio señalan que, por cada euro invertido en la ESA, las empresas españolas reciben 2,1 euros en contratos. Sin embargo, pese a los esfuerzos del Ministerio, no hay que olvidar que la inversión española sigue estando muy por debajo de los grandes países europeos y solo ligeramente por encima de la de Bélgica.
¿Qué quiere hacer la ESA con este presupuesto histórico?
La Reunión Ministerial tenía un objetivo claro "garantizar el acceso y el uso independiente del espacio" para Europa en la década 2020-2030. Así, según han explicado, buscarán no perder el tren en la creciente economía espacial mientras mantienen su compromiso con la investigación de la Tierra, el Sistema Solar y el Universo lejano.
La mayor parte de la financiación del programa científico estará dedicada a grandes proyectos como el detector de ondas gravitacionales (LISA), la Estación Espacial Internacional (ISS), la construcción de módulos vitales para el Gateway y los preparativos para las avanzadas misiones a Marte. Más allá de eso, la ESA tiene el gran reto de seguir siendo un elemento fundamental del ecosistema espacial ahora que está reconfigurándose a marchas forzadas.
Imagen | Ministerio de Ciencia
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