YouTube advierte que la nueva legislación europea de copyright europea podría limitar el acceso algunos vídeos en la UE

Mucho hemos hablado ya de la reforma del copyright en la Unión Europea. La aprobación de los polémicos artículos 11 y 13 plantea una amenaza evidente para la internet que conocíamos y amábamos, y las nuevas normativas han provocado la crítica abierta de todo tipo de personalidades y también de empresas como Google, que se ve especialmente afectada por el artículo 13 en el caso de YouTube.

Susan Wojcicki, CEO de YouTube, ha publicado una reflexión en la que explicaba cómo ese artículo plantea cambios notables que van más allá de las potenciales pérdidas económicas para la empresa: los ciudadanos de la UE podrían perder el acceso a infinidad de vídeos que aprovechaban el modelo actual. El control del copyright —que ya gestionan con herramientas como Content ID— se convertiría en algo insostenible hasta para los recursos de un gigante como Google.

A vueltas con el polémico artículo 13

En su misiva Wojcicki no se dirige directamente a los europarlamentarios, pero desde luego el mensaje está claramente orientado a captar la atención de una Unión Europea que con ese artículo 13 ha hecho que se tambaleen los cimientos de internet.

Susan Wojcicki, CEO de YouTube

Como explicábamos en el pasado, el artículo 13 (vigilancia de contenidos protegidos por parte de proveedores) es una normativa que obliga a las plataformas de contenidos a monitorizar lo que los usuarios suben para comprobar si se violan o no los derechos de autor. Cada servicio tendría que crear un sistema tipo Content ID de YouTube que permitiría detectar violaciones de los derechos de autor.

La máxima responsable de YouTube dice que aunque comparten los objetivos del artículo 13, esa propuesta tendrá consecuencias que crearán "un profundo impacto en la forma de vida de cientos de miles de personas".

Susan Wojcicki ya había mencionado el impacto económico no para la empresa, sino para los creadores, en un mensaje previo en el blog de YouTube, y aquí hay una realidad palpable y contundente. La plataforma permite que haya contenido con copyright remezclado gracias a la Fair Use Act de los Estados Unidos, y eso ha permitido que los creadores jueguen con esos contenidos y los incluyan sin miedo a demandas legales o a que sus vídeos sean retirados (si cumplen con unos requisitos mínimos, claro).

La propia cultura del remezclado está implícita desde hace mucho tiempo en YouTube, y poder utilizar casi todo de casi todos ha hecho que la creatividad eclosione en una plataforma que ha demostrado que esa forma de descubrir contenidos de otros (aunque sea con copyright) ayuda a que esas obras originales tengan aún más éxito, lo que permite que los creadores originales también obtengan beneficios por ellos. Todos ganan.

Ni Google puede controlar el copyright como pide la UE

Pero el artículo 13 amenaza con cortar de raíz esa posibilidad para los ciudadanos europeos. El sistema Content ID con el que Google monitoriza violaciones de derechos de autor en vídeos y música en plataformas como YouTube ha demostrado ser muy eficaz en esta tarea, pero Wojcicki se queja de cómo las imposiciones de la nueva regulación serían inasumibles, y pone un ejemplo claro:

Pongamos por ejemplo el éxito global de "Despacito". Este vídeo contiene múltiples derechos de autor, que van desde la grabación de sonido hasta los derechos de publicación. Aunque YouTube tiene acuerdos con múltiples entidades para conceder licencias y pagar por el vídeo, algunos de los titulares de los derechos siguen siendo desconocidos. Esa incertidumbre significa que podríamos tener que bloquear vídeos como éste para evitar la responsabilidad prevista en el artículo 13. Multiplique ese riesgo con la magnitud de YouTube, donde se cargan más de 400 horas de vídeo cada minuto, y las responsabilidades potenciales podrían ser tan grandes que ninguna empresa podría asumir tal riesgo financiero

Para esta directiva ese tipo de gestión es inabarcable incluso para una empresa como Google, y de hecho sus comentarios no son los únicos que parecen razonables en este sentido. Tim Berners-Lee, creador de la World Wide Web, o Jimmy Wales, co-fundador de Wikipedia, explicaban en una carta dirigida al Parlamento Europeo (PDF) cómo la directiva es demasiado vaga para poder ser aplicada de forma adecuada.

Queda por ver qué ocurre a partir de ahora con la puesta en marcha de la normativa, pero los argumentos de Wojcicki parecen sensatos más allá de que detrás haya una evidente motivación económica. El impacto para los usuarios —no solo en el caso de YouTube— podría ser enorme, y es necesario que quienes gobiernan en europa y aprueban estas normativas se den cuenta de ello.

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