Desde hace más de 30.000 años, las fuerzas de la naturaleza trabajan lentamente a lo largo de más de 5.000 kilómetros para dividir África en dos y crear un mar completamente nuevo en su interior. Hemos hablado mucho sobre ello porque la deriva del Gran Valle del Rift a menudo nos da historias realmente estremecedoras.
Pero hoy, este mismo cataclismo geológico nos lleva un poco más al este. En general, las teorías más aceptadas asumían que las grietas empezaban en la región etíope de Alfar y se extendían hasta Mozambique. Ahora, un nuevo estudio señala que, en realidad, la fractura es mucho más compleja. Es más, se ha descubierto que esta fractura afecta de lleno a Madagascar que, también, se está partiendo lentamente en pequeñas islas.
Una despedida de entre 5 y 10 millones de años
Lo cierto es que sí, pese a los mapas tectónicos que solemos ver, lo que ocurre bajo el suelo es mucho más complejo de lo que parece. La famosa placa tectónica africana está compuesta por numerosas microplacas que forman un sistema entre ellas y que, en casos como el que nos ocupa, pueden acabar por haciendo saltar por los aires continentes enteros.
Como podemos ver en la imagen, el caso de Madagascar es curioso porque se alza sobre dos de esas microplacas: la somalí al norte y la Lwandle al sur. Lo que han descubierto es que Las placas se están moviendo en direcciones distintas generando un proceso de ruptura que hará (dentro de entre cinco y diez millones de años, eso sí) que la isla se convierta en un archipiélago.
Y es que esto quizás sea lo más curioso del asunto: que las dinámicas que están estudiando los investigadores permiten predecir que, lejos de dividirse solo en dos partes, lo que ocurrirá es que Madagascar acabará convertida en numerosas islas de formas y tamaños diferentes. Muy lentamente, eso sí: a unos 7 milímetros al año. Pero ¿quién sabe si veremos imágenes como las que llegan regularmente desde Kenia?
Imagen | Roi Dimor
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