Hace años que Crimea es un territorio que se disputan Rusia y Ucrania. Tras décadas bajo el control administrativo de Ucrania, en 2014 la revolución ucraniana y una intervención militar por parte de Rusia hizo que las cosas se complicaran, y actualmente ambos países se disputan un territorio que está generando no solo un problema diplomático importante, sino que además tiene consecuencias singulares en el ámbito tecnológico y empresarial.
Ocurre por ejemplo con los servicios de mapas más utilizados en la actualidad**. Google Maps y Apple Maps han acabado haciendo cambios en sus representaciones de Crimea**, que ahora muestran como anexionadas a Rusia aunque la mayor parte de la comunidad internacional condenó la intervención de Rusia y apoyó la soberanía e integridad territorial de Ucrania. La realidad para las empresas es otra, y no es el primer caso de este tipo.
Hacer enfadar a Rusia o China sale muy caro
La delicada situación política en Crimea ha vuelto a demostrar que la realidad tecnológica no siempre se ajusta de la forma ideal a esas crisis. Apple y Google han modificado sus aplicaciones y servicios de mapas y ahora muestran a Crimea anexionada a Rusia a pesar de que la situación no se ha resuelto y líderes de diversos países han condenado la intervención rusa en el país.
Hasta ahora la península de Crimea formaba parte de Ucrania, pero Rusia se quejó a ambas compañías y según TechCrunch les advirtió de que se consideraba un acto criminal referirse a Crimea como otra cosa que no fuera un territorio de Rusia. Un acto criminal, nada menos.
Apple ha hecho los cambios en sus aplicaciones Apple Maps y Apple Weather y las autoridades rusas han bendecido la medida indicando que "Apple ha cumplido con sus obligaciones y ha hecho que las aplicaciones de sus dispositivos cumplan los requisitos de la legislación rusa".
Ni en Apple Maps ni en Google Maps aparecen fronteras entre Crimea y Rusia donde antes las había en la bahía de Taman. Un portavoz de Google ha indicado que "hacemos todo lo que podemos para representar objetivamente las regiones en disputa, y allí donde tenemos versiones locales de Google Maps, seguimos la legislación local al mostrar nombres y fronteras".
Apple ya ha hecho concesiones para no tener problemas en China, por ejemplo. Tim Cook ordenaba que se cuidara la representación de China en las series de su plataforma Apple TV+, y de hecho retiraron de la AppStore la aplicación de mapas HKMap que se estaba usando por parte de los manifestantes en las protestas de Hong Kong. En los iPhone chinos se censuran tanto la bandera de Taiwán como el emoji de la de Hong Kong, y la razón es obvia: es el segundo mercado más importante en ingresos para Apple tras los Estados Unidos.
Otras multinacionales se han alineado con el régimen chino a pesar de la crítica de la comunidad internacional ante la situación allí. Zara era un buen ejemplo reciente, pero la mismísima NBA también tuvo que posicionarse a favor tras unas críticas del director general de los Houston Rockets.
En todos los casos queda patente lo delicado de la situación para las empresas que operan en los países con este tipo de disputas. Cuando las finanzas están en juego, hacer enfadar a esos gigantes puede salir muy caro, y la mayoría de las empresas suelen ceder a las exigencias de estos gobiernos.
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