La reforma tributaria de 2016 introdujo el impuesto al consumo de bolsas plásticas, el cual entró en vigor el pasado primero de julio. Ese mismo mes el Ministro de Medio Ambiente aseguró que la medida ya estaba dando frutos con una reducción del 27% en el uso de bolsas por parte de los ciudadanos. Esta tendencia se ha mantenido en el tiempo, y esta semana la Asociación Colombiana de Industrias Plásticas (Acoplásticos) indicó que, de acuerdo a sus cifras, el uso de bolsas plásticas ha presentado desde julio a la fecha, una reducción de hasta el 30%.
El impuesto a las bolsas plásticas, se impone solo a las bolsas que se entregan en establecimientos comerciales cuya finalidad sea cargar o llevar productos vendidos por el establecimiento que la entrega. El impuesto es de $20 pesos para el primer año, y se incrementará en $10 pesos por cada año hasta 2020, momento en el cual se pagarán $50 pesos por cada bolsa plástica. Hoy los establecimientos deciden si venden la bolsa o la entregan gratuitamente.
Empresarios colombianos afectados
Aunque la reducción del uso de bolsas plásticas son buenas noticias para el medio ambiente, en Acoplásticos se vive un ambiente muy distinto, con una industria nacional que ha sido fuertemente impactada en muy poco tiempo por las medidas del gobierno.
“Es así como ya se observa una reducción en la utilización de las bolsas en los puntos de pago, el cual oscila entre 27 % y 30 %. Además, las ventas de las empresas dedicadas a producir ese tipo de empaque, en algunos casos, observan un descenso hasta del 70 %”, señaló Daniel Mitchell presidente de Acoplásticos.
Frente a esto, Acoplásticos alertó en septiembre que “aunque las bolsas plásticas son una parte pequeña en la producción total de la industria [del plástico], menor al 5%, hay más de 30 empresas en el país que se encuentran en dificultades por la reducción en el uso de estos productos. Incluso podrían ser más de 100 si se tienen en cuenta las empresas informales que producen las bolsas para los puntos de pago (que son más del 50%)”.
El dirigente gremial agregó que son comprensibles los fundamentos medioambientales detrás de las campañas, pero si se miran los sustitutos no hay mucha mejora. Por ejemplo, indica que la bolsa de papel consume cinco veces más agua y requiere más energía para su producción. Por eso propone que se sigan impulsando los procesos de reciclaje y entren en vigor las excepciones del impuesto a las bolsas plásticas amigables con el medio ambiente que son biodegradables.
Icopor, el próximo objetivo del gobierno
El poliestireno expandido conocido en Colombia como icopor por las siglas de uno de sus fabricantes, (Industria Colombiana de Porosos), es un material utilizado como medio de empaque para refrigeración de alimentos, vasos, bandejas, cajas, platos y empaques. La prohibición de este compuesto, es otro de los nuevos objetivos del gobierno en su agenda ambiental.
En este momento, hay dos proyectos de Ley en el congreso, decididos a frenar el uso del icopor en envases de alimentos con el fin de reducir su impacto en el ambiente. Ante la Cámara, el representante Germán Bernardo Carlosama López presentó el Proyecto de Ley N° 105 de 2017; y ante el Senado, este año, la congresista por el Partido de la U, Maritza Martínez Aristizábal radicó el Proyecto N° 005. Ambas iniciativas están próximas a iniciar su primer debate.
El dirigente de Acoplásticos, sostiene que en el país anualmente se transforman 78.000 toneladas de icopor en algún producto de plástico, como lo son los envases de comida. Para él, los proyectos de Ley pasan por alto que el material está avalado por organismos como la Unión Europea, pues es considerada como una sustancia autorizada para el contacto con los alimentos, por lo que una prohibición total generaría impactos negativos directos en la industria. “Solo es necesario ver el uso que se hace del icopor en hospitales, universidades, colegios y cárceles”.
Sin embargo, el debate sobre la prohibición del icopor en Colombia, gira en torno a la naturaleza no reutilizable del mismo, donde en la mayoría de sus aplicaciones, el empaque se usa una sola vez y se desecha, sumado al poco interés que tiene para los recicladores por su poco peso y baja ganancia, la cual oscila entre $200 y $400 pesos por cada kilogramo reciclado.
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