Por estos días cuando hablamos de realidad virtual, las Oculus Rift son un claro referente de la industria, de lo que un dispositivo de realidad virtual debería ser. Son embargo desde la adquisición de Oculus por parte de Facebook en 2014, una demanda ha tratado de desenmascarar los orígenes de estas exitosas gafas VR.
Zenimax, una compañía especializada en el desarrollo de videojuegos tiene establecida desde hace un tiempo una demanda contra Oculus, que día a día se torna más contundente. En 2014 cuando la demanda fue inicialmente impuesta, solo se afirmaba que John Carmack (director técnico de Oculus y mente maestra detrás de las gafas) había usado información de propiedad intelectual de Id Software, la compañía en la que antes trabajaba, y que es una subsidiaria de Zenimax, para el desarrollo de popular gadget VR.
Ahora las cosas se han complicado para Oculus, pues un nuevo reporte entregado por Zenimax para complementar su demanda, afirma con lujo de detalles, eventos en los que supuestamente Carmack habría extraído sin consentimiento, cientos de documentos de Id Software en una memoria USB antes de renunciar y trabajar para Oulus. Los nuevos alegatos, incluso afirman que Carmack incluso habría regresado a su antiguo puesto de trabajo para tomar sin permiso una herramienta especialmente creada para el desarrollo de contenidos VR.
El detallado documento entregado por Zenimax, va incluso más lejos atacando ahora a Palmer Luckey (Fundador de Oculus) acusándolo de violar un acuerdo de confidencialidad que él mismo tenía con Zenimax antes de que su compañía fuera adquirida con Facebook, y que debió permanecer vigente aun después de la compra.
En un comunicado entregado por Oculus, ellos afirman que estas acusaciones son infundadas y creen que el caso no tiene futuro, y se preparan para hacer frente al mismo en una corte. Lo cual a la postre podría desencadenar en una gran paga para Zenimax de comprobarse que sus acusaciones son ciertas.
A pesar de que Oculus cuenta ahora con el musculo financiero de Facebook para enfrentar un juicio de esta magnitud, lo más seguro es que tras bambalinas, los abogados de parte y parte estén trabajando en algún tipo de arreglo económico que les permita evitar el ruido mediático que generaría una demanda en la corte como esta.