Amazon a finales de 2018 que abriría nuevas oficinas en Queens, Nueva York y también en Crystal City, en Arlington. Esos movimientos han hecho que la empresa haya querido también impulsar el aprendizaje de informática en institutos neoyorquinos con una subvención importante.
Este programa permitirá impartir clases de tecnología e informática en 130 institutos de la ciudad de Nueva York, pero los centros elegidos han desatado cierta polémica: se supone que estos programas favorecerían a estudiantes con menos recursos, pero hay centros de todo tipo, incluidos aquellos para familias de rentas altas que ya tenían acceso a este tipo de formación.
Luces y sombras de la campaña educativa de Amazon
Eso ha hecho que el movimiento de Amazon sea visto por algunos analistas más como una campaña de marketing que como un movimiento realmente destinado a cubrir una necesidad.
Esa necesidad existe, porque como indican en el propio anuncio de Amazon, la Oficina de Empleo de los Estados Unidos prevé que en 2020 habrá 1,4 millones de puestos de trabajo en los que se necesite formación en informática, y solo 400.000 estudiantes se habrán graduado cumpliendo ese requisito.
El programa Amazon Future Engineer bajo el que se engloba esta iniciativa en Nueva York quiere ayudar a mejorar ese apartado, pero en The Verge comentaban cómo sus objetivos originales parecen haberse distorsionado.
La idea de ese programa es la de subvencionar clases de informática a 100.000 niños con pocos recursos en 2.000 escuelas para familias de rentas bajas en todo Estados Unidos. Sin embargo en la lista de institutos que han revelado que recibirán dichas subvenciones están centros que ya cuentan con ayudas para ese tipo de formación, algunos de los cuales son centros privados para familias de rentas altas.
Es cierto que también hay escuelas públicas con menos recursos, pero la inclusión de esos otros centros hace que uno se pregunte si como dicen en el texto original la idea de Amazon con esto no es tanto la de ayudar a los estudiantes con menos recursos o "simplemente hacer una campaña de relaciones públicas para impresionar a los cautelosos neoyorquinos".
Vía | The Verge