La flexibilidad del teletrabajo y la conveniencia de las herramientas remotas están haciendo posible algo que en el pasado habría sido prácticamente impensable: el surgimiento de una nueva clase de trabajador con dos, o incluso más empleos de tiempo completo, que se definen como overemployed ("sobreempleados").
Estos trabajadores de la era digital asumen varios puestos sin que sus jefes lo sepan, con el fin de aumentar sus ingresos y ganar estabilidad financiera. El tema ha ganado tal auge que incluso tiene hasta su propio subredit, una comunidad con más de 176.000 miembros.
Según reporta Business Insider, Bryan Roque es uno de esos trabajadores. Luego de perder su empleo como ingeniero de software en Amazon, se mudó de nuevo con sus padres. Luego consiguió un puesto remoto en IBM.
Había trabajado allí varios meses cuando lo contactó un reclutador de Meta. En lugar renunciar a IBM y aceptar el nuevo puesto, se preguntó, ¿qué pasaría si mantuviera su antiguo trabajo y aceptara en secreto el nuevo? Así, declara, duplicó sus ingresos y su seguridad laboral.
Lo mejor es que, mientras negociaba con Meta, Roque recibió una oferta de Tinder. Luego de pensarlo bien, decidió aceptarla también. Hoy el joven que hace año y medio estaba desempleado trabaja para las tres compañías y, asegura, logra un ingreso anual combinado de más de 800.000 dólares.
La cultura del ‘sobreempleo’
¿Cómo es posible? Roque dice que la clave está en no dedicar más de 12 ó 15 horas semanales a cada trabajo, independientemente de las solicitudes, pero pretendiendo siempre que cada tarea le toma más tiempo del real. La destreza está en mantener todo en secreto, porque sus acciones no solo son mal vistas en la cultura laboral imperante, sino que, de hecho, constituyen una causal de despido.
Lo que revela el reportaje de Business Insider es que el sobreempleo es una práctica más común de lo que se piensa. Quienes la asumen como estilo de vida prefieren ser vistos en sus respectivos empleos como poco eficientes y, de hecho, algo incompetentes, para no terminar sobrecargados de trabajo.
Más aún, la cultura del ‘sobreempleo’ ha dado lugar a métodos, códigos y hasta un léxico especial. Los distintos trabajos se jerarquizan de acuerdo a la importancia que tienen en el proyecto de cada quien. Así, el 1 es el favorito, usualmente el primero en antigüedad, el que no dejarían por los demás. El 2 es el backup, el respaldo. Del 3 en adelante, son añadidos que brindan, sobre todo, comodidad.
Y, finalmente, un código fundamental. Es común que quienes discuten este tema en los foros lo hagan desde posiciones puramente hipotéticas, y nieguen fervientemente estar, en la práctica, sobreempleándose. Esto es, dice Roque, porque como en la máxima de The Fight Club, “la primera regla del sobreempleo es no hablar sobre el sobreempleo”.
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