Según el último reporte de la Cámara Colombiana de Comercio Electrónico, las ventas en línea crecieron un 38,4% en el 2022 con respecto al 2021. En total, el año cerró con una facturación total de 55,2 billones de pesos colombianos que conforman 332,4 millones de transacciones en el año.
De la misma forma, la factura promedio en el país también cerró a la alta con un promedio de 184.699 pesos. Esto, sin embargo, también está atado al fuerte cambio en la inflación que se registró hacia finales del año.
Dentro de los productos más adquiridos por los colombianos, los servicios en línea lideraron las ventas con un 19,1%, seguido por servicios financieros con 17,9% y las ventas de retail completando el top 3 con un 11,1%.
Al otro lado, las categoría que menos registraron movimientos en línea fueron las de finca raíz, que según la CCCE tiene una ‘participación cercana a cero’, seguida por servicios B2B, libros y papelería, vehículos y educación.
Además de esto, la entidad también rastreó el comportamiento con los métodos de pago a lo largo del 2022. Hacia el inicio del año, el consumidor colombiano prefería las tarjetas de crédito o débito, que representaban un 54,8% de las transacciones realizadas.
Sin embargo, a lo largo de 2022 el porcentaje bajó hasta llegar a los 42,8%. En cambio, el débito directo a la cuenta bancaria –por servicios como PSE, Nequi, etc.– subió para ubicarse en un 55% y ser, al final del año, el medio más utilizado.
El recaudo en línea también fue uno de los medios más populares, que sumadas al total de las ventas en línea llegaron a los 692,2 millones de transacciones y representan 455,4 billones de pesos.
Un aumento de doble filo
Si bien las cifras de aumento de las ventas en línea son un motivo de celebración, lo cierto es que ese número también esconde la realidad a la que se enfrentó el consumidor colombiano en 2022: la inflación.
La CCCE recalca que el incremento en el valor de la factura promedio está atado al aumento sostenido de los precios no solamente en Colombia, sino también a nivel global. El deterioro en las tasas de cambio hace que los precios suban en todas las importaciones.
De la misma manera, las altas tasas de interés y de usura provocaron el declive en el uso del crédito, mientras que el débito directo se convirtió en la mejor opción para la mayoría de las personas que tienen los medios para usarlo.
Pese al panorama relativamente agridulce, la CCCE estima que el comercio electrónico seguirá su aumento en 2023, con una proyección más modesta de incremento de venta de bienes de un 11%.