Niubox es una empresa de origen peruano, que enmarca su acción de consultoría en los principios de la denominada new law. En otras palabras, se especializa en resolver en el mundo real los problemas legales del mundo digital.
Óscar Montezuma es el CEO y fundador de la compañía, que ha puesto sus ojos en el mercado colombiano, en donde cree reposa un enorme potencial de crecimiento.
El abogado de la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP) con quince años de experiencia en el sector de telecomunicaciones y tecnologías de la información, habló con Xataka Colombia acerca de cómo el suyo no es el trabajo legal de las series de televisión.
Primero que todo, ayúdeme a entender este concepto de new law…
El concepto aparece en oposición al concepto de Big Law, que es el que todos conocemos: de firmas de abogados muy grandes, muy jerarquizadas, en las que el nombre está compuesto por muchos apellidos, el servicio está concentrado en los socios y en donde hay muy poca orientación hacia procesos y tecnología. En esa clase de organización, los servicios son muy rígidos y a menudo la respuesta es ‘no se puede’.
¿Qué tiene de atractiva Colombia para una firma como Niubox?
Niubox es una consultora hiperespecializada, y pongo énfasis en el ‘híper’, porque estamos en un mundo hiperconectado y se requiere mucho de la especialización. Estamos especializados en resolver los problemas legales y gestionar también los asuntos públicos en el mundo digital. Por lo tanto estamos muy enfocados a trabajar con empresas, bien sea que hayan nacido del mundo digital, o que se estén transformando digitalmente. Habrás visto que existe una tendencia de ponerle a todo ‘tech’, tenemos agrotech, fintech, todotech…y eso abre unos espacios interesantes para poder resolver problemas legales en distintas industrias que que atraviesan el tema tecnológico.
Tenemos operaciones en Perú. Ahí nacimos en el 2018. Luego hicimos el salto a Ecuador en el 2020 y ahora hacemos la apuesta por Colombia. Yo tuve la oportunidad de trabajar en el 2012 como consultor del MinTIC cuando estaba Diego Molano de ministro TIC y pude ver de primera mano todo el plan de política pública y regulatorio que se armó en ese momento para poder impulsar y posicionar a Colombia en el tema tecnológico.
Después de eso yo regrese a Perú y me dediqué a emprender y que he podido ver a lo largo del tiempo cómo esa evolución se ha ido dando y como efectivamente Colombia se convirtió en un hub empresarial, desplazando incluso a otros países. Buena parte de nuestros clientes en Ecuador y en Perú están basados en Colombia y hemos visto que se ha convertido, además de un hub empresarial en un hub de tecnología, muchas de las grandes empresas de tecnología han puesto su pie aquí para mirar a la región. Hablo de Google, de Amazon, de Mercado Libre... y nos pareció atractivo apostarle a ese avance.
¿Cómo ha sido la experiencia en Perú y Ecuador?
Muy interesante. Nosotros no nos definimos como un bufete o un despacho, porque nuestro modelo operativo es muy distinto. No sé si has visto alguna vez la serie Suits. Bueno, nosotros buscamos ser todo lo contrario a ese modelo, alineados con esta tendencia del new law, esta nueva corriente de servicios legales que buscan justamente plantear un concepto muy distinto, más horizontal, más fresco, más soportado en tecnología, más orientado a atender necesidades específicas de clientes en nichos específicos del mercado. Se trata de hablar en simple y ser muy, muy cercano.
Entonces lo que encontramos en Perú inicialmente es que no había una oferta especializada en esta materia. Hubo un auge muy fuerte en la época, hacia el 2015, derivado de la ley de datos personales que Perú sacó. Eso generó una gran movida en el ecosistema legal más orientado hacia temas de tecnología digital y nos permitió ocupar un lugar muy importante dentro del segmento en el que estamos, incluso por encima de firmas establecidas en el mercado y con mucho más tiempo.
Luego vino Ecuador, donde encontramos una oferta bastante concentrada en despachos o consultoras muy tradicionales. Ahí dijimos, hay espacio para algo más. Y lo bueno es nuestra propuesta en realidad funciona bastante bien en Ecuador.
Hablemos un poco de esas áreas en las que se necesita resolver problemas legales vinculados a la tecnología.
Hay muchos ejemplos. Por estos días está de moda todo este tema del ChatGPT, ¿no? ¿Cuáles son los riesgos legales de incorporar una tecnología como ChatGPT en tu organización? ¿Cómo negocio una parcela en el metaverso? Y así, cosas de ese tipo nos ha tocado ver. Entonces ese expertise nos ha especializado en resolver los problemas de este mundo digital que parece desconocido y poco regulado. Es algo en lo que estamos muy involucrados.
¿Y exactamente qué propone su empresa en ese nuevo modelo de new law?
Lo que propone la new law es un cambio radical al modelo de servicios: por ejemplo, se trata de firmas que no tienen los miles de apellidos, que tienen estructuras sumamente ágiles, que no están constituidas como una sociedad de personas sino más bien como una sociedad de capital, que están soportadas por tecnología y que no venden tiempo, es decir, no cobran por horas. No vendemos tiempo, vendemos valor.
¿Cómo cambia entonces esa escena típica de los dramas legales de la televisión, con la sala de juntas y las docenas de abogados y el montón de papeles?
Lo primero es que sería una mesa más pequeña, o de pronto ni siquiera una mesa, sino una videoconferencia o una oficina, si no en un coworking, en un metaverso. Lo remoto es la regla y se maneja, en cambio, un esquema de presencialidad inteligente. No usamos vestido ni corbata, la rigidez queda de lado. El equipo es prioritario, hay mucha horizontalidad. El lenguaje es muy claro y las respuestas siempre incluyen un análisis de riesgo. Esa orientación es poco común en el mundo jurídico tradicional.
¿Qué papel juega aquí la confianza? Porque la sola tecnología no basta si la gente no siente la misma tranquilidad que con el sello sobre el papel…
Es fundamental. El concepto de confianza digital está cada vez más arraigado, a nivel empresa y a nivel país: cómo construir la confianza para que eso que tú firmas pueda ser válido. En eso América Latina es muy particular, porque somos sociedades muy basadas en la desconfianza, en el atajo. En esos espacios, lo digital cumple un papel muy importante, y más si va respaldado de legislación que lo soporte.
¿Esta new law es algo que solo puedan pagar megacorporaciones de Silicon Valley?
En realidad, tenemos tres niveles de clientes. En primer lugar, empresas que nacieron digitales, que pueden ser muy grandes. En segundo lugar, empresas que son líderes en sus negocios, no son necesariamente digitales, pero se están transformando. Y hay un tercer grupo de start-ups y emprendimientos de alto impacto.
Me parece absolutamente fantástico, pero se me hace que Suits sería una serie mucho más aburrida sin la gente peleando en la sala de juntas…
Tiene su sazón y su drama, pero sí, esta es una nueva mentalidad.
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