Varios medios habían anticipado la elección de Jack Dorsey como CEO de Twitter tras la dimisión de un Dick Costolo que no había logrado hacer que la relevancia de esta red social creciera como se esperaba.
Eso hizo que Dorsey se convirtiera en el CEO interino de la empresa, pero hoy la junta directiva ha comunicado oficialmente su nombramiento como CEO permanente de manera indefinida. El co-fundador de Twitter era uno de los claros referentes a la hora de tomar el testigo, pero existen dudas sobre esta nueva etapa.
Captar más usuarios, la clave del futuro
Esas dudas se han confirmado con los vaivenes del valor de las acciones de Twitter en bolsa, que son normales si tenemos en cuenta cosas como que Jack Dorsey no puede centrarse totalmente en Twitter: es CEO de Square, una de las principales rivales de PayPal en el terreno de los pagos electrónicos en Estados Unidos, y también forma parte del consejo de administración de The Walt Disney Company.
En la documentación presentada ante la SEC estadounidense se indica que de momento "no hay planes para ofrecer al Sr. Dorsey una compensación directa por su papel como CEO", algo curioso que probablemente esté sustentado en el hecho de otros tipos de compensaciones indirectas por ese trabajo y responsabilidad.
Este nombramiento tendrá otros efectos colaterales: el nuevo COO es Adam Bain -al que algunos apuntaban como candidato a CEO de la empresa- mientras que Costolo dejará de ser presidente de la junta directiva, aunque mantendrá un asiento en el máximo órgano directivo de Twitter.
Queda por ver qué logra Dorsey al ponerse al frente de una empresa que hoy en día está en una situación algo complicada: el crecimiento en número de usuarios es casi nulo, y los esfuerzos por hacer entender a los usuarios lo que pueden lograr en Twitter parece una clara barrera para la empresa.
El propio Dorsey ha explicado (vía varios mensajes en Twitter, lugar poco apropiado para discursos) que eso será prioritario en su nueva etapa al mando de esta empresa, pero también habrá que afrontar otro tema acuciante: el de su rentabilidad.
Vía | TechCrunch
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