En el último trimestre de 2009, Nokia y RIM (BlackBerry) copaban el podio de los fabricantes que más smartphones vendían en todo el mundo. Les seguía Apple, y por detrás, HTC, bastante por encima de Samsung, que tenía un pírrico 3% de cuota de mercado en aquel entonces. Diez años después, el panorama es completamente distinto: las dos primeras están prácticamente fuera del mercado o han cambiado de manos, Samsung se impulsó poco después hasta un liderato que todavía no ha soltado, y se han colado fabricantes chinos como Xiaomi y Huawei.
La industria móvil ha marcado la tecnología de consumo en esta década a punto de acabar y a ella han pertenecido la mayoría de empresas tecnológicas que han dado su gran salto en esta década... o que han sufrido su gran caída. En este listado dejamos al margen a las empresas que ya partían de una posición fuerte aunque hayan hecho despegar una nueva división (como Microsoft, Apple, Samsung o Google) y han aprovechado esta década para consolidar su posición, así como a quienes ya venían de una tendencia muy negativa desde antes de 2010, como Yahoo, o a quienes han visto debilitarse a una división concreta, pero no al grueso del grupo, como pueden ser LG o Sony.
Xiaomi
Xiaomi fue una de las primeras tecnológicas fundadas en esta década. Tuvo lista su primera versión de MIUI mucho antes incluso de lanzar su primer smartphone, el Mi 1, que no llegó hasta 2011. Su CEO, Lei Jun, dijo en el anuncio de la nueva empresa que la etimología en chino del nombre escogido tenía un fuerte simbolismo, ya que hablaba de la intención de hacer grandes cosas empezando por lo pequeño. Nadie imaginaba entonces, abril de 2010, de qué forma Xiaomi haría caer todo su peso sobre el mercado menos de diez años después hasta dejar a más de un fabricante como un castillo de arena tras el impacto de un Boeing.
Dónde estaba Xiaomi en 2010: Acababa de fundarse y su primer producto fue la capa de software sobre la que se ha modelado buena parte de su estrategia. Paralelamente iba perfilando el que sería su primer smartphone. No había más productos para la marca en aquel momento. ??.
Dónde está Xiaomi en 2019: Es el cuarto fabricante mundial de smartphones por unidades vendidas y dispone de un larguísimo catálogo de productos que sigue creciendo, incluso más allá de los tecnológicos: desde televisores hasta arroceras pasando por zapatillas, cepillos de dientes eléctricos o servicios online, su esperanza para la rentabilidad a largo plazo. Además, ha sabido construir una poderosa comunidad de usuarios y sus precios parecen anacrónicos, como si no hubiera pasado el tiempo desde 2009. Ver al Xiaomi Mi9 por 450 euros debió ser lo más parecido a un Satisfyer para tecnófilos. Solo un nubarrón en este día soleado: su valor en bolsa ha caído un 50% desde su salida en julio de 2018.
Huawei
Aunque Huawei fue fundada a finales de la década de los ochenta, su última década ha supuesto el paso de un fabricante de antenas y dispositivos para redes inalámbricas a hablar de ella como una absoluta referencia mundial en las telecomunicaciones, colocándose como segundo fabricante mundial de smartphones y protagonizando la guerra comercial entre China y Estados Unidos.
Dónde estaba Huawei en 2009: Vendiendo menos de tres millones de smartphones al año. Smartphones, por cierto, en las antípodas de cualquier cosa que pueda considerarse premium. El resto de su negocio (mayoritario en aquel entonces) estaba en las infraestructuras de redes, en esa época en plena implementación de las redes 3G y definiendo las primeras 4G que llegarían poco después.
Dónde está Huawei en 2019: Vendiendo más de doscientos millones de smartphones al año, respirando en la nuca de Samsung desde hace muchas lunas y abanderando buena parte de la innovación de la industria, como en el zoom de sus cámaras, o permitiéndose el lujo de lanzar terminales que cuestan más de 1.000 euros, cosa impensable en la Huawei de diez años atrás. Últimamente, también preparándose para un posible futuro sin los servicios de Google, incluyendo el lanzamiento de su propio sistema operativo móvil. Lo que diga Trump. Y en el negocio de redes, siendo uno de los protagonistas del despliegue del 5G.
Tesla
Una de las revoluciones de esta década ha sido la del coche eléctrico, que aunque todavía no haya logrado alcanzar una cuota de mercado significativa en la gran mayoría de mercados, sí se ha hecho un nombre y pocas voces dudan de que son el futuro casi inmediato para la industria. Buena parte de "culpa" de ello es de Tesla, que ha puesto al coche eléctrico en las portadas y en muchas conversaciones, se ha tomado en serio este negocio y no plantea ninguna opción que no sea puramente eléctrica y libre de emisiones.
Dónde estaba Tesla en 2009: Iba por su sexto año de vida. Tres años antes había lanzado su primer coche, el Roadster original, un deportivo del que se vendieron muy pocas unidades, por debajo del millar. Su relevancia era muy escasa dada su bisoñez en una industria con tanta solera, y dado su casi inexistente catálogo. Sus motores eléctricos en una fase tan temprana tampoco ayudaban.
Dónde está Tesla en 2019: Es uno de los fabricantes de coches con mayor exposición mediática del mundo gracias a sus modelos presentados en esta década. El Model S, el Model X, el Model 3 -su nuevo estandarte gracias a su relación calidad-precio-, el Model Y, el nuevo Roadster... y el Cybertruck, así como el camión Semi. Ha pasado por muchos problemas financieros que estuvieron a punto de suponer el cierre de la empresa, pero el excéntrico Elon Musk logró torear ese miura y las expectativas sobre Tesla son tales que su valor bursátil por cada coche vendido es infinitamente superior al que manejan el resto de fabricantes.
Spotify
Revolucionar la industria musical y la forma de consumir música de forma global es algo reservado a unos pocos. Lo hizo Sony con sus walkmans en los 70, lo hizo nuevamente Sony junto a Philips con los CD's en los 80, lo hizo el MPEG con MP3 en los 90, lo hizo Apple con iTunes en los 2000 y lo hizo Spotify desde 2010, aunque desde un par de años antes empezaron sus primeras betas. Esta década para la música es sin duda la década de Spotify, esa pequeña startup sueca que quería hacer lo imposible y acabó dejando un cráter donde antes estaba la venta de discos.
No incluimos la evolución de Spotify en bolsa porque comenzó a cotizar en abril de 2018, ya al final de la década. En estos veinte meses la evolución de su valor ha sido de un +3,5% en el momento de escribir estas líneas.
Dónde estaba Spotify en 2009: Acababa de lanzar su plataforma en los países escandinavos, Reino Unido, Francia y España, aunque todavía en fase de acceso mediante invitación. Su concepto ya convencía, aunque era un funambulista recorriendo la incertidumbre en torno a si las grandes discográficas les permitirían seguir dando pasos y si el colchón financiero de sus clientes de pago sería lo suficientemente mullido en algún momento. Una startup con todas las letras.
Dónde está Spotify en 2019: Está presente en casi toda América, casi toda Europa, y algunos países de África, Asia y Oceanía. Desde este mismo año es por fin una empresa rentable, apoyándose en el uso de los podcasts y tras reducir considerablemente su estructura de gastos. Y con cada vez mayor apoyo en forma de porcentaje de usuarios que se suman al plan de pago: 120 de los casi 250 millones de usuarios que tiene pasan por caja cada mes.
Netflix
Quizás una de las victorias de la compañía de Reed Hastings haya sido alcanzar la metonimia, algo que solo uno puede conseguir. ¿Cuántas veces han escuchado a alguien definir a su producto como "el Netflix de los videojuegos", "el Netflix de los libros" o "el Netflix de las aplicaciones"? No es casual, si una empresa ha sabido pivotar, aprovechar las tecnologías disponibles y plantear un método atractivo para los clientes, esa ha sido Netflix.
Dónde estaba Netflix en 2009: Ya tenía su servicio de vídeo en streaming bajo demanda, aunque solo desde dos años antes y todavía en muy pocos mercados más allá de Estados Unidos. Un servicio que por aquel entonces estaba disponible en ordenadores y poco más, ni siquiera los móviles podían acceder a él. Su producto principal, aunque en claro retroceso, todavía era el alquiler de DVDs por correo y desde Internet.
Dónde está Netflix en 2019: Dominando la principal plataforma de vídeo bajo demanda de pago con 160 millones de suscriptores, 4.000 millones de dólares anuales ingresados (y subiendo) y casi 400 millones de dólares de beneficios, aunque reinvertidos con creces en un bucle de nuevas producciones originales, algo que inquieta de cara a su rentabilidad a largo plazo. En esta línea hay señales como las subidas recurrentes de precio y la admisión pública de que la guerra del streaming será dura. Eso sí, sigue enviando DVD's por correo.
La empresa de Zuckerberg ha vivido un final de década convulso, pero esto no quita que su andadura desde 2010 haya sido la de una apisonadora. Ha logrado poseer las cuatro principales redes sociales y de mensajería del mundo (Facebook, Messenger, WhatsApp, Instagram), ha roto la barrera de los 2.000 millones de usuarios activos en su producto más popular e incluso ha conseguido cifras que parecían de ciencia-ficción, como ganar más dinero al mes con cada usuario en Estados Unidos sin que pague nada por usar la plataforma que lo que gana Netflix con un producto de pago mensual.
Dónde estaba Facebook en 2009: Tenía una ya considerable cifra de usuarios activos -300 millones-, aunque le suponían unos ingresos muy lejanos a los actuales (todavía no había empezado a cotizar, así que no eran públicos) y no tenía ningún otro producto en su poder.
Dónde está Facebook en 2019: Con ese póker de aplicaciones reinas en su mano y casi 70.000 millones de dólares ingresados cada año. Gracias a la compra de Instagram todavía no ha tocado techo y sigue creciendo, y gracias a la compra de WhatsApp tiene un as en la manga todavía por explotar. Zuckerberg, rey de tréboles, también ha tenido que vérselas con la justicia estadounidense y ha sufrido varias crisis reputacionales. Pero dice que ahora sí cree en la privacidad y que va a ser su core. Dependerá de cada uno si creerle a él. En cuanto a su valoración de mercado, ha crecido casi un 500% desde que salió a bolsa en 2012.
Amazon
La empresa de Jeff Bezos es una de las grandes beneficiosas de esta década. Una década en la que ha internacionalizado su plataforma de comercio electrónico, la que le ha dado la fama, pero en la que también ha terminado de lanzar su producto más rentable, Amazon Web Services (AWS), sus servicios en la nube para empresas. Mientras tanto, y tras un inicio de década titubeante, ha sabido recomponerse y volver a generar beneficios de forma sostenida, los que no tuvo unos años atrás debido en buena medida al afán de reinvertir lo generado.
Dónde estaba Amazon en 2009: Con un AWS todavía enfocado únicamente en Estados Unidos y con su plataforma de comercio prácticamente en la misma situación. Además, todavía no había cosechado una imagen de marca tan potente en una época en la que había más reticencias que ahora a la compra online. Tenía mucho más camino por recorrer que lo que ya había recorrido en la primera década del siglo.
Dónde está Amazon en 2019: Es la tercera empresa con mayor valor de mercado del mundo y ha revolucionado el comercio electrónico, con consecuencias incluso para el retail tradicional. Y aunque es una actividad que prácticamente no le reporta beneficios todavía, sí consigue esos beneficios (y con grandes márgenes) gracias al mencionado AWS, su baza en cuanto a rentabilidad y con la que se bate el cobre frente a Azure, de Microsoft. En estos diez años, su valor en bolsa ha crecido un 1.232%.
Qualcomm
La era de los smartphones, protagonista de esta década, ha dejado muchos ganadores y grandes beneficiados, y uno de los menos visibles para el público general es Qualcomm, proveedor de procesadores y SoCs para teléfonos móviles y otros dispositivos.
Dónde estaba Qualcomm en 2009: Todavía no había nombrado como CEO a Steve Mollenkopf, pero acababa de perfilar la familia Snapdragon, su gran pilar de esta década.
Dónde está Qualcomm en 2019: Vendiendo sus componentes a la casi totalidad de fabricantes de smartphones y liderando el desarrollo de procesadores y SoCs en las marcas que usan Android. Una muy buena parte de los avances en tecnología inalámbrica viene de su sede.
BlackBerry
La Escuela de Frankfurt abogaba por separar el mundo de las ideas del mundo terrenal. Ahí se situaba Theodor Adorno, uno de sus principales teóricos, que no dejaba que la realidad le contaminara una buena teoría. En las mismas, aunque por motivos muy distintos, se ubicó BlackBerry a partir de 2008, tras ver cómo la llegada del iPhone y de Android hacía obsoletos sus teclados físicos y su sistema operativo propio, utilizados de forma perenne como argumento de venta. Pero decidió no creérselo. Y así le fue.
Dónde estaba BlackBerry en 2009: Con todas las alarmas encendidas, pero viva y en cierto nivel de forma incluso. Android y el iPhone habían llegado desafiando el concepto de teléfono móvil que había en la industria, y en el que BlackBerry se había acomodado como la opción que ofrecía teclados físicos y sistemas robustos y confiables, especialmente para el cliente empresarial. En la pascua de 2009 la acción de la empresa había caído un 70% respecto a su valor de justo un año antes. ¿Qué hizo BlackBerry desde entonces? Continuó ofreciendo teléfonos con teclado físico y mediocres pantallas táctiles en el mejor de los casos hasta bastante después.
Dónde está BlackBerry en 2019: Lanzando teléfonos con Android, sin relevancia en el mercado, tras la venta de su marca a TCL, que también posee otras marcas venidas a menos como Alcatel. Su acción ha caído un 96% desde sus máximos históricos en 2008.
Nokia
Nokia lo fue todo en la industria de la telefonía móvil. En los años noventa, los móviles eran cosa de Nokia, Motorola, Ericsson, Alcatel y poco más. En los 2000, con muchísima más competencia, llegó a tener un 50% de cuota de mercado, una auténtica locura a la que nadie, ni Samsung en su mejor época, ha conseguido acercarse siquiera. Como a BlackBerry, la llegada del iPhone y de Android le sentó regular.
Dónde estaba Nokia en 2009: Como Peggye Sue, seguía siendo la reina del baile de primavera, con una espectacular cuota de mercado del 39%, el doble que su seguidora, BlackBerry, y casi el triple que Apple, que ya iba escalando puestos. Sin embargo, cualquiera con menos de quince dioptrías podría entrever que algo iba a ocurrir en el mercado de teléfonos móviles como para hacer tambalear el imperio finlandés, en aquel entonces todavía en manos de un Symbian al que se le empezaban a ver las costuras. El Nokia N95 era la sublimación de la fuerza bruta, pero uno veía al iPhone y sabía que venía un cambio de paradigma.
Dónde está Nokia en 2019: Como BlackBerry, con su marca en manos de un conglomerado chino, en este caso HMD. Por el camino, fue vendida a Microsoft en 2013 para hacer fuerte a Windows Phone como tercer sistema operativo móvil, tras Android y iOS. Una operación ruinosa de la que seguramente solo se benefició Stephen Elop, CEO de Nokia que se llevó un bonus millonario por la operación. Porque Windows Phone, antes Windows Mobile, luego Windows 10 y finalmente Windows 10 Mobile, naufragó. Las últimas cifras son esperanzadoras, pero siguen lejísimos de lo que Nokia llegó a ser. Al menos ha recuperado la estabilidad en sus ingresos, aunque todavía sin conseguir dar beneficios. Peggye Sue murió, Nokia sigue peleando.
HTC
La historia de HTC resulta paradójica: al contrario que las hasta ahora mencionadas aquí, se aprovechó del tirón de los smartphones de esta era y se convirtió en la pionera en usar Android. Sin embargo, ese tirón no tuvo mucho recorrido, y una combinación de malas decisiones por su parte junto a excelentes estrategias de sus rivales (especialmente Samsung) le acabaron reduciendo de vaca a cubito de caldo, como decía Le Carré que hacían en Hollywood con sus novelas. También probó suerte lanzando terminales con Windows Phone, donde se juntaron el hambre y las ganas de comer.
Dónde estaba HTC en 2009: Ya había lanzado algunos de los primeros teléfonos en incorporar Android, como el Hero o el Dream, aunque todavía sin un gran éxito comercial, pero sí con buenas expectativas para el futuro. Fue una de las claves para el despegue de Android en su primera etapa, cuando como sistema operativo todavía tenía mucho que mejorar.
Dónde está HTC en 2019: Vendida parcialmente a Google, que en 2017 se hizo con los 2.000 empleados de la división de innovación de la empresa. En una década en la que intentó diversificar y hacer incursiones en los accesorios, como la cámara de acción Re, o la realidad virtual, con su línea Vive; sigue lanzando teléfonos, todos en cualquier caso sin impacto en el mercado. Mientras tanto, muchos despidos, muchas reestructuraciones y una caída de su valor de mercado del 96%, casualmente el mismo porcentaje que BlackBerry. Separados al nacer.
BQ
En la primera mitad de la década, BQ fue una excepción. Con los fabricantes de telefonía europeos (Ericsson, Nokia, Siemens) muy debilitados o directamente neutralizados, una pequeña empresa empezó su aventura desde España, con resultados cada vez más aceptables hasta ser un player más en el mercado español, y con vistas a seguir creciendo internacionalmente. Pero el sueño onírico acabó tornándose en pesadilla: competir en la industria móvil es tremendamente complicado.
Dónde estaba BQ en 2009: Todavía se llamaba "Star TIC Innovación" (el germen de BQ) y únicamente se dedicaba a la venta de pendrives USB personalizados con una plantilla de 25 personas. En ese año decidieron empezar su incursión en el mercado de los lectores de libros electrónicos, aunque todavía en fase de moldear la estrategia comercial. Ni rastro entonces de teléfonos móviles, que no llegaron hasta 2013.
Dónde está BQ en 2019: Con su marca vendida a la vietnamita Vingroup en 2018, BQ queda como una distribuidora que también sigue con su propio diseño de otras líneas de productos, pero ya no de teléfonos móviles, un mercado en el que las marcas chinas empezaron a apretar demasiado y que supuso más de ocho millones de euros en pérdidas al cierre de 2016. Provee de ingeniería a un tercero, y con su venta, Europa se quedó sin su último fabricante de telefonía móvil, con la única salvedad de Gigaset, cuyo mercado no es el generalista.
Fitbit
A principios de década, Fitbit se situó en el punto dulce de los wearables: precios razonables, diseños simples, un fuerte componente social y enfoque en el consumidor casual, lejos del nicho de los relojes deportivos. Cada vez hacía mejores productos y llegó a comprar Pebble, el mejor ejemplo de la falta de capacidad de reacción. Sin embargo, su recorrido en la segunda mitad de la década fue catastrófico, con ventas muy a la baja incluso en un mercado en expansión como el de los wearables. Debutó en bolsa en 2015, y desde los máximos históricos de las primeras semanas se ha despeñado un 86%.
Dónde estaba Fitbit en 2009: Llevaba dos años fundada, aunque su impacto era muy escaso. Al fin y al cabo, el éxito de Fitbit se basó en el éxito de los smartphones, y para entonces todavía no había empezado su gran auge. En cuanto llegó Fitbit despuntó con su propuesta de dispositivos corporales.
Dónde está Fitbit en 2019: Vendida a Google por una fracción de lo que llegó a valer, con su propuesta comercial varada y engullida por los relojes de Apple en la franja superior de precio y por una legión de pulseras sencillas en la franja inferior. Intentó pivotar hacia los servicios en forma de suscripción mensual a un entrenador virtual, pero apenas lo presentó se anunció la compra por parte de Google.
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