¿Se pueden construir cohetes de combustible líquido made in Spain? PDL Space estaban convencidos de que sí y desde 2011 esta pequeña empresa ilicitana está empeñada en posicionarse en el mercado de los microlanzadores y convertirse en la primera empresa europea en poner cohetes reutilizables en la órbita terrestre. Y la cosa iba viento en popa: en 2016 recibieron un ayuda de la ESA y, en 2017, el gigante aeroespacial español GMV entró en el accionariado. Sin embargo, en mayo de 2019 sus planes saltaron por los aires.
Hace ocho meses, mientras validaban el correcto funcionamiento del Teprel-B (el motor que iría en las entrañas del cohete MIURA-1), este sufrió un fallo "catastrófico" que provocó la pérdida del motor e "importantes daños materiales" en las instalaciones de la empresa en el Aeropuerto de Teruel. Aquello frenó en seco el proceso de calificación de vuelo del motor y obligó a la empresa a replantear todo el proyecto buscando las causas del accidente. Ahora, PDL Space ha vuelto.
De Elche hasta el cielo
Y ha vuelto consiguiendo un encendido completo del Teprel-B. 1.120 segundos de combustible líquido en plena eyección: exactamente los dos minutos que necesitará el MIURA-1 y su carga de 100 kilos para alcanzar el vuelo suborbital a 150 kilómetros de la superficie terrestre. Todo un hito para la ingeniería aeroespacial española que, con este éxito y tras años de pruebas, ve la primera validación completa de un motor cohete de combustible líquido desarrollado en España.
El MIURA-1 empieza a estar al alcance de los dedos y, con él, la posibilidad de que hasta una pequeña empresa surgida en la trastienda de una fontanería en la provincia de Alicante pueda hacerse un hueco en el espacio. Algo a todas luces refrescante, teniendo en cuenta que últimamente el club de los señores del espacio parecía ser un sitio cada vez más exclusivo.
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