Según todas las previsiones, la ola de frío que tenemos encima va hacer que el consumo eléctrico se dispare por encima de los 41.000 megavatios hora. Un consumo que no veíamos desde el invierno de 2012 y que va a hacer subir, también, la factura de la luz.
Es decir, hoy tendremos una "tormenta eléctrica perfecta" y entre las 19:30 y las 21:00 horas de la tarde, el precio de la cada megavatio hora alcanzará los 92 euros. Es preocupante, pero, para bien o para mal, casi no lo notaremos.
¿Cuánto nos afectará la subida de la luz?
En realidad, nos afectará poco. Para empezar porque, directamente, solo afectará a aquellos que tengan contadores inteligentes o tarificación horaria. Hay una buena parte de la población que tiene tarifas que no se verán afectadas por la subida.
Pero incluso esos lo notarán poco. De media, una vivienda española consume 9.922 kWh al año. Las viviendas unifamiliares aisladas consumen algo más (unos 15.000) mientras que los pisos consume algo menos (uno 7.000). Aunque hay diferencias estacionales, geográficas y de tamaño, la realidad es que una hora en concreto no influye demasiado en la factura final.
Si estimamos, por ejemplo, un consumo medio en invierno de unos 30-35 kWh al día, teniendo en cuenta que hoy las diferencias de precio durante el día son de apenas 3 o 4 céntimos, la subida es casi imperceptible.
El problema real es que el precio de la electricidad está por las nubes. Por eso, si queremos ahorrar, no importa tanto el precio de la electricidad a las nueve de la noche, como los patrones de consumo de la sociedad en su conjunto. Durante el invierno la franja horaria que va de las siete de la tarde a las nueve siempre suele ser la más cara y, con un poco de organización, la factura final puede ser bastante más reducida.
La tormenta eléctrica perfecta
Hasta 2014, el precio de la energía se fijaba en una subasta trimestral conocida como CESUR. Como lo que se fijaba era el precio para los siguientes tres meses, a menudo la estimación del CESUR y, por tanto, el precio de la factura eran mucho mayores que el precio real.
La subasta de 2013 fue tan desorbitada que el Gobierno se vio obligado a cambiar el sistema por uno con menos incertidumbre. Desde octubre de 2015, la subasta se realiza hora por hora definiendo lo que se conoce como PVPC (el precio voluntario para el pequeño consumidor). Básicamente así se decide el 35% del precio final de la factura (el resto, se divide entre peajes e impuestos).
Viendo los precios actuales podemos decir estamos en el mismo sitio que hace cuatros años
Lo curioso es que, cuatro años después, podemos concluir que la reforma no fue muy exitosa. Durante este mes de enero, la energía ha costado un 6% más que en diciembre, un 30% más el año pasado y su precio ya está en niveles parecidos al escandaloso CESUR de 2013.
La falta de energías renovables, el precio del petróleo y la ola de frío parecen que van a fijar cifras que no se veía desde hace muchos años. Algo a lo que vamos a tener que ir acostumbrándonos.
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