Sobre décadas de investigación académica, y millones de dólares en inversión, una firma española está por inaugurar la que sería la primera granja de pulpos en el mundo.
Nueva Pescanova venció a empresas rivales en México y Japón para perfeccionar las condiciones necesarias para la cría de pulpos a escala industrial, pero ahora enfrenta el creciente rechazo de científicos y grupos ambientalistas.
La razón es que los detractores de la idea ven con horror la noción de criar desde el nacimiento a pulpos para el consumo humano, pues consideran que la propuesta sería cruel con uno de los animales más inteligentes del océano y potencialmente desastrosa para las ecosistemas marinos.
Según documentos privados entregados a la BBC, Nueva Pescanova tiene la intención de criar aproximadamente un millón de pulpos para la alimentación, cada año, en una granja acondicionada para tal fin en sus instalaciones de las Islas Canarias.
El asunto es que los pulpos son criaturas altamente inteligentes, con vidas mayormente solitarias, que pasan la mayor parte de su tiempo en la oscuridad y criarlos en cautiverio supondría mantenerlos en grandes grupos en tanques iluminados con fuentes de luz artificial las 24 horas del día.
Voceros de Nueva Pescanova han negado una y otra vez, en alocuciones y comunicados, que los animales que planean criar en su granja vayan a sufrir tratos inhumanos.
"No estamos teniendo la conversación de si debemos comer pulpo o no, simplemente estamos en una encrucijada donde podemos decidir si poner o no al pulpo en un sistema de producción en masa. ¿Necesitamos hacer esto? Es realmente un bien de lujo. No es para sobrevivir. Este es un símbolo de lo que los humanos no deberían estar haciendo en el siglo 21". -- Jennifer Jacquet, profesora de políticas ambientales en la Universidad de Miami, en declaraciones a The Guardian.
Colectivos ambientalistas españoles han tratado de bloquear los permisos que necesita la granja para entrar en funcionamiento. Para el domingo 3 de septiembre está citada una manifestación frente al Congreso de los Diputados en Madrid.
Los pulpos nunca deberían criarse para comercializar para el consumo humano. Son solitarios, curiosos y muy inteligentes. Deberíamos cerrar las granjas industriales en lugar de aumentar la lista de especies condenadas a sufrir el infierno de ser confinadas, alimentadas artificialmente y procesarlas para su consumo. --Colectivo animanaturalis
Otras organizaciones, como Eurogroup for Animals, temen que los cefalópodos sean alimentados con sobras y subproductos del pescado y que, a su vez, los desechos de la granja terminen contaminando el océano.
Los animalistas también señalan que los los pulpos serían sacrificados poniéndolos en hielo, o en agua muy fría, con el fin de conservar la frescura de la carne, lo que equivale a una muerte lenta y cruel.
Según Compassion in World Farming, uno de cada de cada cinco pulpos perecería en cautiverio antes de alcanzar la plena madurez.
Dado que los pulpos nunca se han criado con fines de lucro, no existen en España ni otros países reglamentaciones específicas que rijan su bienestar. Incluso el tema de su inteligencia, que muchos consideran probado, ha vuelto a ser objeto de debate ante el auge que ha tenido su consumo.
Cada año, de los mares del mundo se extraen aproximadamente 500.000 toneladas de pulpos.
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