El cometa Donati, el primer cometa fotografiado del que se conserva un gran legado artístico y no esa histórica fotografía

Estamos en días de observaciones del cometa NEOWISE, descubierto en octubre de 2016 y que ahora se ha podido ver su espigada cola con todo su esplendor (para algunos afortunados cazadores). Con ello nos ha venido a la cabeza un cometa al que recuerda mucho y que tiene alguna anécdota curiosa en su historia: el cometa Donati.

El cometa fue observado por primera vez en 1858, siendo bautizado así por quien lo vio (el astrónomo Giovanni Battista Donati). Se dice que fue de los objetos celestes más brillantes que hubo y que fue el primer cometa fotografiado de la historia, aunque al parecer algo pasó con esa valiosa instantánea.

Una fotografía histórica que nadie podrá volver a ver

El cometa Donati (al que nos referimos, C/1858 L1 ó 1858 VI, porque haberlos hay tres), fue visto por primera vez por Donati el 2 de junio de 1858 en el observatorio de Florencia, aunque no sería hasta mediados de agosto de ese año cuando estaría visible a simple vista al caer la noche y hasta el amanecer. Fue descrito como un objeto brillante con una cola de polvo grande y en forma de sable (cimitarra) hasta marzo del año siguiente, cuando ya volvía a ser una nebulosa menos perceptible hasta desaparecer.

En ese momento a la astronomía aún le quedaba evolución (y quizás seguir ganándole la batalla de la atención popular a la astrología), pero desde hace tiempo ya existían competentes instrumentos para observar y estudiar los fenómenos del espacio. Tycho Brahe (en el siglo XVI) fue uno de los pioneros en su estudio, seguido por Edmund Halley entre otros, y en este momento fueron George Phillips Bond y su padre, William Cranch Bond, quienes estudiaron de cerca al brillante Donati.

De hecho, según el artículo The Earliest Comet Photographs: Usherwood, Bond, and Donati (1858) (publicado en Journal for the History of Astronomy en mayo del 1996), padre e hijo fueron dos personajes clave en adaptar los grandes telescopios a la fotografía astronómica. Un dato que nos vendrá bien para el misterio del que ahora hablaremos.

"Diagrama del cometa de 1858 descubierto por Donati". Una especie de guía de observación que se publicó justo cinco días antes de su máxima aproximación a la Tierra el 10 de octubre de 1858. Imagen: Waller and Deacon

Se estableció que el cometa Donati fue el primer cometa en haber sido fotografiado, otorgándose este mérito a William Usherwood, capturando el núcleo y parte de la cola con una lente de apertura f/2.4 y una exposición de 7 segundos el 27 de septiembre de 1858. Pero el caso es que según ese artículo que citábamos, no hay ni rastro de la foto.

Lo que sí que se encontró (y que se conserva en el archivo de la Universidad de Harvard) es parte de la correspondencia que G.P. Bond mantuvo con Usherwood. En ella se encuentra el dato del 27 de septiembre (aunque por un vago recuerdo del propio William) y unos parámetros algo distintos de lo que se publicaron en su momento, hablando de una exposición de hasta 9 segundos y una apertura f/3.7.

Bond también fotografió el cometa el 28 de septiembre, pero dado que se dio por buena la fecha del recuerdo de Usherwood como buena no se pudo saber con exactitud quién fue el primero en fotografiarlo. De hecho, el propio Bond parecía quitar importancia a su trabajo y dársela al de Usherwood con las menciones que hacía en sus estudios (como "An Account of the Great Comet of 1858"), por tratarse de una foto mucho mejor lograda y también al haber sido Richard C. Carrington (astrónomo ya con cierto prestigio) el que le proporcionado a Bond esa foto.

Grabados de la apariencia del cometa Donati desde los Observatorios de Cambridge y Slater.

Además, según este artículo que citábamos la Royal Astronomical Society (Reino Unido) dijo en aquel momento tener constancia de aquella posible primera fotografía de Usherwood y no de las de Bond, aunque la primera se llegase a entregar a Harvard pero acabase extraviándose. No obstante, se conservan incluso las anotaciones de Bond sobre sus observaciones y se le da el mérito de haber sido el primero que fotografió un cometa a través de un telescopio, ya que Usherwood se valió de una cámara únicamente (aunque ya en su momento costó cuadrar los cálculos y se llegó a considerar que él mismo, fotógrafo, pudo haber fabricado la lente).

El legado artístico del cometa Donati

La espectacularidad del cometa Donati (y probablemente más en ese momento, sin tanto conocimiento del espacio y, sobre todo, sin tanta contaminación lumínica) hizo que fuese representado por numerosos artistas. Ejemplo de ello es el cuadro Pegwell Bay, Kent de William Dyce, donde aparece al fondo y no como protagonista.

“Pegwell Bay, Kent – a Recollection of October 5th 1858”, William Dyce

El cometa Donati fue llamado popularmente “espiga de oro” y así queda en representaciones como la de Samuel Palmer ("The Comet of 1858, as seen from the Heights of Dartmoor") o William Turner ("Donati's Comet"), pintores del romanticismo. En la de Palmer la estrella Arturo se representó en una ubicación precisa, pero no lo hace en la de Turner. Además también se distinguen las estrellas ε, δ y η Bootis y alguna de la constelación de Corona Borealis.

"Donati's Comet", James Poole

James Poole y Clementina Heathcote también representaron al cometa y aparece en una ilustración de Paul Philippoteaux en la novela Héctor Sarvadac de Julio Verne. De hecho, ha llegado a aparecer en poemas y obras literarias. Al final, pese a no tener esa primera foto, su aparición fue recordada y plasmada de muchas maneras, volviendo a ser recordada estos días por su primo el Neowise.

El cometa NEOWISE tras el atardecer, en Tucson. Vishnu Reddy

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