Hace 565 millones de años, el campo magnético de la Tierra estuvo al borde del colapso. Ese, seguramente, fue uno de los momentos mas críticos de la historia de la vida en nuestro planeta. Y es que, si no somos un pelele a merced de los vientos solares, es por ese escudo que protege la atmósfera y, con ella, a todos los seres vivos.
Hoy por hoy, el núcleo del planeta está dividido en dos partes: un centro sólido con una temperatura en su superficie de unos 5430°C y una parte externa compuesta de metales líquidos como hierro y níquel en permanente movimiento. Es ese movimiento el que crea un campo magnético tan poderoso como el que tenemos.
Pero sabemos que no siempre fue así y la cuestión de cómo y cuándo el núcleo empezó a solidificarse es una de las grandes preguntas que ahora empezamos a responder.
Un inverosímil golpe de suerte
El consenso entre los paleomagnetólogos nos dice que, al principio, el núcleo de la Tierra era completamente líquido y eso hacía que el campo magnético era diferente. Sin embargo, no han podido ponerse de acuerdo sobre la línea de tiempo de esa "solidificación". Las estimaciones van desde los 2500 millones de años hasta solo los 500.
Hasta ahora. Hace unos meses, mientras analizaban con detalle una serie de cristales de hace 565 millones de años encontrados en Quebec (Canadá), un grupo de investigadores de la Universidad de Rochester descubrieron que el campo magnético estuvo a punto de desaparecer.
Tras modelar las violentas inversiones magnéticas que descubrieron en los datos, llegaron a la conclusión de que en aquella época el núcleo no había empezado a solidificarse aún y estaba perdiendo fuerza. En aquellos cristales se podía ver una historia que conocemos, la de un planeta húmedo y habitable arrasado por el Sol hasta convertirse en un yermo seco y frío, la historia de Marte.
La Historia de la VIda está llena de momentos en los que la suerte juega un papel crucial, casi inverosímil
Ese era el destino de la Tierra, pero de repente algo pasó: el núcleo empezó a solidificarse dándole una potencia renovada al campo magnético que dura hasta hoy (que tenemos un campo diez veces más fuerte que el de entonces). Fue un casi inverosímil golpe de suerte.
Es decir, la solidificación del núcleo interno llegó exacto para evitar que la gran extinción. Y, aunque esto aún es especulación, hay muchos expertos que relacionan ese debilitamiento del campo magnético anterior a la solidificación con la explosión cámbrica; es decir, con la aparición repentina y rápida de numerosísimos organismos complejos de la que Darwin llegó a decir que se trataba de la mayor objeción a su teoría de la evolución.