Las pequeñas grandes ideas también tienen éxito. Lo sabe muy bien Eben Upton, que junto a un equipo de ingenieros inició en 2011 un camino espectacular con el que convirtió a la Raspberry Pi -27 millones de unidades vendidas después- en lo que es hoy en día.
La Raspberry Pi 4 es el último miembro de esta prodigiosa familia, y aprovechando su lanzamiento hemos querido hablar con Eben Upton sobre este producto, su presente y su futuro. Ya habíamos tenido la oportunidad de hablar con él en 2016 y 2018 -en aquel momento nos troleó un poco, sí que hubo otra RPi al final en ese plazo que mencionaba- y ahora hemos vuelto a poder descubrir y confirmar con él algunas de las claves de la Raspberry Pi 4.
Los principios
Ni tiempo para comer -y ya eran horas- había tenido Upton (Reino Unido, 1978) el día que mantuvimos una charla vía Skype. La actividad es frenética tras el lanzamiento de la Raspberry Pi 4 Model B, y la cabeza visible de la Fundación Raspberry se disculpó: "si no te importa, iré picoteando un poco", me comentó al iniciar la conversación.
La primera pregunta fue un viaje al pasado. ¿De dónde vino ese interés que le llevó a crear la Raspberry Pi? Upton nos contaba cómo su infancia había sido muy favorable a lo que acabría siendo su futuro. Su padre, académico, tenía acceso a microordenadores cuando casi nadie lo tenía en la época.
A los 3 años ya tenía ordenador en casa, y pronto comenzó a hacer sus pinitos con máquinas algo más avanzadas. Primero con el Osborne 1 y más tarde con el legendario BBC Micro, el ordenador que revolucionó la educación en el Reino Unido y que creó toda una generación de futuros informáticos.
Más adelante tendría otros ordenadores como el Amiga para el que desarrolló un juego programándolo -"en ensamblador de 68000", nos confesaba- pero curiosamente cuando inició sus estudios universitarios no se decantó por informática, sino por la carrera de Física e Ingeniería.
Acabaría completando sus estudios especializándose en la rama de ciencias de la computación, y tras trabajar en el departamento de informática del St. John's College en Cambridge acabaría trabajando para Broadcom.
Fue en esas etapas en las que se gestó la Raspberry Pi: en Cambridge se dio cuenta de que el interés por la carrera de informática había descendido en la última década, lo que le llevó a idear un proyecto para tratar de generar más interés por esta disciplina desde edades tempranas.
¿Cómo? Creando un ordenador barato y accesible que pudiera usarse en entornos educativos y por parte de aficionados para despertar de nuevo ese interés. Parece que logró su objetivo.
Hablemos de la Raspberry Pi 4
Nuestra conversación con Eben Upton se ponía realmente interesante al comenzar a hablar de la Raspberry Pi 4. Le preguntábamos en primer lugar por el salto a los 28 nm: hasta este modelo se había usado micros con litografía de 40 nm, pero ¿por qué el salto a los 28, y no a algo más avanzado como 14 nm, por ejemplo?
La respuesta era sencilla: "es el proceso (litográfico) más rentable". Así es: migrar a una solución más avanzada hubiera puesto en peligro el siempre reducido coste de las Raspberry Pi, y de hecho el salto a este nodo litográfico trae de por sí mejoras notables.
De hecho, el procesador engaña si nos fijamos en sus cuatro núcleos (como el anterior) y su frecuencia de trabajo (1,5 GHz frente a los 1,4 GHz de su predecesor). La diferencia está en el tipo de núcleos utilizados, los Cortex-A72, muy superiores a los Cortex-A53 que se venían usando hasta ahora y que aún así mantienen ese compromiso con la eficiencia y, como apuntaba Upton, con el coste.
Para este ingeniero las diferencias son notables. "Los Cortex-A72 mejoran en frecuencia, son núcleos más grandes, ofrecen más paralelismo y entre 2x y 4x el rendimiento de sus predecesores. Diría que de media son el triple de potentes que lo que teníamos hasta ahora".
No solo eso, apuntaba Upton, que también hablaba de otras mejoras en las Raspberry Pi 4. Como la memoria "ahora es LPDDR4, más rápida y además con opciones de más capacidad". Efectivamente tenemos opciones de 1, 2, 4 GB, pero ese tipo de memoria "soluciona los cuellos de botella asociados a escenarios no-multimedia".
Los cambios también se notan en la conectividad, de la que nos destacaba "el bus USB 3.0 dedicado para Gigabit Ethernet" que elimina el cuello de botella que suponía el bus USB 2.0 en las Raspberry Pi anteriores. Sobre todo en la Rpi3B+, con un conector GbE que no podía exprimir su potencial.
La Raspberry Pi 4 habla en 4K
Hay otro escenario en el que la nueva Raspberry Pi 4 brilla: los contenidos multimedia. "Esta es una plataforma 4K, con cuatro veces el rendimiento de las anteriores. Decodifica el vídeo 4 veces más rápido, escanea píxeles 4 veces más rápido, los muestra y los renderiza 4 veces más rápido".
Eso guarda mucha relación con un apartado especialmente diferencial en estas Raspberry Pi 4, que abandonan el conector HDMI de tamaño completo y lo cambian por dos conectores Micro HDMI.
¿Por qué esa decisión? Para Upton era una de las opciones clave del desarrollo, sobre todo porque da la opción de trabajar con dos monitores (hasta 4K a 30 Hz) al mismo tiempo, o bien con un 4K a 60 Hz. Las ventajas en productividad son para él evidentes.
Cuando le preguntamos si creía que las configuraciones multimonitor eran realmente tan populares nos dio una contestación contundente: "en nuestras oficinas todo el equipo usa configuraciones con dos monitores". Para Upton esa opción estaba clara, y la posible molestia de tener que comprar nuevos cables o adaptadores no es un obstáculo, o no al menos uno que no compense frente a lo que ganamos.
Unos días antes de que se lanzase la Raspberry Pi 4, en Xataka sacábamos la bola de cristal para tratar de adivinar lo que integraría este modelo. Los responsables de la Raspberry Foundation cumplieron con las expectativas, pero por el camino se dejaron un par de opciones que algunos usuarios demandaban.
Por ejemplo, la potencial inclusión de un conector M.2 o un puerto SATA para utilizar otros medios de almacenamiento masivo. Al preguntarle a Upton por esa decisión de no integrarlos, no nos dio una sola razón: nos dio tres.
"La primera, que el puerto USB 3.0 es lo suficientemente bueno. Si necesitas conectividad SATA hay buenos adaptadores, y lo mismo ocurre con medios SSD, también puedes conectarlos vía USB". Así es, y de hecho ya hay quien ha comenzado a hacer pruebas con unidades SSD en las que se puede montar la partición de sistema de Raspbian (aunque la partición de arranque /boot de momento tiene que seguir utilizando la tarjeta micro SD).
"La segunda", continuaba Upton, "que no había pistas PCIe libres para un conector M.2, por ejemplo. Y la tercera, que nuestro factor de forma tampoco lo ponía fácil. Se podía haber integrado el conector debajo de la placa, por ejemplo, pero esa decisión hubiese sido disruptiva".
Tres modelos, tres orientaciones
Una de las grandes sorpresas de las nuevas Raspberry Pi 4 es que no existe un solo modelo, sino tres diferenciados por la cantidad de memoria RAM integrada. Quisimos preguntarle a Eben Upton por esa decisión y, sobre todo, a quién recomendaría cada modelo.
"Bueno, está claro que el modelo de 4 GB está orientado a los entusiastas, es el que ha tenido más demanda con diferencia". Es cierto: es el más difícil de encontrar actualmente a pesar de ser el más caro, y de hecho está agotado en algunas tiendas. Aquí Upton también aclaraba algo lógico: "también es cierto que los primeros en comprar suelen ser los entusiastas, así que esa demanda del modelo de 4 GB es lógico".
Por su parte los modelos de 1 y 2 GB "tienen quizás una orientación más industrial", ya que siguen ofreciendo buenas prestaciones. El modelo de 1 GB es especial porque "nos permitía mantener nuestra eterna promesa de ofrecer una Raspberry Pi por 35 dólares", pero cuidado porque él mismo confesaba un secreto sobre ese modelo un poco a caballo entre los dos extremos.
Para él "el modelo de 2 GB es sorprendentemente bueno, porque se comporta realmente bien en navegación web, y también para entornos educativos e incluso para entusiastas". Para él ese sector de usuarios "elegirán 2 o 4 GB según su carga de trabajo y necesidades", pero parece claro que el modelo de 2 GB puede deparar más sorpresas de las que podría esperarse.
La última pregunta en el apartado hardware la dedicamos al puerto USB-C, que los responsables de la Raspberry Pi eligieron para cargarla por sus mejores prestaciones para las necesidades de la Raspberry Pi 4. Esa decisión ha traído no obstante algunos problemas, y la ausencia de dos resistencias en el diseño hace que no todos los cables USB-C sean compatibles al tratar de cargar la RPi4.
La fundación ya está trabajando en una revisión, pero mientras tanto Eben Upton nos comentaba cómo el problema no es tan grande y algunos medios se habían cebado con ello. "No hemos incendiado ninguna casa", bromeaba.
La Raspberry Pi 4 mira de reojo a Android y a Windows 10
Upton reconoce que el papel de la Raspberry Pi como PC de sobremesa era una de las claves para un diseño mucho más competitivo en este apartado, pero de momento esa productividad depende de Linux, un sistema operativo popular entre los entusiastas pero que puede plantear barreras a usarios convencionales.
Eso nos hizo preguntarle por el potencial soporte de Windows 10, un sistema que de hecho algunos desarrollos lograron hacer compatible con la Raspberry Pi 3. Aquí Eben confesó que "me sorprendió gratamente que alguien lograra hacer funcionar Windows 10 en las Raspberry Pi, pero me decepcionó mucho su rendimiento".
Eso, claro, hace inevitable la pregunta de si la Raspberry Pi 4 podría funcionar con Windows 10. "Ahora tenemos más memoria y un procesador más potente, así que es factible, pero el principal reto es que no hay soporte DirectX, algo que obliga a renderizarlo todo por software. Aún así, con la Raspberry Pi 4 hemos eliminado algunas de las limitaciones que lo ponían difícil".
Tendremos que estar atentos para ver cómo evolucionan los futuros proyectos en este sentido, pero hay otra plataforma interesante en este ámbito: Android (y Android TV). Como nos explicaba Upton, mientras que Windows 10 estaba controlado por Microsoft y en último término son ellos los que habilitan esa compatibilidad con hardware de todo tipo, con Android no ocurre lo mismo, ya que su base es Open Source y podría adaptarse a la Raspberry Pi 4.
"Me gustaría verlo, pero lo cierto es que ese soporte no es un objetivo fundamental para nosotros. Aquí es importante destacar que la GPU ahora es totalmente abierta y eso facilitará el desarrollo de controladores", lo que a su vez abriá la puerta a nuevos proyectos ne este sentido.
De hecho, el cofundador de la Fundación Raspberry admitía que "cuantas más cosas están abiertas, más gente puede colaborar y trabajar en ellas. Espero que alguien haga ese trabajo, sería una gran ventaja para la plataforma".
La última pregunta tuvo respuesta curiosa. Al interrogar a Upton para tratar de averiguar cuál era la característica que más orgullo le producía en la Raspberry pi 4, lo tenía claro. "De lo que más contento estoy es de la doble salida MIcro HDMI. Era una preferencia personal que quería integrar a toda costa, estoy orgulloso aunque fue muy duro tanto para el equipo de hardware como para el de software, creo que ha sido un gran logro".
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