Dinamarca es uno de los países que más han invertido en la implantación de plantas de producción de energía eólica, y ese esfuerzo está dando resultados: el 42% de su electricidad provino en 2015 de estas plantas, algo que la pone al frente de este sector en todo el mundo.
Esa producción tuvo notas destacadas, como el hecho de que en dos de las regiones danesas la producción no solo cubrió el 100% de las necesidades durante 60 días seguidos, sino que literalmente sobró energía que pudieron usar para exportar a otras regiones o países. La situación contrasta con la realidad de nuestro país, donde la Reforma Energética ha supuesto un obstáculo casi insalvable para su avance.
Dinamarca muestra el camino a seguir
2015 fue un año especialmente ventoso en Dinamarca, algo que ha contribuido especialmente a este nuevo récord. De hecho los datos oficiales aclaran que dos de las grandes plantas situadas en el mar no han estado funcionales, lo que habría hecho que ese porcentaje del 42% hubiera ascendido al 43,5%. Hubo un día especialmente singular: el 2 de septiembre Dinamarca operó sin necesidad de que las estaciones centrales de energía tuvieran que activarse.
Estas buenas cifras han demostrado la capacidad que tienen las energías renovables como la eólica a la hora de servir como alternativa a las energías tradicionales. En España mientras tanto la Reforma Energética se une a temas como el de la legislación para el autoabastecimiento, algo que frena de forma evidente el impulso de las energías renovables.
A pesar de ello hay notas positivas, y como señalaban en SomosEolicos, la energía eólica es la más barata de España. Los 396 parques eólicos anteriores a 2004 -el 37% de la potencia instalada- no reciben incentivos tras la Reforma Energética, y eso que generan 18,7 TWh de electricidad, el 7,6% de toda la que se consume en nuestro país.
Un futuro incierto para las renovables y el autoconsumo en nuestro país
La energía eólica ha frenado su desarrollo claramente y ahora se sitúa en tercera plaza en ese segmento por detrás de la nuclear y el carbón cuando en 2013 fue la primera tecnología del sistema y en 2014, la segunda, algo que se confirma en el informe "El sistema eléctrico español - Avance 2015" de Red Eléctrica Española (aquí el PDF). Eso, indican los organismos que tratan de apoyar su uso, supone un impacto negativo en la factura del consumidor:
Si no hubiese existido la tecnología eólica, el precio medio anual del mercado eléctrico hubiera sido de 62,26 €/MWh, un 23,8% más alto. Es decir, que la totalidad de los 246 TWh que ha demandado la economía española (peninsular) a lo largo de 2015 hubieran costado 2.952 millones de euros más. Si a esta cifra se le restan los 1.254 millones que recibirán los parques eólicos en 2015 en concepto de incentivos, el ahorro neto para los españoles es de 1.700 millones de euros.
La incertidumbre que existe tras las elecciones generales también afecta al futuro de este sector, ya que las propuestas de los distintos partidos eran diferentes y la situación actual no aclara qué tipo de pactos se realizarán en este sentido. Veremos si 2016 es un año de vientos favorables -y nunca mejor dicho- en este sentido.
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