Si tenía razón Terry Pratchett y era mejor "no verlo como 'morirse', sino como un 'irse temprano para evitar el tráfico'", la pregunta de por qué algunos son más "previsores" que otros lleva miles de años anidada en el núcleo mismo de la civilización humana. Más aún cuando nos percatamos de que, dentro de la misma especie, las diferencias en la longevidad llegan a ser impresionantes.
Fijémonos en las hembras de la cucaracha alemana (la famosa Blattella germanica) y comprobaremos que, de media, viven un 77% más que su contraparte masculina. Como pasa con las mujeres, las hembras de mamíferos y la mayoría de especies de reptiles viven mucho más que los machos. Hasta un 20.9% más de media. Pero, y esto es curioso, no pasa con pájaros o mariposas. Ahí los machos viven más.
Esto es lo que, en términos generales, llamaríamos un misterio.
¿Qué hay detrás de ese misterio?
Y menudo misterio. ¿Por qué los machos de algunas especies viven más que las hembras y ocurre justo al contrario en otras? Un grupo de investigadores de la Universidad de Nueva Gales del Sur, en Sydney, ha planteado una hipótesis muy interesante: no es una cuestión de masculinos o femeninos, pero sí de los cromosomas sexuales que, en la mayoría de animales, ayudan a determinar el sexo de los individuos.
Tras rebuscar en artículos científicos, libros y bases de datos, el equipo analizó la esperanza de vida de machos y hembras de 229 especies animales en 99 familias, 38 órdenes y ocho clases. Lo que encontraron es que el sexo que tiene dos cromosomas idénticos vive un 17,6% más. Eso, en los mamíferos, son hembras (XX), pero en las aves son machos (ZZ).
¿Por qué? Los autores teorizan que esto puede deberse a que los individuos que tienen cromosomas distintos podrían ser más vulnerables a las mutaciones genéticas, lo que podría resultar en una vida más corta. Los que tienen dos cromosomas idénticos, tienen una especie de 'copia de seguridad' que les haría más "consistentes" frente a esas mutaciones. Ahí parece estar la clave.
O una de las calves porque sus mismos datos señalan que, aunque sea un factor importante, no explica todo. Si, como decía antes, en mamíferos o reptiles las diferencias rondan el 20%, en aves y mariposas (donde los machos son más longevos) las diferencias se quedan solo al 7,1%. Es decir, hay muchos factores más: pero parece que hemos encontrado un buen hilo del que tirar para encontrar una respuesta.
Imagen | Marina Khrapova
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